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RUTA DEL MOTOR MADE IN ITALY

  Los nombres de Ferrari, Maserati, Lamborghini, De Tomaso y, más recientemente, Bugatti, son la referencia de otros tantos lugares en el mapa de una región llena de atractivo para los amantes del automóvil, de la que no están ausentes lugares de interés turístico y cultural. En este aspecto, ocupa un lugar destacado Bolonia, Capital Europea de la Cultura en el año 2000, que es una gran desconocida para los visitantes de Italia, eclipsada por la mayor fama de Roma, Florencia, Milán o Venecia. Sin embargo, su Plaza Maggiore (Mayor), un conjunto arquitectónico con edificios (la catedral y varios palacios) de los siglos XIII, XIV y XV, es una de las más bellas del país. También es importante el Barrio Universitario, donde se encuentra el Instituto de España, presidido por las torres Garisenda y Asinelli ésta última inclinada­ cuya altura fue reducida en 15 metros en el siglo XIV por temor a que pudiera caerse. 

 

  Es precisamente en estos lugares, en donde Alfieri Maserati se inspiró a la hora de diseñar el emblema de su marca. Como tal escogió el tridente de la estatua del dios Neptuno, obra de Giambologna, que el Papa Julio II hizo colocar, en el siglo XVI, entre el palacio del Rey Enzo y el del Ayuntamiento, junto a la Plaza Maggiore.

 

  En Bolonia podemos comenzar la visita a una de estas míticas fábricas, en este caso de motocicletas. Ducati pone a disposición de los visitantes la opción de ver su museo  y también la fábrica, aunque para esta última es mejor reservar previamente. Ambas visitas tienen descuento especial para los usuarios de la marca que posean la tarjeta Ducati Card. Es una gran visita recomendada para los amantes de las dos ruedas ya que en el museo se encuentran muestras de todos los tiempos de la marca, así como las ganadoras de los distintos campeonatos.

 

  Módena es mucho más pequeña y con un interés menor desde el punto de vista turístico. Está a 36 kilómetros al norte de Bolonia, por la antigua Via Emilia, aunque si se quiere ir más rápido, hoy es preferible tomar la autopista. De este modo dejaremos a la derecha la localidad de Santa Agata Bolognese, donde se encuentra Lamborghini, la marca nacida en los 60 tras la ruptura entre Enzo Ferrari y Ferruccio Lamborghini, hasta entonces cliente de la marca del cavallino rampante. Tras la discusión que puso fin a la amistad entre ambos, decidió fabricarse sus propios coches. Hoy, Lamborghini pertenece a Audi, tras haber pasado por las manos de Chrysler y de las del hijo de Suharto, ex presidente de Indonesia. La visita a las fábricas de Lamborgini requieren reserva previa, aunque están abiertos a todo el público. 

 

  Llegados a Módena, merece la pena visitar su muy interesante catedral, uno de los mejores ejemplos del románico en Italia, el Palacio Ducal, hoy sede de la Academia Militar, y la Biblioteca Estense, en la que se encuentra la Biblia de Borse de Este, obra maestra del miniaturismo italiano.

 

  Módena es, además, la cuna de Enzo Ferrari, el legendario fundador de la marca homónima y, sin duda, uno de los grandes hombres de la Italia del siglo XX. En la parte más céntrica de la Via Emilia, la arteria principal de la ciudad, y muy cerca del cruce con la calle Trento Trieste, donde estuvo la sede de la scuderia que lleva su nombre en los años 30, se encuentra el monumento que se ha erigido en su memoria al cumplirse, hace un año, el centenario de su nacimiento. Pocos vestigios quedan en Módena de la actividad deportiva e industrial de Ferrari que, en la posguerra, trasladó su sede a Maranello, pequeño pueblo a una treintena de kilómetros. Sin embargo, permanece en la ciudad la pequeña factoría de Maserati y la mucho más reciente de De Tomaso. En ella se reanuda la fabricación del modelo Mangusta, uno de los que dio éxito a Alessandro De Tomaso y le permitió iniciar una carrera como fabricante en la que llegó a adquirir Maserati e Innocenti.

 

  Llegando a Módena desde Milán, donde se deja la autopista, está Campogalliano, donde se encuentra la factoría que se construyó para Bugatti en 1990. Tras la liquidación de la compañía en esta segunda etapa de su existencia y su posterior compra por Volkswagen, está por definirse dónde serán construidos los coches de la marca, aunque es posible que emigren a Alemania.

 

  En la parte occidental de Módena, con la Autopista del Sol entre ambas, está Maranello, una localidad muy pequeña que sería completamente desconocida de no ser porque Ferrari instaló en ella su factoría. Está situada en las estribaciones de una de las escasas montañas de la llanura emiliana, una zona eminentemente agrícola pese a las industrias que estamos mencionando. La simbiosis entre Ferrari y los habitantes de Maranello es total, además de que buena parte de las familias tienen algún miembro trabajando en la factoría. Todos los establecimientos están decorados con los emblemas de la marca, y en el exterior flamean sus banderolas. La visita a las fábricas no está permitida, siendo sólo posible el acceso al museo. 

 

  Los fanáticos del motor tienen una buena ruta que cubrir, alternando la visita a estos museos con los retos gastronómicos que nos ofrece la región. Eso sí, vigilando de no beber y conducir, aunque uno de estos magníficos deportivos nos haya abierto el apetito y la sed…automovilística.


PRINCIPALES VISITAS

 

 

1. Bolonia - Capital de la región Reggio Emilia

 

  Bolonia es una ciudad que incomprensiblemente se mantiene al margen de las rutas que siguen los turistas en su periplo por Italia. Mejor así, porque permite disfrutarla en toda su plenitud, sin agobios ni colas. En esta ciudad los museos se alojan en hermosos palacios y el zumbido de bicicletas nos recuerda que estamos en una ciudad joven y universitaria.


  Aquí nació una de las primeras universidades del mundo, en el siglo XI y, para comprender la hospitalidad de los boloñeses, cabe destacar que bajo las Due Torri (Dos Torres), ya existía el fenómeno estudiantil en el siglo XII. Por eso, Bolonia recibe el calificativo de “la sabia”, por tener una de las universidades más antiguas.



  Bolonia es llamada también, “la rossa” (la roja), por su tradicional tendencia política de izquierdas y los colores rojizos que adornan sus fachadas, dándole a la ciudad un calor y un ambiente muy especial. Bolonia fue uno de los ejes centrales del Partido Comunista Italiano y de la resistencia de los partisanos contra los fascistas en la Segunda Guerra Mundial.

 

  Característica principal de la ciudad son los pórticos, que sólo en el centro alcanzan una longitud de alrededor de 37 kilómetros. Son la cinta que une calles, torres, palacios, y tal es así que Bolonia es considerada la ciudad con más pórticos del mundo. Todo empezó con una ley de 1288 que obligaba a cualquier edificación a construir un pórtico en la fachada. Hoy en día podría correrse una maratón bajo sus techos.Otra nota característica son sus torres, que se dice, eran en la edad media unas doscientas.


  El tour de la capital Emiliana tiene que empezar en la Plaza Mayor, un amplio cuadrado, antiguamente mercado, y desde siempre punto de encuentro de la ciudad y de los acontecimientos cívicos, religiosos y lúdicos. A un lado se aprecia la imponente Basílica de San Petronio con su fachada incompleta, que aunque goza de gran majestuosidad nunca ha ejercido como Duomo, papel reservado a la Catedral de San Pedro que se encuentra cerca.


  El hecho de estar incompleta, convierten a la Basílica de San Petronio  en un edificio único. Su base de mármol es una obra maestra del Renacimiento. Las columnas sobre el portal principal y las estatuas de San Petronio y de la Madonna col Bambino (la Virgen con el Niño) en la luneta son obras de Jacopo della Quercia, mientras que las puertas fueron creadas por Amico Aspertini, Alfonso Lombardi y Giacomo Silla, entre otros. El interior de la basílica es extremadamente luminoso y espacioso, dominado por los tonos rosados de sus pilares de ladrillos.


  Alrededor de San Petronio, el Palacio de los Podestà, Palacio de los Notai, y Palacio de los Banchi. En frente se encuentra Plaza de Neptuno donde está la fuente con la estatua del dios Neptuno en bronce, obra de Giambologna. Símbolo del poder papal de la época, esconde uno de los siete secretos de Bolonia. Maserati se inspiró en el tridente de Neptuno para crear el símbolo de su marca.

 

  Célebres entre las tantas que se erigieron en la edad media, impactan las dos torres, llamadas degli Asinelli y Garisenda, desde las cuales se admira un precioso panorama de la ciudad. 498 escalones deberemos de ascender para llegar a lo alto de la torre Asinelli sin duda todo un reto para nuestras piernas.

 

  No muy lejos encontramos Plaza Cavour con sus pórticos y galerías en los que se aprecian los colores de maravillosos frescos. Detrás de San Petronio, merece ser visitada la Iglesia de San Domingo, en la homónima plaza, uno de los complejos monumentales de mayor interés de la ciudad, con obras pictóricas y esculturas de gran atractivo.

 

  El Conjunto de San Esteban, es un lugar de profundo interés histórico-religioso de la ciudad y se articula en siete edificios sagrados, iglesias, capillas, monasterio, todo en la espléndida plaza pavimentada con guijarros. 

 

  La Iglesia de Santiago el Mayor, asombra por el elegante pórtico lateral y por el excelente conjunto de frescos que alberga en su interior; no muy lejos se encuentra la Pinacoteca Nacional donde se encuentran obras de Giotto y su escuela, de Guido Reni, Guercino y el célebre Éxtasis de Santa Cecilia de Rafael.

 

  En las afueras de la muralla, en las colinas se encuentra el Santuario de la Madonna de San Lucas, el más importante en la historia de la ciudad y que está unido a la misma por un largo pórtico que empieza en la Plaza de Puerta Zaragoza. También el complejo de San Miguel in Bosco siempre en las cercanías de la ciudad es de gran interés.

 

  Andando por las calles que discurren a lo largo del río Reno, es posible llegar a Casalecchio di Reno, donde se puede ver la presa del Reno construida alrededor del año 1100 y posteriormente consolidada, que servía para recoger las aguas que se necesitaban en las fábricas de Bolonia.

 

  Bajando aún más, se encuentra Sasso Marconi, ya habitado tanto en época etrusca (de la cual se conservan algunas tumbas), como en época romana (de la cual queda en pie el imponente acueducto). Marzabotto, recordado en arqueología por los restos de la sugestiva ciudad etrusca descubierta, vuelve a la memoria por la masacre de 1830 civiles por parte del ejército alemán durante la segunda guerra mundial; a raíz de este hecho fue erigido el Monumento a los Caídos.

 

  Otro recorrido sumamente interesante es el que nos lleva al sugerente pueblo de Budrio, ciudad antigua en la que se reconocen los signos de época romana y medieval en su planta urbana y famosa en todo el mundo por el instrumento musical inventado por Giuseppe Donati, la ocarina. El Museo dell’ Ocarina y de los instrumentos musicales en terracota es digno de verse, así como el Museo de la Marioneta, la Pinacoteca Cívica Doménico Inzaghi y el Museo Arqueológico y Paleoambiental.

 

 Fuera de las murallas, en la fracción de Bagnarola, se encuentra el complejo de las Villas de Bagnarola denominado el “Versalles boloñés”; entre las mismas sobresale el Floriano, por sus dimensiones y belleza arquitectónica.

 

  Vamos a desmitificar algo: los tallarines a la boloñesa en Italia no existen. O mejor dicho: existen pero con otro nombre. Los tagliatelle al ragú son unos tallarines anchos que se sirven con mucha salsa de tomate, y son la especialidad de Bolonia. Un plato en cualquier restaurant ronda los 6 euros, y puede ser más barato durante el mediodía. Si sois fanáticos de la pasta te recomiendo también que pruebes los tortelloni, o los capelacci.


Fábrica y museo Ducati - Desmo-pasión

  Los amantes de las dos ruedas también tienen su propio lugar fetiche a un paso de la bohemia ciudad de Bolonia (Bologna), en la fábrica y museo de Ducati, que nos propone un viaje por el mito que recorre los más de 90 años de la empresa, célebre en todo el mundo por su estilo, rendimiento y búsqueda de la perfección. En 2016, con ocasión del 90 aniversario, el museo se ha revisado completamente y hoy se presenta con un nuevo rostro y con nuevos recorridos expositivos. 


En este recién renovado museo con forma de casco de competición gigante, conoceremos la historia de este antiguo fabricante de artículos electrónicos como radios, cámaras de fotos o calculadoras, reconvertido a constructor de motocicletas en 1946 después del gran éxito de su primera invención con ruedas, el Cucciolo. 

El éxito de esta bicicleta con motor fue tal que desde aquel momento no hicieron otra cosa más que fabricar grandes motos, y hasta hoy continúan por esa senda, cosechando importantes victorias en las carreras más prestigiosas. Estamos en Italia, aquí todo lo que tiene ruedas está pensado para correr más y más.

  En el interior del museo existen cinco salas bien diferenciadas en las cuales se nos muestran los modelos más emblemáticos de las distintas épocas. La sala central se despliega en forma de herradura a lo largo de todo el museo y contiene 24 motos Ducati de competición legendarias, desde el Cucciolo Competizione de 1950 a la 1198 de Carlos Checa de 2011, última ganadora del mundial de Superbikes.Una pasarela única en su género, en la que se puede disfrutar de todas las motos que han supuesto los mejores momentos deportivos de la marca.


 A parte de exponer sus motos más emblemáticas de calle así como las mejores de competición, también tiene un expositor con los trofeos conseguidos en estos más de 60 años de competición, y la clásica muestra de como ha ido evolucionando el mono y casco de los pilotos, una de las partes más curiosas en todos estos museos.


Además del museo, también la fábrica de Borgo Panigale está abierta a los apasionados que quieren ver cómo nacen las Ducati de hoy en día, pudiendo realizar una visita guiada por el interior de sus instalaciones, y ver en directo la cadena de montaje de esta fábrica.

Los ducatistas que presenten la tarjeta Ducati Card tienen un descuento incluido en cualquiera de las dos opciones.

Museo Ducati
Via Antonio Cavalieri Ducati 3, Bolonia, 40132





Fábrica y museo Lamborghini - La marca del toro embravecido

  Está en la localidad de Sant’Agata Bolognose, entre Boloña y Módena. Abrió en 2001 y contiene todos los coches de la marca italiana, incluso el fabuloso Lamborghini  Murciélago. 

  La historia de esta marca es muy curiosa, y también está relacionada con Ferrari. Ferruccio Lamborghini era un fabricante de tractores que se hizo millonario con su negocio, viviendo una vida opulenta en la que se incluyen varios Ferrari, con los que siempre tuvo problemas mecánicos, hasta el punto de llegar a discutir con Enzo por la cantidad de averías de sus coches. La conversación terminó con Ferruccio decidido a fabricar sus propios deportivos realmente fiables y potentes, creando la casa Lamborghini en 1963.

  Desde aquellas, algunos de los modelos más emblemáticos, como el imposible Countach, el sobrio Miura, el anguloso Aventador o el futurista Sesto Elemento han captura la imaginación de muchos, sobre todo con sus numerosas apariciones en el cine, y es que su demencial estilo hace que sean idóneos para las películas.

  En cuanto al museo, casi parece que estemos visitando un concesionario. A lo largo de 1.486 metros cuadrados y dos plantas, junto a las paredes del museo, podrás admirar una exposición de más de 20 coches diferentes. Los coches están expuestos sin más, junto a un cartel indicando que modelo es y sus características técnicas, siempre asombrosas. Como no, tenían que darle un toque Lamborghini al museo, encontrándonos con un Aventador colgado de la pared cual cuadro, o un Sesto Elemento sin carrocería para poder ver toda la mecánica.

  En la entrada, hay una exhibición con los primeros modelos de Lamborghini de los años ’60 y allí está el primer coche en pasar los 300 km/h, el Countach. En el primer piso veremos todo lo que tiene que ver con el diseño y los coches concepto de la marca. Cosas raras, coches de carrera, motores, coches a escala y demás, como un Diablo descapotable, un prototipo del nuevo Miura, e incluso el Minardi con motor Lamborghini de 1992. Curiosamente en competiciones automovilísticas Lamborghini nunca ha sido puntera, a excepción de GTs, aunque en competiciones de fuera bordas las lanchas con sus motores han ganado varios campeonatos del mundo.

  Otro museo más que cualquier amante al motor no se puede perder, y aunque no tiene el aura mística y montaje de Ferrari, tan sólo por ver tanta maquinaria Lamborghini junta, merece la pena.

  Por último, la visita a la fábrica Lamborghini te permite ver el ensamblado de un coche, la línea de producción, el diseño del motor, la variedad de colores, cómo hacen los lujosos interiores y demás.

  • El museo abre de lunes a viernes de 10am a 12, 30pm y de 1,30 a 5pm.
  • Tiene un precio de 13 euros por adulto, sin la guía.
  • La visita a la fábrica tiene un precio de 40 euros por persona y solo se hace en grupos de entre ocho y diez personas.

Museo del Automobil Lamborghini
Via Modena nº 12 – 40019 Sant´Agata Bolognese (Bolonia)





Museo Maserati - Bajo el símbolo del tridente

  La factoría actual, recientemente reconstruida y modernizada, se abrió en 1940. Hasta entonces y desde su fundación, Maserati había estado radicada en Bolonia. Desde 1912, el año de su fundación, hasta 1926, los dos hermanos Maserati trabajaron construyendo motores y coches de competición, para otras marcas como Isotta Fraschini y Diatto. En 1937, y debido a graves problemas financieros, decidieron aceptar la oferta del industrial Adolfo Orsi, que les compró la compañía y decidió trasladar la fábrica a Módena. Los Maserati siguieron trabajando en ella, ya sin preocupaciones comerciales. La familia Orsi controló la marca hasta 1969, año en el que se la vendió a Citroën. Tampoco el control francés duró mucho tiempo porque, muy afectada por la crisis de 1974, la abandonó a manos de los sindicatos. Fue entonces cuando llegó el industrial argentino Alessandro De Tomaso y se hizo con su control firmando un pacto con los sindicatos y el Gobierno italiano.

  En 1989, De Tomaso vendió el 49% de la empresa a Fiat que, tras la enfermedad que le obligó a retirarse, acabó haciéndose con la totalidad de la compañía.

  Hace unos pocos años, se la cedió a Ferrari, que había sido su gran adversaria en el terreno de la competición, durante los años 50 y 60. Esta cesión no ha implicado el cierre de la factoría, sino su potenciación, pues no se pretende que existan influencias de una marca sobre la otra.

  
 En lo que respecta a la exposición de vehículos míticos me la marca Maserati, Alessandro De Tomaso había conseguido mantener una buena exposición de coches, pero con la gran crisis y cesión a Fiat, ésta pasó a manos del editor Panini (el de las colecciones infantiles de cromos) que es un gran aficionado al automóvil. Tras la noticia de la posible subasta de los 19 coches que De Tomaso poseía, y la posible pérdida de este patrimonio, la familia Panini se hace cargo de la compra del lote completo y consiguen rescatarlo pocos días antes de la fecha definida para la subasta.


  El museo personal de Panini está localizado en Cittanova (Ciudad Nueva), un pueblo rústico Italiano en los alrededores de Módena. La colección incluye 23 autos de la marca del tridente y tres espacios para proyectos de restauración.

  La visita a este museo es gratuita, aunque se necesita autorización previa para entrar en el rancho de Umberto Panini. Se puede visitar de marzo a julio y en septiembre-octubre. El museo es de dos pisos y esta acomodado en una bodega tipo establo decorada con un estilo Italiano. Es un garaje con piso de loseta cuadriculada y con los autos a los costados de un carril principal. 

  Dista mucho de la formalidad y documentación histórica que las grandes armadoras han trabajado para mostrar la evolución de la marca a través del tiempo. Los autos están expuestos para admirarse sin el apoyo de barreras, sin embargo el paso entre un vehículo y otro carece de una estructura profesional, y depende en cierta forma del respeto de los espectadores por los autos.

  Se pueden ver muchos modelos destacados de la marca del tridente como: A6 GCS Berlinetta Pininfarina, 420M/58 Eldorado, Ghibli con la carrocería Ghia, Tipo 61 (“Birdcage”) reconocido como el mejor auto deportivo de 1959, Bora, diseñado por Italdesign, entre otros. 

  En el exterior hay una colección de tractores que se han usado en el rancho, incluyendo un Lamborghini y podían encontrar al propio don Umberto supervisando la elaboración de algunos de los mejores quesos de esta Tierra (parmesanos), ciertamente los únicos que la NASA ha aprobado para vuelos espaciales, cuyo proceso también puede ser visto en vivo.

Fábrica Maserati Viale Ciro Menotti nº322 – 41100 Modena
Museo Panini Str. Corletto Sud, 320, 41100 Modena 



Museo Ferrari - El cavallino rampante

  Maranello es la casa de la marca de deportivos por excelencia: FerrariLa fábrica de data de la posguerra. Hasta ese momento, Enzo Ferrari había tenido su sede en Módena, en la calle Trento Trieste, muy cerca de su domicilio familiar, que estaba en Largo Garibaldi. Eran tiempos en los que la Scuderia Ferrari, dirigida por el commendatore, hacía correr los coches de Alfa Romeo, que se fabricaban en Milán. La sede de Módena era poco más que un taller, con almacén de piezas y recambios. Tras una discusión con el ingeniero español Wifredo Ricart, que en aquella época era el responsable técnico de la marca de Arese, decidió romper su larga colaboración con ella, y comenzó a construir sus propios coches, inicialmente con el nombre Auto Avio ya que para irse tuvo que aceptar el hecho de no tener actividad automovilística, ni industrial ni deportiva, con el suyo propio, ya que era propiedad de Alfa Romeo. La guerra restó consecuencias a este acuerdo y nada más terminarla, puso manos a la obra para construir los primeros Ferrari. La forma de financiar el proyecto fue a través de la recuperación de material militar para propósitos civiles. Este trabajo lo comenzó en Maranello en donde, más adelante, construiría la fábrica.

  La rotonda de la entrada a Maranello está presidida por el Cavallino Rampante de la marca, para pocos metros después llegar a una gran fábrica, igual de gris que cualquier otra, donde ondean unas banderas amarillas con un caballo negro. 

  Dentro es donde se crea la magia, y tanto la fábrica como la pista de Fiorano se pueden visitar en el recorrido que hacen en autobús.


  La primera parada es en el Museo Ferrari Maranello. Sus 6 salas de exposición son el Sangri-La para cualquier tifosi, ya que aquí nos encontraremos con los modelos más representativos y únicos de la casa. Los vehículos los cambian cada pocos meses, según la exposición del momento, pero siempre es seguro que te vas a encontrar con super coches.

  Estos son sólo algunas de las más de 40 joyas con pedigrí del museo Ferrari que podemos ver en las dos plantas, todas reales, como atestiguan los recipientes que tienen debajo para las pérdidas de aceite.

  Atravesamos un oscuro pasillo para entrar en la impresionante Sala Victorias, un inigualable lugar en el que admirar los 8 fórmula 1 más importantes que han ganado un campeonato para Ferrari, compartiendo espacio con los trofeos y el significativo tributo a los grandes pilotos que se sentaron en estos cavallinos rampantes. Alberto Ascari, Juan Manuel Fangio, Mike Hawthorn, Phil Hill, John Surtees, Niki Lauda, Jody Scheckter, Michael Schumacher, Kimi Räikkönen, Fernando Alonso, todos están aquí. Imposible que no se te pongan los pelos de punta con la música y las imágenes que se ven en esta sala. Pura esencia Ferrari.

  La exposición sigue con los Ferraris extraterrestres, engendros de pruebas con entradas de aire monstruosas, capós deformes para probar amortiguadores o el mítico camuflaje negro para que los paparazzi no reconozcan el nuevo modelo en desarrollo.

  Además de los coches, todo el museo está plagado de motores, piezas mecánicas, asientos, …, con lo que conoceremos hasta el más mínimo detalle de estos coches de ensueño. En hora y media se puede ver el museo, pero si eres un auténtico loco de los coches, vas a necesitar unas 2 horas.

  Todavía en shock por tanta maravilla vista en el Museo Ferrari de Maranello, tocaba la siguiente parada, la bonita ciudad de Módena, que algunos conocerán por su vinagre balsámico, y todos por ser la casa de Enzo Ferrari, creador de la Scuderia en 1929.

  El Museo Casa Enzo Ferrari combina la parte histórica, con la nave de ladrillo donde se encontraba la Officina Meccanica Alfredo Ferrari, origen del mito y que muestra la historia de Enzo, y un hipermoderno edificio amarillo en el que se exponen diferentes vehículos relacionados con la competición, todos reales. Enzo convenció a su madre para que vendieran la casa y comprar su primer coche de carreras en 1920 y, casi cien años después de aquello, en febrero de 2014, ha sido restaurada y convertida en museo. Aquí las exposiciones también son temporales, y se pueden encontrar unidades de otros constructores a parte de Ferrari.

  Una de las cosas que más impresionan es la proyección que muestra, en pocos minutos, la vida de Enzo Ferrari ligada a la marca del cavallino rampante con el Nessun dorma! de Turandot en la voz de otro modenese de pro: Luciano Pavarotti. Broche de oro a nuestra visita.

Museo Galería Ferrari Via Dino Ferrari nº 43 – 41053 de Maranello (Modena)
Museo Enzo Ferrari Via Paolo Ferrari, 85, 41121 Modena


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