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LOS 10 LAGOS MÁS BONITOS DE ITALIA

  Italia es bella e inigualable. Es un destino que engloba historia y cultura, que se deja ver en cada rincón de sus ciudades, todos ellos impregnados de grandes y épicas batallas, con sus monumentos históricos, que reflejan el esplendor de otras épocas pasadas.

  Un destino que engloba el turismo de playa, pues sus costas están repletas de arenales y acantilados con unas aguas turquesas que invitan al relax. Sus islas mediterráneas han salido al encuentro de multitud de pobladores que encontraron el abrigo en sus costas.

  Un destino que engloba el ocio y aventura, pues sus verdes parques invitan a realizar todo tipo de actividades al aire libre. Sus montañas además proporcionan nieve a todas aquellas personas que gustan de los deportes de invierno.
  Un destino gastronómico, pues la pasta, en todas sus variantes, es plato típico nacional. Además puede ir acompañado de los muchos ingredientes de calidad que se producen en este país, desde carnes, verduras, pescados, quesos, hasta los vinos y espumosos.

  En definitiva, Italia es un destino completo que ofrece todo tipo de actividades para los viajeros. Se antoja por ello, muy difícil establecer un orden de los lugares más bellos y significativos de Italia; Cinque Terre, Florencia, Venecia, Roma, Costa de Amalfi, o las islas de Sicilia y Cerdeña bien podrían encabezar este listado.

  Pero en las guías de viaje no sólo nos muestran las ciudades y playas más conocidas de Italia, pues algunas de las estampas más bellas que el país transalpino nos puede ofrecer proceden de sus lagos interiores. Lugar de descanso de artistas, escritores, viajeros, e incluso de la aristocracia europea, muchos de ellos se enamoraron de sus paisajes, de cumbres nevadas y profundos acantilados, construyendo sobre estos miradores naturales sus villas espectaculares, de estilo renacentista y Art Nouveau, que hoy en día se siguen conservando como tesoros escondidos en el fondo del océano.

LOS 10 LAGOS  MÁS BONITOS DE ITALIA


01. LAGO DI GARDA

  Ubicado al lado noreste de Italia, entre las ciudades de Milán y Venecia, el lago de Garda es el más grande de Italia. Se encuentra rodeado de pintorescos pueblos, castillos medievales, playas y acantilados rocosos. Cerca podemos visitar Gardaland con sus parques recreacionales para niños, que lo hacen todavía más atractivo. También podemos disfrutar de los numerosos centros termales, como el de Sirmione y Lazise, así como espléndidos campos de golf. Para los amantes del vino, Garda, produce unos vinos comerciales y de calidad en las tres variantes: blanco, tinto y rosado.

Sirmione
  Ligado históricamente a Venecia, más que a Milán, su particular microclima permite que florezcan cultivos más propios del sur italiano, como vides, limoneros, palmeras o laureles. Por eso, y por su espectacular belleza, desde tiempos de los romanos las clases aristocráticas escogieron sus orillas para levantar ostentosas mansiones.

  En torno a Garda encontramos lugares llenos de encanto, como la localidad balnearia de Sirmione, al sur, ubicada sobre una península y culminada por el castillo de Rocca Scaligera, del siglo XIII, uno de los mejor conservados de Italia. Pero hay más, como sus playas o las Grutas de Cátulo, yacimiento arqueológico con restos de una villa romana del siglo I antes de Cristo, que incluyen termas, patios y unas increíbles vistas al lago. Sirmione puede ser un buen punto para iniciar un recorrido circular de unos 150 kilómetros siguiendo la Gardesana, una sinuosa carretera que bordea el lago regalando continuamente vistas imponentes.

Malcesine
  A escasos 11 kilómetros se llega a Desenzano, la capital del lago, que invita a callejear por su centro histórico y a asomarnos a la iglesia de Santa Maria Maddalena (siglo XVI), para admirar La Última Cena de Tiépolo. Si seguimos por la orilla oeste, entre casas de labranza, viñedos y villas señoriales, pasaremos por pueblos como Saló (ligado a la vida de Mussolini) y sus palacios renacentistas, o por Gardone Riviera, donde la aristocracia del siglo XIX construyó elegantes villas de estilo art déco, como Il Vittoriale degli Italiani, convertida hoy en un museo, o como la mansión que ocupa actualmente la Fundación André Heller, rodeada de un fantástico jardín botánico. Pasaremos también por Tignale, famoso por su santuario colgado de una colina, así como por el pueblecito de Limone sul Garda, con sus edificios venecianos y perfumado por cítricos.

  Riva del Garda es la localidad más septentrional del lago y una de las más románticas. En ella residió, en 1912, el escritor D.H. Lawrence, quien encontró allí la inspiración necesaria para varias de sus obras. Además de por sus villas clásicas y restaurantes junto al agua, Riva se llena de visitantes como puerta de acceso a muchas de sus rutas hacia los Alpes.

  Y si seguimos por la orilla oriental del lago llegaremos hasta Malcesine, un pueblo que Gustav Klimt inmortalizó con sus pinceles en 1913, presidido por el esbelto castillo Scaligero. El teleférico que sube al monte Baldo (1.760 m), nos permitirá captar una de las mejores vistas sobre el lago de Garda, para después terminar esta mini ruta en Bardolino, recomendable parada gastronómica conocida por sus vinos, que bien pueden acompañarse por los quesos de la región del Garda.


02. LAGO MAGGIORE

Isola Bella
  El Lago Maggiore, segundo lago de Italia por extensión, se encuentra a unos 50 kilómetros de Milán y se extiende hasta la frontera con Suiza. Con sus paisajes espectaculares y su clima templado, es una meta turísticas desde los tiempos del Grand Tour.

  Este lago fue originado por un glaciar. En su lado sur tiene preciosas colinas y en su lado norte imponentes montañas. Hay muchos que vienen para disfrutar de los bellos paisajes y la naturaleza del entorno. Otros vienen atraídos por el paseo entre las tres islas Borromeas: la Isola Bella, la Isola Madre, y la Isola Superiore o Pescatorio. Sus aguas son el ambiente ideal para practicar vela, canoa, yachting, esquí acuático y submarinismo.

  La isola Bella debe su nombre a la esposa de Carlos III, la bella Isabella. Cuando se construyó el Palazzo Borromeo, en el siglo XVII, la disposición del edificio pretendía dar a la isla la apariencia de un navío: la villa en la proa y los jardines, repartidos en diez terrazas, a popa. En su interior, la Galleria del Quadriueden, con obras de Rubens, Tizziano y El Veronés, propone un exquisito complemento a las vistas exteriores.

  La isla Madre, en cambio, mantiene un ambiente menos ostentoso, más romántico y familiar. En el Palazzo Madre, de los siglos XVI al XVII, hay un teatro de miedo, con un elenco de marionetas diabólicas y campesinos chinos al acecho en los jardines de estilo inglés. También cisnes, camelias, azaleas e hibiscos.

  La isola Superiore, también llamada isla de los pescadores, conserva parte del encanto original del pueblo. Las guías suelen contar que la Chiesa di San Vittore, ubicada en medio de un remolino de calles, tiene un ábside del siglo XI y un fresco del siglo XVI, pero la verdadera razón para visitar este islote son sus restaurantes especializados en pescados a la parrilla, como el Casabella.

  Aunque no sea tan glamuroso como el Lago di Como, igualmente se puede disfrutar de la dolce vita en ciudades como Stresa, donde para el tren que llega de Milán. Allí podremos alquilar un barquito y rodear las Islas Borromeas o incluso llegar hasta Suiza.

  Stresa, una de las principales localidades, invita a disfrutar de una de las vistas más evocadoras de la zona mientras nos tomamos un Manhattan en las terrazas del Grand Hotel des Borromées. Cuando Hemingway fue herido en la I Guerra Mundial siendo voluntario en el ejército italiano, se alojó en este hotel para recuperarse y escribir la novela Adiós a las armas.

  Además de callejear debes visitar su iglesia neoclásica, y admirar las muchas villas del siglo XIX, como la exclusiva Villa Pallavicino con sus famosos jardines.

  La panorámica puede incluso mejorar si subimos en la Funivia Stressa-Mottarone, un funicular que lleva hasta la cima del monte Mottarone (1.492 metros) y amplía la perspectiva sobre el gran lago. A medio camino se encuentra el Jardín Botánico Alpinia, con una gran variedad de plantas alpinas. En los días claros se pueden divisar el Lago Orta y el monte Rosa, en la frontera con Suiza. Desde aquí podemos realizar una actividad muy divertida que es montar en uno de los trineos del parque Alpyland. Abierto durante todo el año, excepto noviembre, podremos experimentar la sensación de descender 800 metros mientras obtenemos unas vistas espectaculares sobre el lago.
  La contemplación continúa a bordo del Lago Maggiore Express, tren panorámico que propone un recorrido circular en dos etapas: primero desde Arona o Stressa hasta Domodossola, donde hay que subirse al antiguo tren Centovalli (así llamado porque cruza cien valles) hasta la ciudad suiza de Locarno. El regreso a Stressa se realiza en ferri.

  La segunda gran población a orillas del lago Maggiore es Verbania, en cuyas afueras se encuentra la Villa Taranto, y su increíble jardín. En 1931, el arquero real y capitán escocés Neil McEacharn compró la mansión a la familia Saboya y empezó a plantar unas 20.000 especies vegetales. En la actualidad está considerado uno de los mejores botánicos de Europa que, a ser posible, conviene visitar los últimos días de abril: durante la Settimana del Tulipano miles de tulipanes florecen en todos los colores.

Cannobio
  Resguardado bajo una montaña en el Valle Cannobina, el pueblo medieval de Cannobio está solo a 5 kilómetros de la frontera con Suiza. Parece sacado de otra época, gracias a las bellas casas de la Piazza di Vittorio Emanuele III, donde se celebra un mercado dominical que atrae a visitantes desde el país vecino. En el centro del casco antiguo, en lo que fue un monasterio en el siglo XV y posteriormente la residencia de la familia Pironi, el pintoresco Hotel Pironi cuenta dispone de habitaciones de techos abovedados decoradas con frescos y buen gusto.

  Desde Cannobio las opciones del viajero se multiplican. Se puede salir de excursión en velero hasta las ruinas de los Castelli dell Malpaga, ubicados sobre dos islotes rocosos en el lago, navegando hacia el sur, o, sobre tierra firme, explorar la naturaleza del Valle Cannobina y adentrarnos en montes cubiertos de bosques hasta la localidad de Malesco. A lo largo de 2,5 kilómetros de recorrido, el torrente se abre paso a través de un estrecho desfiladero conocido como el Orrido di Sant’Anna, con un puente románico en su parte más angosta.

  Al otro lado del lago Maggiore, el punto de vista es diferente. En Arona, está el Sacro Monte di San Carlo, formado por una iglesia, tres capillas y una estatua enorme de San Carlos Borromeo, conocida popularmente como San Carlone. En realidad, está hueca y se puede ascender por su interior para disfrutar de un panorama de ensueño a través de los ojos de este santo gigante.
Vista Lago Maggiore y rutas tren Maggiore Express
03. LAGO DI COMO

  Ubicado al norte de Italia, en la Región de los Lagos entre Milán y Suiza, este lago es considerado como el más popular de Italia, y para muchos uno de los destinos románticos. Tiene un clima templado y crecen muchas plantas subtropicales, entre otras, palmas, limoneros, cipreses y olivos. Es el más profundo de los lagos continentales y cuenta con senderos para caminar y apreciar la naturaleza circundante. Se pueden hacer paseos en bote y actividades acuáticas.

  Aunque sea el que más nos suena por las revistas del corazón, el de Como es el más pintoresco y no por ello el más visitado de los grandes lagos del norte de Italia. También es el más espectacular, a la sombra de los Alpes Réticos y encajado entre montañas cubiertas de bosques. Tiene forma de Y invertida y en sus sinuosas orillas se encuentran poblaciones como las encantadoras Bellagio, Tremezzo y Varenna. Las riberas del Lago de Como están salpicadas de villas modernistas y jardines paisajísticos fabulosos, espectaculares en primavera. Este atractivo turístico también te ofrece paseos en barco o actividades acuáticas. Además ha sido escenario para rodajes de películas y videoclips musicales.

Bellagio
  Para sentirnos por unas horas como una estrella de cine podemos recorrer el Lago a lo Clooney: tomar un cóctel en Harry’s Bar, su local predilecto, en Cernobbio; recorrer las colinas de Como en motocicleta o alquilar en Barindeli una lujosa riva, o lancha de madera. Y para terminar, una cena en Il Gato Nero, justo encima de Cernobbio, el restaurante predilecto de la jet set. Si se reserva una mesa en primera fila, bajo un ondulante dosel, tendremos unas idílicas vistas del lago.

  Una de las paradas imprescindibles en el Lago di Como es Bellagio, localidad que acumula demasiados encantos como para resistirse: su flota de pequeños barcos, un laberinto de escalinatas de piedra, campos de cipreses y llamativos jardines. Y la Villa Serbelloni, que ocupa gran parte del promontorio sobre el que se asienta el pueblo. Aunque pertenece a la Fundación Rockefeller, admite visitas guiadas a sus jardines.

  Otra alternativa es pasear por el recinto de la Villa Melzi D’Eril, que llega hasta la misma orilla del lago. Construida para Francesco Melzi, consejero de Napoleón y vicepresidente de la primera República italiana, es una de las más elegantes mansiones de la zona. Un toque musical: Liszt compuso aquí la sonata dedicada a Dante y Beatriz en 1937. Los que quieran ver la puesta de sol desde el agua, pueden alquilar una de estas elegantes motoras de caoba que bordean la orilla al atardecer.

Más interesante que buscar monumentos, dedícate a pasear por sus calles, relajarte tomando un café mirando el lago y, si tienes tiempo, coger algún barco a alguna localidad cercana, ya que debido a su situación en el vértice del lago, la opción más rápida para visitar otros pueblos es a bordo de un barco.
Bellagio
  Al otro lado del lago otro de esos pueblos increíbles que salpican el lago de cómo y que parecen sacados de una postal es Tremezzo. El gran atractivo es la Villa Carlotta, del siglo XVII, situada sobre el agua y con vistas magníficas desde sus terrazas. El jardín botánico que acoge está repleto de naranjos sujetos a pérgolas y podremos pasear entre algunos de los rododendros, azaleas y camelias más impresionantes de Europa. La mansión, decorada con pinturas y preciosas esculturas en alabastro (destacan las de Antonio Canova), debe su nombre a la princesa prusiana que recibió la villa en 1847 como regalo de bodas de su madre.
Villa Balbianello - Tremezzo

  Al sur de Tremezzo, encontramos la localidad de Lenno y, sobre todo, la Villa del Balbianello, escenario espectacular y muy cinematográfico: en una de sus terrazas contraen matrimonio Anakin Skywalker y la reina Amidala. Pero además de algunas escenas de La guerra de las galaxias: Episodio II, por aquí también ha desfilado el último James Bond hasta la fecha –Daniel Craig– en la película Casino Royale (2006). La villa está enclavada en uno de los rincones más espectaculares del Lago di Como, al que se llega bordeando la orilla. Es una maravillosa unión entre arquitectura y naturaleza. 

  El triángulo central del Lago di Como lo cierra, junto a Belagio y Tremezzo, la hermosa localidad de Varenna, donde tampoco faltan mansiones lujosas o románticos escenarios. Recomendamos pasear por la senda alfombrada de flores que va desde la Piazzale Martiri della Libertà a los jardines de la Villa Cipressi, ahora convertida en hotel de lujo. Muy cerca, se puede visitar Villa Monastero, un antiguo convento reconvertido en una enorme mansión perteneciente a la familia Mornico, en el siglo XVII. En ambos casos, las visitas incluyen pasear por magníficos jardines; los de Villa Cipressi, incluso, descienden escalonadamente hasta lamer las aguas del lago, entre cipreses, palmeras, magnolias y camelias. Hasta el propio sendero es pintoresco.
Varenna
  En la esquina sur del lago está su principal (y homónimo) centro urbano: Como. Construida en el apogeo de su industria de la seda, es una ciudad especialmente elegante y sigue siendo el principal fabricante de productos de tan lujoso tejido en el viejo continente. En el Museo della Seta se desentraña la historia y pasado industrial de Como, mientras que en la tienda A.Picci se pueden comprar pañuelos, corbatas y otros artículos textiles de gran calidad y, curiosamente, a mejores precios que en otros lugares.

Faro Voltiano - Lago Como
  Después de deambular por las callejas medievales del casco antiguo resulta casi obligado pasear por la Passeggiata Lino Gelpi y, tras pasar varias mansiones recorriendo la orilla, llegar hasta Villa Olmo. Edificio emblemático de Como, levantado en 1728 por la familia Odescalchi, pariente del Papa Inocencio XI, en la actualidad alberga exposiciones de arte de primera orden. En verano, el Lido di Villa Olmo abre al público su piscina al aire libre y un elegante chiringuito.

  Al otro lado del puerto deportivo de Como, el Funicolare Como-Brunateasciende monte arriba hasta el pueblecito de Brunate. Construido en 1894, el paisaje de montañas y lagos que se va descubriendo durante los siente minutos que dura el recorrido son increíbles. Una vez arriba, en Brunate, las vistas llegan incluso a mejorar: tras una caminata de 30 minutos por un empinado camino de herradura se llega a San Maurizio (907 metros), donde 143 peldaños conducen hasta el faro Voltiano, donde se contempla el fabuloso conjunto paisajístico en su totalidad.


04. LAGO TRASIMENO

  El Lago Trasimeno se encuentra en el centro de Italia, en la región de Umbría, cerca de la Toscana, casi en el punto central de la península italiana. Trasimeno es el lago más grande de Italia no ubicado en los Alpes, además de ser bastante superficial. El lago fue lugar de una famosa batalla entre Aníbal y Roma, por lo que alrededor hay varios pueblos interesantes, uno de los ellos es Castiglione del Lago, con un centro medieval y un castillo.

05. LAGO DE BOLSENA

  El Lago de Bolsena se encuentra en la posición número cinco entre los lagos más grandes de Italia, y está en la región norte de Lacio, entre Roma y la Toscana. El lago se encuentra en el cráter de un volcán extinto. La ciudad Bolsena tiene un centro medieval con una fortaleza en la parte superior. Puede hacer una caminata guiada o pasear con barco de pesca y algunas notas históricas sobre los diversos pueblos que durante la navegación.

06. LAGO D´ISEO

  El Lago d’Iseo (también conocido como "Sebino"), se constituye como el menor  de los grandes lagos, y se encuentra entre las provincias de Bérgamo y Brescia.

  Situado en su orilla sur, el pueblo de Iseo es, simplemente, encantador: un casco antiguo de sabor medieval y edificios porticados. 

  Todo lo que rodea al lago, sus paisajes alpinos y sus pueblecitos, respira tradición de forma mucho más fuerte que en las localidades vecinas. Sus pueblos viven de la pesca y, ahora, también del turismo, algo que se nota en la gente.

  Con la excepción de la costa sur y de una serie de túneles en el extremo noreste del lago, la carretera bordea el lago, siendo especialmente dramática al sur de Lovere. Al norte del lago se extiende el Valle Camonica, famoso por sus tallas rocosas de la Edad de Piedra; al sur se extiende la región vinícola de Franciacorta; por último, al oeste encontraréis el bello y pintoresco Lago Endine.
Lago D´iseo y la isla Montisola
  La verdadera perla del lago es Montisola, la mayor isla lacustre de Europa. En verano es posible practicar un gran número de deportes acuáticos, mientras que en invierno los amantes de la nieve pueden gozar de las pistas de esquí de Valcamonica, a unos 30 kilómetros de distancia. Al encontrarse rodeado por altísimas montañas, goza de unas vistas magníficas.

07. LAGO DI LUGANO

  El Lago di Lugano se encuentra en la región de Lombardía, al norte de Italia, si bien su mayor parte pertenece a Suiza. Es el único lago de Italia que tiene sobre él un puente, que une las localidades de Melide y Bisonne, a fin de conectar Italia con la cercana ciudad suiza de Lugano, principal destino turístico de este lago debido a su belleza, servicios y actividades.

08. LAGO DE ORTA

Isla de San Giulio - Lago de Orta
  El pequeño lago de Orta se encuentra al oeste del lago Maggiore. En el pasado era un refugio popular para los poetas y artistas como NietzscheLord Byron o Balzac. Desde el encantador pueblo de Orta San Giulio puede visitar la única isla en el lago o subir el  Sacro Monte, o la montaña sagrada, donde hay un santuario construido en 1591 y cuenta con pequeñas capillas dedicadas a San Francisco.

  Separado del lago Maggiore por el monte Mottarone y envuelto por tupidos y oscuros bosques, el entorno del lago d’Orta sería el escondite perfecto para unos amantes en fuga. Con 13,4 kilómetros de longitud y 2,5 de anchura, se puede rodear tranquilamente en automóvil durante una jornada.

  Los viajeros suelen detenerse en el pintoresco pueblo medieval de Orta San Giulio, en la isla San Giulio, donde se pueden contemplar los frescos de la Basilica di San Giulio, del siglo XII. Entre semana el pueblo suele estar casi vacío, momento idóneo para pasear y visitar el Palazotto, del siglo XVI, soportado por pilotes sobre una pequeña logia.

09. LAGO DI VARESE

  Un pequeño desvío hacia el sur desde el gran lago di Como permite hacer un gran descubrimiento: el pequeño Lago di Varese y acercarnos la localidad del mismo nombre.

Varese
  Capital provincial muy próspera situada al sur de los montes del Campo dei Fiori, en el siglo XVII los nobles milaneses empezaron a construir segundas residencias en Varese, entre las que destaca el suntuoso Palazzo Estense, culminado en 1771 para Francesco III d’Este, gobernador del ducado de Milán. Aunque el palacio no esté abierto al público, se puede pasear por sus jardines de estilo italiano.

  Al norte de la ciudad hay otra espectacular mansión, la Villa Panza, donada al Estado italiano en 1996. El lote incluía 150 cuadros de pintores contemporáneos coleccionados por Giuseppe Panza di Biumo, la mayoría de ellos correspondientes a artistas estadounidenses posteriores a la II Guerra Mundial. Una de las estancias más bonitas de la mansión es el Salone Impero, de 1830, decorado con grandes lámparas de araña y cuatro cuadros del californiano David Simpson.

  Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, el Sacro Monte di Varese, es un lugar popular de peregrinación, con 14 capillas construidas a principios del siglo XVII.

10. LAGO MASSACIUCCOLI

  El Lago Massaciuccoli, cerca de la costa Toscana, es uno de los más pequeños y apacibles lagos de Italia. A un lado del lago hay una reserva natural y al otro está el pueblo de Torre del Lago Puccini y la villa en el lago donde Puccini vivió y escribió muchas de sus óperas. La villa de Puccini es ahora un museo y durante el verano hay un festival de ópera en el teatro al aire libre.
Torre del Lago Puccini

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