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LA COSTA BRAVA



  Situada en la provincia de Gerona, la Costa Brava discurre serpenteante desde Blanes hasta Portbou, dentro de las comarcas catalanas del Alto Ampurdán, el Bajo Ampurdán y La Selva. Limitando al norte con la Costa Vermella francesa y al sur con la Costa del Maresme, esta zona tiene una temperatura media anual de 17ºC, lluvias moderadas y 2500 horas de sol al año.
  Su nombre no podía estar mejor pensado: abruptos acantilados, vegetación salvaje que prácticamente se adentra en el mar e infinitas playas y calas de arena dorada a lo largo de sus 214 kilómetros de costa, convierten esta zona del litoral catalán en un ejemplo único de cómo la bravura de la naturaleza dibuja el paisaje a su antojo. Todo ello sin olvidarnos del carácter mediterráneo de poblaciones como Cadaqués o Calella de Palafrugell.

  Hasta la llegada de la economía del turismo, muchas de las localidades de la región costera eran pequeños pueblos de pescadores de casas encaladas y estrechas callejuelas. Sus habitantes, sus tradiciones y la belleza natural de la región despertaron el interés de artistas y escritores. Actualmente, la zona aún conserva gran parte de esta esencia que la caracterizaba antes del cambio que supuso la llegada del turismo. 

  Las playas de la Costa Brava se caracterizan por la calidad de sus aguas. A muchas de estas se les ha atribuido la Bandera Azul, símbolo inconfundible de agua limpia y libre de contaminación. Algunas de estas playas son las de Lloret de Mar, Tamariu en Palafrugell, Cala Cristus, Cala de Calonge, La Fosca de Palamós y Mar Menuda de Tossa de Mar. Otro de los rasgos característicos de la Costa Brava son las pequeñas calas o playas escondidas, rodeadas de vegetación, debido a la erosión del mar sobre los acantilados. Algunas sólo son accesibles desde el mar y a muchas otras sólo se puede llegar por caminos costeros que recorren la costa en algunos municipios de la Costa Brava.
Platja d´Aro
  La naturaleza tiene un protagonismo destacado en este territorio. Más del 30% del total de la superficie del área de las regiones de Gerona está protegida debido a su interés natural. Los espacios naturales más importantes de la Costa Brava son: el Parque Natural de Cap de Creus, el Parque Natural de Els Aiguamolls de l'Empordà y el Parque Natural de El Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter. 

  La Costa Brava también reserva un gran número de propuestas culturales: el vasto legado de Salvador Dalí en el Empordà; el monasterio de Sant Pere de Rodes o el castillo de Peratallada; villas medievales como Tossa de Mar, Púbol o Pals; las ruinas de Empúries, testimonios excepcionales de las civilizaciones griega y romana; y los espléndidos jardines botánicos de Blanes y Lloret de Mar.


  El pintor ampurdanés Salvador Dalí dejó un gran legado en esta zona de Cataluña. El Teatro-Museo Dalí de Figueres acoge una gran colección de obras surrealistas, además de las piezas del espacio Dalí-Joies. En la Casa-Museo Salvador Dalí, en Portlligat (Cadaqués), encontrarás la que fue su residencia-taller, con el mobiliario y los objetos personales del artista. El tercer espacio lo conforma la Casa-Museo Castillo Gala Dalí de Púbol, en el municipio de La Pera, que Dalí regaló a su musa y donde se encuentra enterrada.

ALTO AMPURDAN


  Situado en la extremidad noreste de la Península Ibérica, es una región marcada por la proximidad de los Pirineos. En este lugar empieza a designarse la Costa brava con sus pequeños pueblos costeros como Portbou y Collera.

  Su capital,  Figueras, es mundialmente conocida por el Museo Dalí, aunque existen otras importantes visitas que no debemos olvidar, como el Parc Natural de Cap de Creus, las ruinas de Ampurias, la ciudad medieval de  Sant Martí d’Empuries, los pantanos del Parque Natural Aiguamolls de L’Empordà, de Cadaqués y de Sant Pere de Rodes.

Portbou

  Es el municipio que se encuentra en la parte más septentrional de la Costa Brava, limitando al norte con Francia. Es un pequeño pueblo que no llega a 1.500 habitantes, de tradición pesquera y que ofrece numerosas posibilidades de ocio en su litoral, como el buceo u otras actividades acuáticas.

Parque Natural Cap de Creus

  Es uno de los espacios naturales más importantes de Cataluña. Está ubicado en torno al accidente geográfico del Cabo de Creus, el punto más oriental de toda la Península Ibérica. Su territorio pertenece a los municipios de Cadaqués, Puerto de la Selva, La Selva de Mar, Llansá, Vilajuïga, Pau, Palau-Saverdera y Rosas. El espacio, tanto terrestre como marítimo, del parque abarca 13.886 hectáreas y recibe cada año unos 435.000 visitantes. Los fuertes vientos que recorren la zona, especialmente la tramuntana, y el oleaje han ido moldeando esta parte del litoral, configurando un perfil muy abrupto. En todo el territorio encontramos una vegetación escasa pero una fauna muy rica.

Cadaqués

  Se trata de uno de los pueblos dignos de aparecer en los listados de ‘lugares que ver antes de morir’. Situado al norte de la península del Cap de Creus, el pueblo es conocido mundialmente por uno de sus vecinos más ilustres, el Salvador Dalí. El pintor vivió en el pueblo junto a Gala y ahora se puede visitar su residencia, la Casa Museo Salvador Dalí, en la vecina Port Ligat. Para evitar decepciones de último minuto a quien desee visitar su casa, se recomienda hacer una reserva ya que solo se permite el acceso en grupos reducidos cada cierto tiempo.
  Recorrer las calles de casas blancas de su casco antiguo o pasear a la orilla del mar contemplando en la bahía como fondean infinidad de pequeñas embarcaciones sobre un agua cristalina, es sin duda una de las mejores experiencias que podemos vivir en Cataluña. Tanta belleza, sin embargo, tiene un pequeño contratiempo y es que el pueblo recibe tantas visitas que a veces llegan a deslucir el paisaje.

Roses
Dolmen de la Creu de Cobertella

  Ubicado en la bahía de Roses, este pueblo del Mediterráneo ha experimentado un gran crecimiento con la llegada del turismo. Actualmente tiene unos 18.000 habitantes, y cuenta con multitud de playas y calas que le convierten en destino preferido por los turistas en busca de sol y arena. El pueblo, además, tiene una oferta de ocio tan amplia que es imposible que no encontremos una propuesta a nuestro gusto: parapente, vela, remo, submarinismo, pesca, surf, senderismo, karting, mini golf e incluso paseos en tren turístico por el paseo marítimo, el aburrimiento no existe en Roses.

 Entre tanta diversión, en Roses  también debemos guardar un tiempo para la cultura, ya que el pueblo posee importantes vestigios históricos que vale la pena conocer, es el caso del dolmen de la Creu Cobertella, uno de los más importantes de Cataluña, o el castillo de la Trinitat, que data del año 1544. 

Empuriabrava

  Situada en pleno golfo de Rosas, en el municipio de Castelló d’Empúries, se encuentra la localidad de Empuriabrava rodeada por el Parque Natural de Aiguamolls de l'Empordà.

  Constituye la marina residencial más importante de Europa, con unos 24 km de canales navegables. A quien no le importe gastar un poco de dinero, puede pagar 35 o 40 euros por el alquiler de un pequeño barco y disfrutar por una hora de la zona desde sus aguas.

Parque Natural de las Marismas del Ampurdán

  También conocido en Catalán como Aiguamolls de L´Empordá, se trata de un conjunto de marismas generadas al final del curso del río Muga y del Fluvià. Desde octubre de 1983 está considerado Paraje de Interés Natural. El Parque tiene una extensión de 4.730 hectáreas aproximadamente, de las que 825 son reserva natural integral estrictamente protegida. Su principal interés recae en la riqueza de la flora y la fauna ornitológica sobre todo, especialmente migratoria.

Figueres

  Un sitio que no puede faltar en una visita a la Costa Brava es Figueres, capital del Alto Empordà. Esta localidad al igual que Cadaqués le debe gran parte de su popularidad a Dalí, en ella se ubica el teatro museo del artista y reposa no solo una parte del resultado de su genialidad sino también sus restos. El museo impresiona por dentro y por fuera, su fachada coronada por unos huevos gigantes despierta la imaginación y las ganas de conocer el lugar en profundidad. Además del teatro museo, otros sitios a visitar son los museos del Juguete y del Empordá y el castillo San Fernando.

BAJO AMPURDÁN

  Conocida como la "región de calas", ocupa el centro de la Costa Brava y ofrece, entre otras muchas tentaciones, un arsenal considerable de oferta gastronómica y comercial, además de las más bonitas y recónditas calas de la zona. 

  Las visitas esenciales las constituyen las islas Medas, situadas frente a la costa y al macizo del Montgrí, las calas de Begur, Calella de Palafrugell y el faro de Sant Sebastià, además de los restos del poblado ibérico de Ullastret y los pueblos medievales de Pals y Peratallada.

  Su capital es la localidad de La Bisbal d'Empordà, un lugar que tiene gran tradición en la alfarería de cerámica.

Islas Medas

  Pequeño archipiélago situado a 900 m de Estartit, en la playa de Torroella de Montgrí. Son prácticamente las únicas islas del litoral de Cataluña y están formadas por las elevaciones de la sierra de Montgrí. Hay un total de siete islotes, con fondos rocosos y cuevas submarinas que lo convierten en un espacio perfecto para practicar el submarinismo. La zona está considerada reserva marina por su rico ecosistema, favorecido por su proximidad a la desembocadura del río Ter.
Pals

  Con una población de poco más de 2.800 habitantes, está formada por tres núcleos: Pals, Masos de Pals y la Playa de Pals. Las singularidades de cada uno de estos ofrecen diferentes propuestas a los turistas. 

  En lo alto del monte Puig Aspré aparece Pals con su absoluto encanto medieval. Caminar por sus calzadas empedradas, perderse y encontrarse en sus estrechos callejones, dejarse tentar por las pequeñas artesanías de sus tiendecillas, o simplemente apreciar las hermosas vistas que desde el mirador Josep Plá se obtienen de Ampurdán hace de Pals un destino magnífico para aprovechar de la costa Brava desde otra perspectiva.

  Masos de Pals está formado por un conjunto de masías de un gran interés arquitectónico y la Playa de Pals dispone de todos los recursos para disfrutar del Mediterráneo.

Begur

  Oficialmente y en catalán Begur, se trata de un pueblo pescador que dispone de unas de las mejores playas y calas de la Costa Brava. La población se situ unos 4 Km. al interior, presidido por un castillo medieval. Sus numerosas casas de indianos, el trazado y el perfil de las calles del casco viejo y las antiguas barracas de pescadores que se conservan en las calas dan fe de una historia larga e intensa en la que piratas, navegantes, coraleros, pescadores e indianos han ido poblando sus tierras.  
  Las playas y calas de Begur son unas de las más demandadas por los turistas en el periodo estival, entre las que detacan: Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna, Fornells y Aiguablava.

  
A lo largo de 1.300 metros de litoral, entre las calas de sa Riera y Aiguafreda, encontramos la Reserva Marina de Ses Negres. Presenta una superficie total de 80 ha, la cual incluye los acantilados que rodean las montañas de Begur.

Calella de Palafrugell

  Este núcleo urbano, perteneciente al municipio de Palafrugell, es uno de esos lugares que desearíamos que nunca aparecieran en las guías de viaje, para que nadie excepto nosotros pudiera disfrutarlo. Probablemente se trata de uno de los destinos en los que más se perciben las características de la Costa Brava ya que su litoral está rodeado de costa rocosa, lo que permite unas playas y, sobre todo, calas de inmensa belleza. Este antiguo pueblo pesquero tiene su mayor encanto en la infinidad de casas bajas y blancas que componen su casco antiguo, a la orilla del mar. Aunque para disfrutar de un buen baño debemos visitarlo en verano, es muy recomendable también pasar por este pueblo en invierno, cuando la afluencia de turistas baja y las puestas de sol siguen siendo de impresión.

  Las coloridas embarcaciones de los pescadores reposan contagiadas con la tranquilidad de  esas aguas cristalinas que se funden a lo lejos con la montaña. Tambien podemos visitar el interesante jardín botánico del cap de Roig,  por su flora y ubicación.


  Cerca de Palafrugell encontramos Tamariu, con una playa urbana de arena dorada con paseo marítimo y dotada de todas las instalaciones.

Palamós

  Este municipio de la comarca del Bajo Ampurdán tiene el tercer puerto comercial más importante de Cataluña, después del de Barcelona y Tarragona.

  Vale la pena visitarla aunque solo sea por probar sus exquisitas gambas, de color rojo intenso, que han hecho famoso al municipio a nivel internacional. La riqueza biológica de la Costa Brava es el principal secreto de la calidad de estas gambas, que se pescan desde los años treinta, cuando la importación de las técnicas de arrastre permitieron el descubrimiento de importantes caladeros en la zona. El pueblo cuenta incluso con un Museo de la Pesca que podemos visitar para conocer mejor su tradición marinera. El mejor lugar para probar estas deliciosas gambas en uno de los muchos restaurantes del paseo marítimo de Palamós, con vistas a la playa y al puerto. 

Castillo-Platja d´Aro

  Su fino arenal representa uno de los centros de ocio más importantes de la costa. Sus preciosas calas y playas kilométricas son un paraíso para los amantes del mar, especialmente si recorremos el llamado Camino de Ronda de S’Agaró, que conecta la playa de Sant Pol con la cala Sa Conca de S’agaró ofreciendo unas vistas impresionantes del Mediterráneo. Se trata de un pueblo con una gran oferta de ocio, en parte gracias al entramado de alojamientos, tiendas, bares, terrazas y discotecas que rodean el paseo marítimo. Pero en Platja d’Aro no tenemos solo turismo de playa, el pueblo también cuenta con un importante legado histórico que podemos observar todavía en enclaves como el Pla de Palol, una villa romana datada alrededor del siglo I a.C.

LA SELVA

  Su capital es la localidad de Santa Coloma de Farners, aunque las ciudades y pueblos costeros de Tossa de Mar, Lloret de Mar y Blanes, son los más turísticos y conocidos de esta región.

Tossa de Mar

  Este municipio se ha convertido en el destino por excelencia de muchos turistas. Sus playas, su patrimonio histórico, y su oferta de ocio atraen a muchos visitantes, especialmente durante el verano.

  Tossa de Mar es una bonita ciudad con estrechas calles, un magnífico castillo antiguo, valles verdes, barrancos y resortes naturales. La Tossa medieval es del año 966 y en el 1187 el castillo fue construido en el cabo para defender la ciudad de los invasores, aunque hoy día está invadida de turistas.

  Pasear por las callejuelas de su casco medieval amurallado, la Vila Vella, es toda una delicia. Lo ideal es recorrer esta zona, que se encuentra sobre un pequeño monte, hasta llegar al faro desde donde tenemos una espectacular vista de la costa. También es muy agradable el paseo por la fachada marítima de Tossa, que se extiende desde los pies de las murallas hasta la playa de la Mar Menuda así como por Sa Roqueta, antiguo barrio de pescadores. Tampoco debemos olvidarnos de admirar la igleisa de San Vicente, de estilo gótico tardío, la capilla de Sant Miquel o visitar su Museo Municipal, reflejo del movimiento artístico que albergó el municipio en los años treinta.
  Tossa también cuenta con unas bonitas playas ideales para bucear y con unos excelentes restaurantes para degustar lo mejor de la cocina mediterránea.

Lloret de Mar

  Aunque en los últimos años se ha hecho famoso por ser uno de los destinos preferidos por los jóvenes extranjeros en busca de diversión, Lloret de Mar es mucho más que playas y discotecas. Este pueblo tiene algunos lugares dignos de visitar como es el caso los jardines de Santa Clotilde, situados sobre un impresionante acantilado, donde podemos pasear entre escalinatas y fuentes mientras disfrutamos de una increíble panorámica del mar y su costa. También tenemos vistas espectaculares desde los múltiples itinerarios habilitados para recorrer el litoral adentrándonos en zonas de bosque, son los llamados Caminos de Ronda. 

  Además del paisaje, en Lloret también nos enamorará la arquitectura, especialmente la del castillo de Sant Joan, situado en lo alto de una colina, y la iglesia de Sant Romà de estilo gótico catalán.

  Es de destacar la presencia del Poblado ibérico de Puig de Castellet, que data del siglo III a.C. y está situado a dos kilómetros del núcleo de Lloret de Mar en una zona estratégica de dominio visual desde la desembocadura del río Tordera hasta la costa de Lloret. Es un pequeño recinto de 650 m2 compuesto por unas 6 viviendas, fortificado con una amplia muralla y torres de defensa, a causa de las dificultades bélicas que desde el 264 a.C. hasta el 146 a.C. sacudieron el Mediterráneo: las guerras púnicas.

Blanes


  Su término municipal pertenece a la comarca de la Selva. Es el pueblo que delimita la Costa Brava por el sur. Su paisaje, que agrupa montañas, playas y calas, le ha convertido en uno de los destinos más visitados de la Costa Brava.

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