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CERDEÑA AL COMPLETO


 Cerdeña, denominada en italiano Sardegna y en sardo Sardigna o Sardìnnia, es la segunda isla en tamaño del Mediterráneo y la octava de Europa. Se encuentra en el centro del mar Mediterráneo occidental, entre Córcega que la separa al norte del estrecho de Bonifacio, la península italiana al este, Túnez al sur, y las islas Baleares al oeste. Ocupa una superficie de más de 24.000 km2., un área similar a la de la Comunidad Valenciana.

  Las costas de Cerdeña, con 1849 km de largo son, en general, altas y rocosas con franjas largas, relativamente rectas de litoral, con muchos cabos y unas pocas bahías, anchas y profundas, además de unas cuantas rías. Hay muchos islotes y varias islas menores frente a la costa, pudiendo mencionarse entre ellas: Asinara, San Pietro, Sant’Antioco, Tavolara y el archipiélago de la Magdalena con Caprera. 
  En la isla predomina el clima mediterráneo, aunque en algunas zonas internas es más severo. Durante el año hay aproximadamente 300 días sin lluvia. A lo largo de la zona costera, donde reside gran parte de la población, los inviernos son suaves, gracias a la presencia del mar, con raras nevadas y veranos calurosos y secos. En el interior de la isla, la baja humedad y la fuerte ventolera permite soportar fácilmente las elevadas temperaturas veraniegas, capaces de alcanzar esporádicamente los 35-40°C, particularmente en presencia de grandes incendios forestales. En las zonas más próximas a la costa raramente se alcanzan dichas temperaturas, pero se observa una humedad mucho más elevada, si bien la presencia del viento hace más soportable el bochorno. Sobre los montes del Gennargentu en los meses de invierno nieva y la temperatura desciende bajo cero.

HISTORIA DE LA ISLA 

  En Cerdeña hubo una civilización prehistórica de las que quedan monumentos megalíticos. Las primeras domus de janas (casas de las hadas) se remontan al 2000-1800 a.C., en plena Edad del Bronce; se trata de pequeñas tumbas excavadas en la roca, a veces reunidas en grupos numerosos, en la que según la tradición popular moraban hadas y brujas. La cultura nurágica de la que quedan sobre todo los nuragas, se desarrolló desde el siglo XVI hasta el IX a.C. Entonces llegaron los fenicios, habiéndose descubierto en las excavaciones terracotas de origen fenicio. A los fenicios los sucedieron los cartagineses, cuyas ciudades más importantes fueron: Káralis, Tharros y Nora. 

Tharros
  En el 238 a.C. la tomaron los romanos, como consecuencia de la derrota cartaginesa en la primera guerra púnica. Cerdeña se convirtió en una provincia romana y las ciudades costeras que existían fueron engrandecidas y embellecidas, mientras que se fundaron las colonias como Turris Lybissonis y Feronia. Fueron pobladas por inmigrantes romanos. La ocupación militar romana acabó con la civilización nurágica. A pesar de las campañas por las cordilleras centrales, llamadas por los romanos Barbaria (sardo moderno Barbagia), la dominación romana del centro de Cerdeña nunca fue más que nominal. 

  La dominación romana de Cerdeña duró 694 años. En los primeros siglos de la Edad Media, Cerdeña fue saqueada por los vándalos (siglo V), quienes ocuparon Caralis junto con otras ciudades costeras de Cerdeña. El dominio duró 77 años de los que poco se sabe, salvo que el gobierno vándalo adoptó una forma similar de la previa estructura imperial romana. También la ocuparon los godos, sin embargo, fueron los bizantinos que la tomaron en el año 533 cuando los vándalos fueron derrotados por los ejércios de Justiniano I bajo el general Belisario en la batalla de Tricamaro. Los bizantinos se quedaron con la isla hasta el siglo X. La autoridad bizantina centralizada permaneció hasta alrededor del año 650; después, la autoridad pasó a las manos de los legados bizantinos locales. Se debió en gran medida a los problemas locales como los ataques de los moros y de los bereberes sobre las costas sardas. Los sarracenos hicieron incursiones en esta isla del Mediterráneo, documentándose el primer ataque en el año 705. Estos ataques fueron cada vez más intensas que dieron como resultado que los habitantes de la costa abandonasen las ciudades costeras. 

  En los siglos XII y XIII, Génova, Pisa y el Papado lucharon largo tiempo por imponer su poder en las Juzgadorías. A finales del siglo XIII el papa Bonifacio VIII estableció que Cerdeña pasase a la Corona de Aragón, formalizándose la cesión en el año 1324, cuando el entonces infante Alfonso, futuro Alfonso «el Benigno», toma Cerdeña durante los últimos años del reinado de Jaime II. El dominio de la Corona de Aragón se prolongó hasta el siglo XVIII, manteniendo en la isla una rígida organización de tipo feudal, destacando su presencia sobre todo en Alguer, repoblada por catalanes después de una sublevación. Cerdeña pasó a Austria en el año 1713, en virtud del tratado de Utrecht. Pero en 1718, después del Congreso de Londres, Cerdeña pasó a Víctor Amadeo II de Saboya, y a través de la casa de Saboya, se incorporó al Reino de Italia en el año 1861. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Constitución le reconoce cierta autonomía. 

LEGADO HISTÓRICO

Barumini - Su Nuraxi
  Lo más destacado de Cerdeña son las estructuras megalíticas llamadas nuragas, dispersas en gran medida por toda Cerdeña. Su Nuraxi di Barumini es un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

  El poblado de Tiscali, atribuido por algunos autores a la cultura nurágica, es también un interesante yacimiento arqueológico. 

  Pero hay numerosos restos artísticos de otras épocas. De la Antigüedad quedan restos fenicios como Tharros, asentamiento púnico del S.VIII a.C. Las catacumbas de la Isla de Sant'Antioco son también fenicias, pero luego las usaron los cristianos. Se encuentran por debajo de la basílica de Sant'Antioco Martire, del siglo XII. También en esta isla se pueden ver el santuario Tphet y una necrópolis. La ciudad de Nora fue primero fenicia y luego romana, conservándose los restos de un anfiteatro romano. 

Santa Trinitá de Saccargia
  De la Edad Media, hay iglesias de estilo románico pisano, como la Basílica de Saccargia, dedicada a la Santísima Trinidad en 1116, que tiene un ciclo de frescos del siglo XIII, Santa María del Regno o iglesia Negra en Ardara, iglesia de San Pietro en Bosa (siglo XI) con una fachada gótica posterior, la catedral de Santa Giusta en Oristán (siglo XII). Posteriormente, por la ocupación aragonesa, se construyó en estilo gótico, como puede verse en la catedral de Alguer (siglo XVI). 

DIVISIÓN DEL TERRITORIO 

  Tradicionalmente, Cerdeña estaba dividida en sub-regiones que derivan directamente, en las denominaciones y en las extensiones, de los distritos administrativos, judiciales y electorales, llamados en sardo curadorias. Hasta 2005, Cerdeña había estado dividida en cuatro provincias: Cagliari, Sassari, Nuoro y Oristán. En 2005 el Consejo Regional decidió crear cuatro nuevas provincias que entraron en actividad con las elecciones provinciales para Presidentes y Consejos celebradas en el año 2006. Las cuatro provincias adicionales son: Olbia-Tempio, Ogliastra, Carbonia-Iglesias y Medio Campidano. 

SÍMBOLOS 

  La enseña sarda utiliza una de las armas tradicionales del Reino de Aragón, la bandera de San Jorge con las cuatro cabezas de los "reyes" que resultaron muertos en la Batalla de Alcoraz. En la batalla ocurrida en 1096 en las cercanías de Huesca, que fue conquistada por los cristianos, habría intervenido milagrosamente san Jorge en auxilio de las tropas aragonesas frente a los gobernantes de las taifas o distritos de Wasqa (Huesca) y la Cora de Saraqusta (Zaragoza). Tras ser conquistada la isla por la Corona de Aragón, el rey les dio esta enseña como propia para la isla. 

VISITAS DE INTERÉS


01. CAGLIARI 

  Capital de Cerdeña, es pura esencia mediterránea y lo expresa en cada esquina, en cada bocado de su suculenta gastronomía, o en cada paso por las piedras que fenicios, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, pisanos o catalano-aragoneses, levantaron en sus más de dos milenios de existencia. 

  Cagliari se divide en barrios históricos que poseen un encanto propio y diferente, Castello (Su Casteddu), Stampace y Marina, o el más reciente, Vilanova que surgió con el crecimiento urbanístico del XIX. 
  Castello está situado en le peñón rocoso donde los pisanos establecieron su centro fortificado con forma de proa de barco. El bastión San Remy permite una vista panorámica de Cagliari, y en sus terrazas podemos tomar un refrigerio disfrutando del mirador. Además, debemos visitar la torre del Elefante, una torre defensiva levantada por los pisanos ante la ofensiva aragonesa, llamada así por la escultura del elefante de mármol; la catedral que si bien se comenzó en el siglo XIII no paró de retocarse a lo largo de los siglos; y la puerta de los leones. Si contamos con tiempo la visita al Museo Arqueológico y a la Pinacoteca Nacional. 

  La catedral de Santa Maria, construida a inicios del siglo XIII por los pisanos, se convirtió en catedral en 1258. El campanile es el único elemento estructural que se conserva de la estructura románica. Contemporáneo es también el púlpito di Gugliemo (realizado entre 1159 y 1162), que se traslado desde la catedral de Pisa entre el 1310 y 1312, y desmembrado en la segunda mitad del XVII con ocasión de las reformas barrocas en la catedral de Cagliari. En su interior se conservan dos capillas góticas, a la izquierda del altar la pisana, y a la derecha la aragonesa, realizada después de 1326, cuando los cátalo-aragoneses conquistaron la isla. 


  El barrio de Stampace es el más antiguo de la ciudad, y donde se hallan los restos arqueológicos de la necrópolis fenicia de Tuvixeddu, la villa romana de Tigellio, o el anfiteatro romano construido en el siglo II d.C. que aprovecha las gradas de la montaña, y en el cual actualmente se recogen eventos musicales y representaciones de obras líricas clásicas.
  Podemos combinar la visita a Stampace con la iglesia de Sant Efisio, de estilo barroco piamontés, que honra al patrón protector de Cagliari. La iglesia de Santa Ana, San Lorenzo, San Pancracio, o San Miguel, o la cripta de Santa Restituta, complementan el espectro religioso del barrio. El jardín botánico incluye especies de flora muy variadas. 

02. PULA Y PARQUE ARQUEOLÓGICO DE NORA

  La población de Pula es conocida por dos cosas, la primera es por ser el destino turístico de muchos italianos, no sólo sardos, que llegan en masa cuando el sol luce. La segunda es por el yacimiento fenicio y romano de Nora, uno de los más importantes de toda Cerdeña. 

  Aunque hay testimonios físicos de que ya estaba habitada en tiempos de la civilización nurágica, Nora adquirió notoriedad con la fundación fenicia (entorno al siglo VIII a.C.), que convirtió al sur de Cerdeña en un foco de actividades comerciales. Los romanos heredaron una ciudad floreciente, pero la desarrollaron hasta convertirla en capital de la Cerdeña romana, y en estación de transito del intercambio entre el Norte de África y Europa. 

  La caída del imperio supuso el abandono paulatino de Nora, agravado por las incursiones piratas que dejaron demasiado expuesta la ciudad. 

03. CHIA


  Población costera y balnearia, Chia recibe a buena parte de los habitantes de Cagliari cuando el calor aprieta, y también alberga numerosos resorts y hoteles vacacionales. Aún así, Chia se ha mantenido más “salvaje” que otros pueblos que han crecido de forma desorbitada. Sus 6 kilómetros de aguas azuladas y esmeraldas la convierten en un paraje de naturaleza lejana a la contaminación, de playas arenosas y promontorios costeros que suben y bajan. Sus bosques facilitan la conservación de especies como el jabalí, el águila real o el ciervo sardo. 

  En estas mismas costas está la antigua colonia cartaginesa de Bithia, del siglo VI al VII a.C., que desgraciadamente sólo guarda parte de las huellas del importante asentamiento. Los restos excavados se guardan en el Museo Arqueológico de Cagliari y en el Museo de Domus de Maria. En la isla de Cardolinu se hallaron restos del Tophet, un tipo de construcción funeraria local. 

  La torre española del siglo XVII es el símbolo de Chia, visible desde todas las playas, incluso cuando de noche su imagen se vuelve más sugestiva, dominando desde el promontorio donde se hallaba la acrópolis de la antigua ciudad púnica de Bithia. 


04. SULCIS-IGLESIENTE

  Sulcis-Iglesiente es todavía la parte más desconocida de la isla de Cerdeña, pero sin duda la más sorprendente. Cuando se habla de Cerdeña aún la mayoría la asocia lamentablemente solo a la Costa Esmeralda sin saber que la verdadera Cerdeña no está allí sino en zonas como esta. Si nunca has estado en Cerdeña, Sulcis Iglesiente te dará más de una excusa para descubrirla.

  Se trata exactamente de la parte sureste de Cerdeña e incluye las islas de Sant'Antioco y Carloforte. Desde Portixeddu hasta Porto Pino encontrarás playas espectaculares y aún vírgenes, árboles de corcho doblados por el viento, senderos de cultura y paisajes increíbles. Un verdadero espectáculo de la naturaleza.

  Entre las playas más bonitas anotamos Cala Domestica, Portixeddu, Portopaglietto, Masua, Porto Pino, Porto Pineddu y muchas calas de Sant'Antioco y Carloforte. Si pero te interesa la cultura y la arqueología, entonces el Sulcis es el destino ideal para el viajero en busca de la autenticidad del lugar, de los detalles todavía inalterados, al que le gusta también vivir su destino a través del diálogo y el conocimiento de la gente que lo anima. Aconsejamos visitar el Templo de Antas, el Monte Sirai, el poblado hipogeo de Sant'Antioco y la necropolis de Montessu. Pero quizás sean las minas lo que más te sorprenderá.

  Cerdeña es el primer parque geominero del mundo reconocido por la UNESCO. Las distintas minas del Sulcis-Iglesiente representan hoy un importante ejemplo de arqueología industrial y se han trasformado en centros de difusión cultural.

  Para los amantes del senderismo y de la arqueología industrial es muy aconsejable la Lavería Lamarmora, construida de piedra vista, inmersa en el verde y frente al mar. A los pies de la Lavería, un pequeño atraque usado para la carga del mineral puede emplearse como trampolín para una zambullida refrescante en las aguas de color esmeralda. Por último Porto Flavia, cerca de Masua, que representa un brillante e innovador ejemplo de ingeniería. Realizado en el 1924, excavando en la montaña unos seiscientos metros, se puede admirar el complejo sistema de galerías superpuestas donde una cinta transportadora recibía el mineral de los depósitos para trasladarlos directamente a la bodega de los barcos de carga.

05. COSTA VERDE

  La Costa Verde recibe su nombre del manto de rica vegetación mediterránea (lentisco, madroños seculares, olivos), que desciende de las montañas hasta el mar, entre valles y dunas de arena, enraizándose como dedos que se sumergen en la arena, mostrando su reverencia al paso del viento Mistral, un escultor perfecto que ha pulido la figura de los árboles hasta refinar su tronco casi paralelo al suelo. 

  La Costa Verde se sucede a lo largo de 47 kilómetros de la costa oeste de Cerdeña (entre el tramo costero que serpentea Portixeddu y Torre dei Corsari), con un hilo pertinaz de hermosas playas, salpicada de calas rocosas y acantilados imponentes que caen a plomo sobre el mar. 

  La Costa Verde conserva la historia de su pasado minero, como el pueblo de Buggerru, previo a la bahía de Cala Domestica, y que da paso a la playa de Portixeddu. Con la presencia de un viento tan fuerte, es lógico que sea uno de los destinos preferidos para hacer surf en Cerdeña (sobretodo en invierno cuando las olas son más pronunciadas). El mar raramente está calmado, y la espuma blanca es otro de los colores de la Costa Verde. 

  Una de las mejores playas de la Costa Verde es la de Piscinas, 3 km de playa resguardada por dunas de arena de hasta 50 metros de alto. El impacto al llegar a la arena desde el verde y montañoso interior de la isla es increíble. Nos parecerá un desierto sobre el mar. 
Playa de Piscinas - Costa Verde

06. BOSA

  Una de las sorpresas más espléndidas que nos depara la Cerdeña tranquila es la ciudad de Bosa. Su pequeña población de apenas 8.000 habitantes no encaja con la importancia que tuvo este núcleo, y el encanto que nos transmite. Asentada en el respiro que las montañas dan al mar, Bosa nació a la orilla del río Termo, edificada en las faldas de la montaña que reina el castillo Malaspina, una fortaleza casi inexpugnable.

  Desde las almenas del castillo la vista sobre la ciudad de Bosa es asombrosa. Los colores de las fachadas de las casas se distinguen perfectamente y forman un mosaico muy fotogénico. También desde aquí podemos distinguir a lo lejos, cruzando el río Temo la Iglesia de San Prieto, antigua catedral fundada en el 1073, y que distingue rasgos del prerrománico sardo. 

07. ALGHERO 

  La pequeña (pero para muchos la ciudad más bonita de la isla) villa sardo-catalana de Alghero se encuentra en la costa noroeste de Cerdeña. En sus calles oiremos un italiano con muchas influencias del sardo, o incluso del catalán. En la oficina de turismo incluso se ofrecerán a explicarnos las rutas por el centro de Alghero en catalán, aunque, no pensemos que la población lo habla exactamente igual. Aún así, los vínculos históricos hacen que cualquier español se sienta como en cualquier parte del levante de nuestro país. 
  Esta ciudad está bañada por las aguas de la Costa del Coral, y es conocida en todo el mundo por sus impresionantes playas y su característico casco antiguo de la ciudad que se ha convertido rápidamente en uno de los focos de vacaciones del Mediterráneo más visitado. Su nombre proviene de las algas que se depositan en la playa de San Giovanni tras los días de temporal y marejada.

  De hecho Alghero está pensada para conocerla paseando por sus callejuelas empedradas llamadas ginquetes, tentados de seguir el rastro de los platos que se cocinan en los restaurantes del puerto, o siempre atentos a comprar un recuerdo en las tiendas de souvenirs, especialmente el coral rojo, souvenir más típico de la zona.

  Un punto de interés de Alghero son el bastión y las torres defensivas que guardan el corazón de la ciudad, como la torre Sulis, Sant Elm Torre de Porta Terra (o de los judíos), la de San Giovanni, o la torre del Polvorí. Las iglesias que custodian en su interior empezando por la Catdedral de Santa María, San Michele o San Francesco. 

  Desde Alguero podemos realizar una excursión a Porto Conte con su reserva natural, o al Capo Caccia y la Gruta de Neptuno (Grotta Nettuno), visita obligada para las formaciones de estalactitas y estalagmitas fruto de la acción de millones de años de erosión. 

  • GRUTA DE NEPTUNO
Acantilado de acceso a la cueva 
  La gruta de Neptuno es una gruta de Italia con magnificas formaciones kársticas que se encuentra en Bastioni Pigafetta, a unos 24 km de Alghero, en el acantilado noroeste del promontorio del cabo Caccia, en el área protegida del mismo nombre en el noroeste de la isla de Cerdeña. 

  Dicha gruta, de más de 10 millones de años, fue descubierta por un pescador local en el siglo XVIII, y desde entonces ha demostrado ser una atracción turística popular. 

  La cueva debe su nombre al dios romano del mar, Neptuno, y su entrada sólo es posible si las condiciones del mar lo permiten, pues para acceder sólo hay dos opciones: a través de unas barcas que llevan directamente a la entrada, o bajando los 654 escalones que separan la cueva de la superficie superior a través de la conocida Escala del Cabirol, que zigzaguea por la escarpada pared vertical. 

  En el interior se encuentra el segundo lago interior más grande de Europa y una columna de 12 m de alto y 30m de ancho.

08. STINTINO Y PLAYA PELOSA

   Antaño pueblo de pescadores, Stintino ha sabido reconvertirse hacia el turismo, promoviendo la aparición de hoteles, empresas que ofrecen actividades, y restaurantes que soportan la llegada de muchos turistas. 

 Stintino es una de las localidades más conocidas y apreciadas de Cerdeña, especialmente por lo sugestivas que son sus playas. El mar que baña Capo Falcone alterna colores maravillosos cuya tonalidad depende de la profundidad de sus fondos. Todo ello convierte a Stintino y a su conjunto de playas en una meta turística de primer orden. 

  Frente al promontorio se encuentra la isla de Asinara, antigua colonia penal y desde 1997 reserva natural protegida cuyos únicos habitantes son multitud de especies de flora, varios tipos de aves y grandes mamíferos como caballos, muflones y el conocido asno albino. Podemos visitarla gracias a las excursiones organizadas que parten desde el pequeño puerto marinero de Stintino. 

  Toda la línea de costa de Capo Falcone está regada de una arena blanquísima, formada por piedritas del tamaño de granos de arroz. El primer tramo de playas se conoce como Ezi Mannu, siguiendo después Punta d’Elice, Pazzona y la Spiaggia delle Saline. Esta última recibe el nombre de la Salina que en el siglo XIII pusieron en marcha los monjes de Santa Maria di Tergu. 

  La siguiente playa que encontramos es la de Le Tonnare, cuya antigua fabrica atunera es hoy una residencia sobre el mar; y la playa de Tamereci que pertenece a la población de Pischina Salida. 

  Más allá de Stintino llegamos a las calas de Punta Negra (las mejores son Cale di Cala Lupo y Cala di Vacca) para finalizar por Playa Pelosa cuyas aguas claras la hacen merecedora de denominarse la mejor playa de Cerdeña, aunque también por ello es una de las más visitadas, muy saturada de gente en los meses de verano, y además tiene un parking bastante caro, por lo que hay que pensar bien el tiempo que queremos "invertir" en esta paradisíaca playa.

09. SASSARI

  Sassari, junto a la Nurra, Porto Torres y los pueblos limítrofes forman Turritano, una subregión del norte de Cerdeña, cuya posición sirve de eje radial hacia Alghero al oeste, Stintino, Asinara, Porto Torres y Castelsardo al norte, y Olbia y la Costa Esmeralda al este. Con más de 7.500 km2 y 430.000 habitantes, la provincia homónima es la más grande de Cerdeña. 

  La ciudad se articula en torno al Corso Vittorio Emanuele II, que divide la ciudad en un barrio al norte dedicado tradicionalmente al comercio, y otro al sur más noble y donde abundan los espacios religiosos, como la catedral, alzada en el siglo XVIII siguiendo líneas románicas pisanas, el arzobispado, la chiesa di Santa Caterina, Santa Maria di Betlem, o el convento de los Capuchinos.  En esta zona se encuentra también el Palacio Ducal, actual sede del Ayuntamiento.

  Sassari tiene un núcleo moderno, de reciente edificación, que rodea el corazón histórico, con sus callejuelas y restos del muro pisano que protegía la ciudad y el ya desaparecido castillo, el más grande que tuvo la isla, construido por los aragoneses en el 1330 y demolido en el 1877. De las 36 torres defensivas sólo quedan 6, entre ellas la Turondola, que podemos ver en Piazza Università. 

10. CASTELSARDO

  Castelsardo surge como una nube amenazante e imponente después de conducir por la costa desde Sassari, y cuanto más nos acercamos a la falda de la montaña, más ganas tenemos de aparcar el coche y “escalar” hacia el centro. 

  La familia genovesa de los Doria fundó este enclave sabedora de que con la fortificación sobre la defensa natural de la montaña, conseguiría dominar la región, y establecer un puente comercial y militar entre el continente y la isla. 

  El centro de la ciudad, anidado en las murallas es un entramado de callejuelas, rampas y escaleras que siempre en pendiente ascienden hacia el castillo de los Doria (Su Casteddu). No hace falta mapas ya que los caminos te llevan hacia los lugares más importantes, y uno de ellos es la Catedral de San Antonio Abad, levantada sobre el acantilado del que parece que cuelga. Es del siglo XVI y destaca la torre del campanario que está separada de la iglesia.

11. ISLA DE LA MADALENA

  Dicen los lugareños, que las playas del archipiélago de la Maddalena son las más vistosas y bellas de Cerdeña. La verdad es que los que contemplan desde el corazón insular de Cerdeña, bien desde Palau o PortoRafael, al conjunto de islas que componen el archipiélago, se sienten cercanos a un edén azulado, casi al alcance la mano. 

Roccia dell´orso - Capo D´orso
  El archipiélago lo componen las islas de Maddalena, Spargi, Spargiotto, Budelli, Santa María, Sata stefano, Caprera, Razzoli, la Presa, Barrettini, Piana, Corcelli, Porco y Bisce. 

  Para llegar a la isla salen numerosos ferris desde el puerto de Palau hacia la isla de Maddalena (que luego se conecta con Caprera con una carretera artificial). El trayecto dura menos de media hora, y se pueden llevar vehículos para recorrer la isla, si bien hay autobuses para llegar a las playas del norte y los resorts. 

  En las cercanías de Palau merece la pena visitar Capo D’Orso, uno de los atractivos más frecuentes para los turistas que vienen a sacarse una foto en estas rocas que desafían al viento (hay que pagar la entrada, pero se puede ver desde la carretera).

12. LA COSTA ESMERALDA


  La Costa Esmeralda es una de las zonas costeras más conocidas del norte de Cerdeña, cuya fama trasciende Italia. Abarca 55 km de largo y tiene una extensión de más de 30 km2. Las aguas de la Costa esmeralda son un lujoso destino turístico con playas de arena blanca limpia y fina, y las principales ciudades y pueblos de la zona son: Arzachena, Cannigione, Baja Sardinia, Porto Cervo, y Porto Rotondo. 

  El clima cálido y un tiempo soleado son, junto a las aguas turquesas, la mejor postal de la Costa Esmeralda. La temperatura del agua llega hasta los 23-25 °C normalmente en verano, y fuera el calor no es muy sofocante, 28-30 °C, ya que la situación de la línea de costa permite la corriente de brisas. 
  Las celebridades y famosos italianos acuden a esta región en verano, buscando sus aguas turquesas y sus reconocidas playas, y anclando sus lujosos yates en las calas más recónditas. Junio, septiembre y octubre no son tan concurridos y ofrecen temperaturas mucho menos agobiantes para disfrutar de Costa Esmeralda.

  La Costa Esmeralda se convirtió en un foco internacional de turismo de celebridades cuando el jeque Aga Khan tuvo que refugiarse de una tormenta con su yate. Al comprobar la extraordinaria belleza de su costa, el color increíblemente verde de sus cristalinas aguas, sus recónditas playas de arena blanquísima, este magnate (inmensamente rico) decidió, en 1962, fundar un consorcio de empresarios para explotar turísticamente esta zona privilegiada. El centro social de esta Costa Esmeralda es sin duda Porto Cervo, donde rutilantes estrellas, multimillonarios, pijos y paparazzi caminan arriba y abajo reflejados en los escaparates de las marcas más caras de joyas, vestidos y accesorios al alcance de muy pocos. 
  No hay muchos monumentos en Porto Cervo, el más destacado es la iglesia, llamada Stella Maris, que domina todo la marina de la costa. Por ello la actividad más frecuente es la visita de la Marina, el puerto deportivo, epicentro exclusivo de la Costa Esmeralda, y puerto de atraque de los mejores yates de lujo del mundo, al estilo de Marbella en España o Saint Tropez en la Costa Azul francesa. Aquí el deporte nacional es exhibir una mejor embarcación que el resto, y ser la envidia de los demás. 


  Costa Esmeralda es la zona más cara de Cerdeña, especialmente en temporada alta, cuando los precios se disparan en algunos hoteles y villas. Por ello, la opción más económica es dormir en el interior, en torno a Arzachena, donde la variedad de hoteles y Bed and Breakfast es amplia. Si nos animamos a pegarnos un capricho en hoteles más suntuosos, la costa está repleta. 

  En los alrededores de Arzachena podemos encontrar significantes recintos arqueológicos para visitar, como las tumbas de gigantes de Li Lolghi (se piensa que es del 1.800 a.C) o la necrópolis de Li Muri, pero sin duda la construcción más impresionante es la de la tumba de gigantes de Coddu Vecchju. 

  Coddu Vecchiu está construida en granito, con una alargada sepultura en galería (hoy descubierta pero en su día cubierta por un túmulo), precedida de un corredor funerario, y cuya parte frontal está presidida por una estela de 4 metros de altura horadada para permitir al acceso. 
  En cuanto a las playas de la Costa Esmeralda, indicar que debido a esta es una de las zonas más turísticas de la isla (si no la que más) se hará muy complicado encontrar una que no tenga un gran ambiente, si bien gracias a la cantidad de playas que existen en un corto espacio de costa, esto favorece que no estén demasiado saturadas, sobretodo en los meses de verano. Liscia Ruja es una playa que se encuentra en un enclave idílico, y merece la pena la visita, aunque también son muy conocidas: Spiaggia del Príncipe, Romazzino, Liscia di Vacca o la Cala Bitta. 

13. OLBIA

  Olbia se ha convertido en ciudad de entrada de los turistas que visitan Cerdeña, especialmente desde Italia, y el precio asequible de sus hoteles (frente a los de la Costa Esmeralda), junto a la autopista que lo conecta con Alghero en dos horas, la convierten en un buen campamento base en el viaje por la isla. 

  El crecimiento de Olbia está intrínsecamente relacionado con el desarrollo turístico de la Costa Esmeralda a partir de los años 70. Desde entonces, el aeropuerto de Olbia se ha convertido en el principal de la isla, y no en vano recibe multitud de vuelos privados de la jet set internacional. Además, su puerto es el que mueve mayor número de pasajeros de toda Italia.

  En el centro de Olbia se pueden admirar edificios del S.XIX como el ayuntamiento, la biblioteca o el Palazzo Scolastico, y plazas abiertas como Reina Margarita y Piazza Giacomo Matteotti. Además del Duomo, la iglesia principal es la San Paolo, con su fachada de granito local, (que es común en muchas construcciones) y su cúpula esmaltada multicolor, de influencia árabe. 

  Cerca de Olbia, y hacia el Sur, se pueden visitar varios lugares de interés entre los que caben destacar el Porto de San Paolo, desde el cual se puede tomar un barquito que nos llevará a la isla Tavolara y el pueblo de San Teodoro, el cual posee unas fantásticas playas que merece la pena visitar, sobretodo si nos podemos desplazar hasta las cercanas calas de Capo Coda Cavallo o Brandinchi (ambas previo pago de parking, por supuesto).

14. GOLFO DE OROSEI


  Y como lo mejor siempre se deja para el final, en el centro de la costa oriental de Cerdeña encontramos el Golfo de Orosei, que se extiende en forma de media luna entre los lugares de Punta Nera, al norte, y el Cabo de Monte Santo, al sur. 

  El mar cristalino del Golfo de Orosei y sus prácticamente vírgenes montañas del Supramonte con su espléndido paisaje son su mayor atractivo, haciendo que las playas que se encuentran a sus pies se muestren como las más bellas e inaccesibles de toda Cerdeña. Por ello, para llegar hasta sus arenales, será casi imprescindible tomar un barco que nos lleve por la costa, pues la montaña que la protege nos obligará a realizar complejas y largas travesías a pie.

  Tanto si vamos a hacer senderismo como si vamos a tomar un barco, deberemos dirigirnos primeramente hasta la Cala Gonone, la facción marina de Dorgali, población situada en el interior. Desde su puerto parten los traghetti, que durante gran parte del año navegan a lo largo del Golfo Orosei recorriendo sus escarpadas costas.

  Para los más aventureros, la opción de caminar nos lleva hasta la cercana Cala Fuili, donde podremos aparcar e iniciar nuestra ruta. Rodeados de vegetación mediterránea, podremos ir viendo la mar turquesa desde algunos puntos de la ruta. Llegaremos a una de las calas más bonitas y fotografiadas de Cerdeña, cala Luna donde nos adentraremos un poco por la codula di Luna para contemplar las paredes del barranco que dan salida al mar. Paisaje virgen, de paredes de caliza y frondosa vegetación que enmarca un mundo aún no explotado.

  Existen también recorridos y excursiones organizadas que nos llevarán hasta puntos más distantes como por ejemplo la espectacular Cala Goloritze, si bien debemos consultar las distintas opciones pues parten ya desde otras localizaciones. 
  El barco es sin duda la atracción principal en el Golfo de Orosei, y son varias las opciones a elegir para realizar este trayecto. La más económica (unos 10 euros por persona) sería escoger la ruta ida y vuelta a Cala Luna, teniendo varios horarios de ida y vuelta, para que podamos pasar el rato que nos apetezca en esta impresionante playa, así como la posibilidad añadida de visitar la Cueva del Bue Marino. También muy recomendable, sobretodo si vamos con amigos, es alquilarse por unos 100 euros una zódiac todo el día, y así poder ver a nuestro aire el Golfo y sus constantes sucesiones de formaciones rocosas, arcos, grutas, farallones y como no, playas espectaculares. 

  Si lo que realmente queremos es ver todo el Golfo de Orosei y no preocuparnos de los horarios, podemos elegir el crucero que sale por la mañana, a las 11 y 12 hrs., regresando sobre las 17 de la tarde, y visitando así las playas más bonitas del lugar. La excursión comienza en el puerto de Cala Gonone en donde nos subimos al traghetti e iniciamos la marcha. Después de pasar la playa de Cala Fuili el primer espectáculo que encontramos surcando el mar son las dos grandes bóvedas de roca, entrada a la Gruta del Bue Marino, donde los traghetti paran para entrar a pie en la gruta. 

  Su nombre proviene del sardo, y hace referencia a la foca monje, el simpático mamífero que históricamente habitaba toda la costa y se refugiaba en las frescas y oscuras cavidades de la cueva, si bien desde 1976 no se ha divisado ninguna en las proximidades. A lo largo de unos 700 metros de profundidad y hasta el fondo de la gruta que acaba en un sifón, se suceden las formaciones de estalagmitas, existiendo además un lago salado de 1 km de superficie, y numerosos fósiles. La visita concluye en el arenal conocido como la playa de las focas, un gigantesco salón donde las focas guardaban a sus crías. La cueva aún se sumerge en las entrañas de la tierra, pero sólo los espeolólogos buceadores más expertos han podido introducirse más adentro, y de hecho se desconoce su profundidad exacta. 
Cala Luna
  Retomando el crucero en nuestro traguetti, inmediatamente después está la playa de Cala Luna, con sus cavernas que asemejan un corredor de arcos bordeando la playa, y que junto a los acantilados del macizo rocoso de Su Masongiu parecen un teatro con el escenario del mar azulado.  

  Superando la punta Lastroni, la pared vertical cae a plomo hasta la siguientes playas y calas, cada cual más singular: Cala Sisine, Cala Biriola, Cala Mariolu, Cala Goloritzè y Cala dei Gabbiani, que guardan además de nidos de halcones, inmensos bosques y senderos semi ocultos de las vías que llegaban hasta el mar donde los veleros recogían las cargas de madera y carbón.
Cala Goloritze
  Sin duda el esnorquel y el buceo se presentan como las principales actividades acuáticas que podremos realizar en nuestras excursiones, pues la transparencia de sus aguas nos permitirán observar el exquisito fondo marino sin ninguna complicación. También existen opciones para aquellos más atrevidos que gusten de la espeleología o escalada, ya que sus verticales acantilados calcáreos forman a su vez hermosas cuevas que descubrir. Podremos también contratar excursiones de aventura para 
descubrir la naturaleza del territorio como trekking, ala delta, parapente, mountain bike, equitación, kayak, descenso de cañones, entre otros.

  En Cala Gonone también es recomendable la visita al acuario, uno de los más grandes del centro sur de Italia (Via La Favorita). En sus tanques veremos especies locales, además de conocer la labor por la preservación marina que desempeñan.

  Muy hay otros puntos de interés como el poblado nurágico de Tíscali, las gargantas de Gorropu, el recinto arqueológico de Serra Orios, el lago Cedrino donde podemos hacer kayak, o el Nuraghe Mannu al que accedemos cuando ascendemos desde Dorgali a Cala Gonone por la carretera de curvas.

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