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OCCITANIA II - CÔTE VERMEILLE



  A principios del siglo XX el color rojo del coral mediterráneo dio nombre al litoral situado entre las localidades de Colliure, en el sur de Francia y Palamós, en la costa gerundense, tomando todo este litoral el nombre de Costa de Coral. La franja catalana pasó más tarde a denominarse Costa Brava, mientras que la ribera francesa optó por el nombre de Costa Bermeja, (Côte Vermeille en francés) en referencia al color típico del coral mediterráneo. 

  Caracterizada por su paisaje rocoso y sus pronunciadas pendientes, es el punto de encuentro de los Pirineos con el mar Mediterráneo. En la actualidad, esta costa comienza al sur de Argelès-sur-Mer, pasada la playa de Racou, y se extiende hasta la frontera española, incluyendo las ciudades y puertos de Colliure, Port-Vendres, Banyuls y Cerbère. Está señalizada a los navegantes por los faros de Cap Béar y Cap Cerbère. Célebre por la variedad de sus paisajes, esta costa ofrece una diversidad de escenarios, colores y luminosidad que han seducido e inspirado a célebres artistas como Matisse, Picasso, Dufy y Derain.

Colliure - Iglesia de Notre-Dame-des-Anges
  La costa Bermeja no solo es muy apreciada por los aficionados al submarinismo, sino también por los senderistas. Los agradables senderos que surcan este territorio permiten acceder a unas magníficas vistas. Desde la torre Madeloc (a más de 650 metros de altitud), por ejemplo, se divisan ColliurePort-VendresBanyuls-sur-Mer y el macizo de Albères. Otra panorámica que no hay que perderse es la del cabo Rédéris, con su mesa de orientación que domina el mar y la costa salvaje.

  En cuanto a la gastronomía, podemos probar los deliciosos productos del mar, en especial las anchoas de Colliure, producto típico local, así como salir a descubrir los viñedos de la costa Bermeja, con 3 Appellation d’Origine Contrôlée (AOC): Banyuls Grand Cru, Banyuls y Colliure, así como la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de los Vinos de Pays de la Côte Vermeille.

VISITAS DE INTERÉS

01. COLLIURE. 
La Cité des Peintres estará siempre vinculada al movimiento fauvista y a su líder Matisse. Esta población vive su mejor momento en verano, cuando sus calles se llenan de caballetes de pintores, que ratifican su fama como rincón de artistas, atmósfera que también se percibe en los antiguos cafés. Conviene aparcar nuestro vehículo lo antes posible, para así perdernos por sus calles, pasear junto a la playa, y detenernos a degustar sus famosas anchoas, producto básico de la economía local hasta la llegada del turismo.
Puerto de Colliure
  Uno de los monumentos más delicados de Colliure es la iglesia de Notre Dame des Anges, del siglo XVII. Su campanario, que 
forma parte del singular decorado de la ciudad, fue utilizado en la Edad Media como faro. Entre sus muros alberga auténticos tesoros de arte barroco: nueve espléndidos retablos, con una riqueza de detalles esculpidos inagotable para los amantes del arte sacro, destacando el retablo del altar mayor, obra del artista catalán Joseph Sunyer.

  A su lado, en la playa de Boramar, el fuerte oleaje rompe en los contrafuertes del islote donde hoy se levanta la capilla de Saint Vicent.

  El imponente Chateau Royal, instalado junto al agua como la iglesia de Notre Dame, atrae también todas las miradas. Construido sobre una fortificación del siglo VII, se convirtió en residencia estival de los reyes de Mallorca en el siglo XIII. En aquella época, el Reino de Mallorca dominaba el señorío de Montpellier, los condados del Rosellón, la Cerdanya, el Conflent, el Vallespir y las islas Baleares.
Vista de Colliure: Chateau Royal e iglesia de Notre-Dame-Des-Anges
  Antes de abandonar Colliure y seguir hacia el sur, vale la pena detenerse en el antiguo cementerio del pueblo situado en el centro de la localidad. Ahí reposan los resto de Antonio Machado, poeta sevillano que falleció en esta villa tras exiliarse después de la victoria franquista en la Guerra Civil española.

02. PORT-VENDRES. 
La distancia entre Colliure y Port-Vendres es de apenas tres kilómetros, pero sus atractivos son muy diferentes. Esta localidad vive de cara al mar y mantiene su actividad pesquera característica que se advierte caminando a lo largo de su paseo marítimo.

  La ciudad debe su nombre "Portus Veneris" en referencia a un templo dedicado a Venus que había dominado el arroyo.
Port-Vendres
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  Un lugar excepcional en la costa Vermeille y accesible desde Port-Vendres es el Cap Béar. El cabo alberga uno de los dos faros de la costa. Al pie del acantilado, accesible sólo por agua, la cueva de los contrabandistas es materia de leyenda. El camino de los contrabandistas recorre la costa rocosa desde el cabo hasta la bahía de Paulilles.

  Muy cerca de esta población se encuentra la Torre Madeloc; una atalaya del siglo XIII que domina esta costa. Construido bajo los reyes de Mallorca, fue construida a 654 metros de altitud en el siglo XIII para vigilar el mar y España y prevenir posibles ataques. En la actualidad goza de una vista panorámica excepcional sobre el macizo del Albères y el mar Mediterráneo.

Vistas desde la Torre Madeloc
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03. BANYULS-SUR-MER. 
Entre Port-Vendres y Banyuls-sur-Mer hay menos de ocho kilómetros por carretera. En pocos minutos se aprecia la importancia del vino en esta población, pues la viñas cubren las laderas que la rodean. Paseando por la Plage Centrale descubrimos diversos indicadores para visitar las principales bodegas que elaboran vino con denominación de origen Banyuls-Colliure. Estamos en un lugar con tradiciones catalanas aún muy presentes a nivel gourmet (Fideu, bols Picolat, butifarras, etc) y festivas (gegants, los incendios de San Juan, festival dela cosecha, etc.).

  No debemos marcharnos sin dar un paseo por el puerto y los barrios antiguos con sus coloridas fachadas, una visita al caserío Maillol y una visita al Biodiversario, un jardín y acuario mediterráneos.

Vista de Banyuls-Sur-Mer
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  Muy cerca, de camino a nuestro siguiente destino, podemos visitar Cap Rédéris; un lugar único desde el que admirar un panorama sublime que abarca el Cap Cerbère y el Cap Peyrefite, hasta la costa española al sur y la costa Audoise al norte.


04. CERBÈRE. Al final de esta costa se encuentra Cerbère, última ciudad francesa antes de España. Está enclavada en una estrecha cala, y por eso era un pequeño pueblo de pescadores que prosperó durante los años 60 con la importación de productos españoles por ferrocarril, con su imponente e insólita estación de ferrocarril, diseñada en parte por Gustave Eiffel.

  Este período de prosperidad dejó en la localidad hermosas mansiones y notables obras únicas que aún hoy podemos visitar.
Vista de Cerbère
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05. RESERVA NATURAL MARINA CERBÈRE-BANYULS. Creada en 1974, fue la primera reserva marina francesa, creada para detener la destrucción de la costa por el turismo, la pesca y la contaminaciónSe encuentra a lo largo de la costa de Bermeja, al pie del macizo de Albères, entre Banyuls y Cap Peyrefite, cerca de Cerbère. Cubre 650 hectáreas​ del dominio público marítimo con un litoral de unos 6,5 km y unos 2 km de ancho.

  Gracias a la escorrentía del agua en las laderas de las montañas cercanas, la corriente Liguro-Provenzal que trae el aluvión del río Ródano y los vientos que, a menudo violentos, son el origen de la presencia en esas agua de muchas partículas minerales y orgánicas que contribuyen a una gran riqueza faunística y florística del entorno.

https://celinerat.tripod.com/presentation1.htm

  La reserva natural alberga los tres principales hábitats mediterráneos basados en el desarrollo de formas de plantas vivas: la vereda de Corallinaceae, las praderas de posidonia y el coralino.

  El paisaje submarino es diverso. Dentro de esta reserva se habilita un sendero submarino de más de 250 m de longitud, utilizando 5 estaciones de observación, equipadas con pasamanos para mayor seguridad, es con máscara, snorkel y aletas que podemos descubrir los 5 ecosistemas diferentes.

  Cuenta con 2 niveles de protección: una zona protegida que corresponde a la mayor superficie del espacio, es decir, casi 600 hectáreas, donde se regulan las actividades humanas, y una zona de protección reforzada de 65 hectáreas donde se prohíbe toda actividad humana. Por lo tanto, se puede bucear, hacer snorkel, observar los peces desde un barco, etc., con pleno respeto a los habitantes.

En playa Peyrefite encontramos el sendero submarino
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  Este espacio se encuentra integrado dentro de otro mayor, el Parque Natural Marino del Golfo de León, gran área marina protegida creada en 2011, que extiende a lo largo de 4010 km2, cubriendo 100 kilómetros de costa de 12 municipios litorales: Leucate, Le Barcarès, Torreilles, Sainte-Marie-la-Mer, Canet-en-Roussillon, Saint-Cyprien, Elne, Argelès-sur-Mer, Colliure, Port-Vendres,Banyuls-sur-Mer, Cerbère. 

  Bajo la influencia de los vientos, las corrientes y los aportes sedimentarios de los ríos, las aguas del Parque Natural Marino ofrecen condiciones especialmente favorables para la biodiversidad, apareciendo los seis principales ecosistemas mediterráneos, que albergan multitud de especies: fondos arenosos, praderas de posidonia, roca infralitoral, coralígeno, mar abierto y cañones profundos.

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