Con casi 80 kilómetros de distancia de un extremo a otro, la mayor isla del archipiélago balear sobresale por su amplia diversidad: espacios naturales como la Sierra de Tramontana con picos que superan los 1.400 metros, acantilados de postal en el norte de la isla y cerca de 550 kilómetros de costa salpicada de bellas calas y arenales. Sus aguas claras y limpias son ideales para bañarse y para practicar actividades náuticas como submarinismo, windsurf, pesca, vela o incluso surf. Aunque no son los únicos deportes que puede realizar pues existen numerosos campos de golf, de diseño cuidado y perfectamente integrados en el entorno, que se adaptan a cualquier nivel.
Su capital, Palma de Mallorca nos ofrece todo tipo de actividades orientadas a la diversión en familia y durante todo el año se suceden festivales, conciertos, certámenes literarios y exposiciones. Desde los recorridos culturales, el turismo de playa, o las visitas al Palma Aquarium, Marineland Mallorca o Aqualand de El Arenal, uno de los parques acuáticos más grandes de España, son muchas las opciones para alcanzar el disfrute de toda la familia.
Si por algo es conocida esta isla es por poseer una frenética actividad de ocio nocturno, focalizada sobretodo en las localidades de Palmanova y Magaluf. También El Arenal es un gran foco de afluencia de gente que acude a sus locales de ocio y restauración en busca de la mejor diversión.
Aunque pudiera parecer contradictorio, la tranquilidad también es uno de los grandes reclamos de esta isla. Aunque cada vez cuesta más encontrar espacios vacíos o poco frecuentados, la zona de la Sierra de Tramontana destaca por sus bellos parajes naturales y tranquilos pueblos como el Puerto de Sóller, Deià, Pollença o Valldemossa, que han llegado a cautivar a artistas de las tallas de Chopin y Miró con su pintoresca atmósfera.
NATURALEZA
Cerca del 40 por ciento del territorio de Mallorca está protegido, por lo que el turismo de naturaleza reporta uno de sus mayores reclamos. Destaca especialmente el Parque Nacional Marítimo y Terrestre de Cabrera, un conjunto de 18 islas e islotes ubicado a poco más de una hora de navegación. En Colonia Sant-Jordi, los barcos de excursión salen durante el verano y se dirigen a la isla principal. Una variedad de flora y fauna hace que el archipiélago sea un paraíso para los amantes de la naturaleza. Halcones de Eleonora dando vueltas en el aire y gaviotas de corales pueblan estas regiones costeras. El interior de la isla es el hogar de lagartos baleares y víboras endémicas. De vez en cuando, grupos de delfines nariz de botella aparecen frente a la costa y la tortuga boba es originaria de algunas playas.
Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera |
Al otro extremo de la Sierra de Tramontana, cerca de la localidad de Andratx, también se crean bellos paisajes naturales, destacando el Parque Natural de Sa Dragonera. Se trata de una isla rocosa deshabitada donde viven gaviotas y pardelas y otros animales como la lagartija Dragonera.
GASTRONOMIA
El tumbet (un guiso de verdura compuesto por patatas, pimientos fritos y berenjenas con salsa de tomate), los arroces de pescado o el "pa amb oli" (rebanada de pan untada con aceite y tomate) tampoco deben faltar.
De postre, nada mejor que una ensaimada y alguno de los licores que aquí se destilan (palo, gin o hierbas).
VISITAS DE INTERÉS
01. PALMA DE MALLORCA
Conocida por su turismo de sol
y playa, la capital de la isla posee un clima privilegiado todo el año (
La actual ciudad de Palma fue codiciada, en tiempos remotos, por romanos, árabes y piratas berberiscos. Fue el monarca Jaime I el que acabó con el dominio musulmán en la isla mediterránea (s. XIII), y al que debemos las construcciones más importantes de Palma.
Tras las murallas dieciochescas que ahuyentaron a piratas y corsarios se levanta el casco viejo, donde le sorprenden sus antiguas iglesias, palacios y mansiones señoriales con sus turísticos patios (existen más de 40 que se distribuyen por todo el centro de Palma).
La Catedral de Palma, La Seu, goza de un emplazamiento espectacular a orillas de la bahía y el puerto pesquero. Se trata de un elegante templo gótico, que mantiene una gran armonía a pesar de su gran tamaño. Mandada construir por Jaume I sobre la antigua mezquita de la Medina Mayurqa, la Catedral cuenta con unas altísimas bóvedas; aunque, lo que más llama la atención es un grandioso rosetón y el singular baldaquino de hierro forjado, obra del maestro catalán Antonio Gaudí. Su interior recoge toda la historia del arte mallorquín: gótico, barroco y modernista, hasta llegar a la actualidad con la intervención de Miquel Barceló.
Catedral de la Seu |
Enfrente se alza el Palacio de la Almudaina. El que fuera palacio árabe y residencia de los monarcas mallorquines, sirve actualmente a usos museísticos y como residencia oficial del rey para ceremonias y recepciones. Su aspecto de fortaleza árabe contrasta con la riqueza ornamental del gótico flamígero de la Capilla de Santa Ana que alberga en su interior.
Situado en el cercano Paseo Sagrera se encuentra La Lonja. Esta antigua lonja de contratación, diseñada por Guillem Sagrera y construida entre 1426 y 1448, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica civil de España. Sus columnas salomónicas y bóveda de crucería no dejan de extrañar en una construcción no religiosa hoy en día dedicada a exposiciones temporales. Junto a la Lonja, encontramos el Consulado del Mar, cuyos arcos renacentistas albergan al gobierno autónomo.
Siguiendo el Paseo Sagrera llegamos al museo de arte moderno Es Baluard, cuya colección está formada por obras de las tendencias internacionales más significativas desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. En este centro puede contemplar trabajos de artistas como Cézanne, Gauguin, Picasso, Tàpies, Kiefer o Barceló, entre otros. Tampoco debemos perdernos otros importantes museos de la ciudad como la Miró Mallorca Fundació o la Fundación March, cuyas colecciones exhiben piezas de Miró, Dalí o Juan Gris, y además, suelen organizar destacadas exposiciones temporales.
A dos kilómetros del centro de Palma, sobre una arbolada colina, nos espera el Castillo de Bellver, construido en el siglo XIV por orden del rey de Mallorca, Jaime II. Su forma circular lo convierte en un ejemplo único del arte gótico. Las excelentes vistas de la ciudad que posee, y el Museo Municipal de Historia que acoge en su interior se constituyen como el mejor reclamo para su visita.
02. ANDRATX
Situada a 28 kilómetros de Palma y a la sombra del monte Puig des Galatzó, esta población de se encuentra rodeada de valles de pinos y almendros.
Playa de Camp de Mar |
Tras ser reconquistada por Jaime I el Conquistador, la población se fortaleció con torres defensivas para evitar los ataques berberiscos. A esta época pertenece el Castillo de Son Mas, que cuenta con una torre del siglo XVI. La iglesia de Santa María de Andraitx (s. XVIII) también merece una visita. Su caserío combina casas ocres y blancas con antiguas atalayas.
Puerto de Andratx se constituye como la zona de costa, y son varios los arenales que podemos visitar entre los cuales destaca la playa de Camp de Mar. Cerca de este lugar y perteneciendo al mismo municipio de Andratx, se encuentra el islote de Sa Dragonera, declarado Parque Natural. Se trata de un enclave de gran importancia medio ambiental ya que cuenta con más de una veintena de endemismos. Desde las playas de San Telmo se tiene una de las mejores vistas de este espacio natural, hábitat de una colonia de halcones marinos.
03. PUEBLOS DE LA SIERRA DE TRAMONTANA
Valldemossa |
La Sierra de Tramontana (en mallorquín Serra de Tramuntana) es la principal sierra de las Islas Baleares. Su nombre proviene del viento predominante en esta zona, la Tramontana, un viento frío y turbulento proveniente del noreste o norte, que en España sopla principalmente sobre el archipiélago de las Islas Baleares y el noreste de Cataluña.
El paisaje cultural de la Sierra de Tramontana fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en junio de 2011, y guarda en su interior bonitos pueblos pintorescos como Deià, de minúsculas calles empinadas y refugio de muchos intelectuales y artistas, o Valldemossa, precioso pueblo enclavado en la colina conocido por haber sido lugar de residencia de Chopin o más actualmente Michael Douglas.
Cala Deia |
El coqueto Sóller, que ocupa un valle de la sierra de Tramontana, llegó a ser muy próspero gracias a los cultivos de cítricos. Desde aquí parte un bonito recorrido de 28 kilómetros en tren de madera por vía estrecha que nos conducirá hasta la capital de Palma. También hay un tranvía que lleva hasta el Puerto de Sóller, pasando entre huertos de naranjos y limoneros, hasta esta bonita localidad costera. Por carretera, camino hacia Sa Calobra, un lugar mágico donde mar, acantilados y bosque confluyen para dar forma a un paisaje único y espectacular, nos sorprende la bonita localidad de Fornalutx. Sus calles son peatonales, estrechas, empedradas y con un trazado irregular, casi todas ellas escalonadas, remontándonos a otra época.
Tren de Sóller |
Torrent de Pareis |
04. PUEBLOS Y CALAS DEL NORTE
Las estribaciones más septentrionales de la Sierra de Tramontana sirven de telón de fondo a la localidad mallorquina de Pollença. Conocida por su animado puerto y su bahía de aguas transparentes, posee un casco urbano de fuerte sabor medieval a escasos kilómetros del mar Mediterráneo.
Pollença, la Pollentia romana, se enmarca entre perfiles montañosos y bosques de pinos. De origen prehistórico, su historia más reciente se desarrolla bajo el gobierno de romanos, visigodos y musulmanes, hasta que en el siglo XIII Jaume I la incorpora a los reinos cristianos.
Cabo Formentor |
Otro atractivo en la zona lo constituye la villa medieval de Alcúdia, de la cual todavía se conservan restos de su muralla original en la puerta de Xara y la de Palma. De una muralla renacentista sólo se conserva intacto el bastión de Sant Ferran, ocupado en la actualidad por la plaza de toros.
Para los aficionados a la ornitología, el municipio alberga La Albufera, parque natural creado en 1988. Situado en la bahía, se pueden ver durante todo el año más de doscientas especies de aves.
05. LEVANT
Manacor es la capital de la comarca de Llevant y la segunda población más importante de la isla. Dentro de su término se localizan: la ciudad de Manacor, Son Macià y Son Negre, y en la costa, Portocristo o el Port de Manacor.
Durante siglos la economía de Manacor estuvo basada en la agricultura. Se construyeron muchos molinos de viento en el término, algunos de los cuales aún pueden verse desde la carretera. El turismo es una de las principales fuentes de ingresos, destacando también la industria de la madera y la fabricación de perlas artificiales.
Cueva del Drach |
Si lo que nos gusta es la playa, en esta zona podremos disfrutar de las turísticas zonas de Cala Ratjada, Cala Agulla o Cala Millor, lugares en los cuales encontraremos además de bonitos arenales, buenos accesos y servicios. Más al sur, la cala Mondragó, junto a las de Sa Amador y Es Borguit, están reconocidas como Reserva Natural y se encuentran rodeadas de espectacular rocas y de un gran número de pinos, lo que hace que sea una de las primeras opciones para los amantes de la naturaleza. A pesar de su paisaje es muy fácil llegar hasta ella, y gracias a su amplitud, es fácil encontrar un hueco incluso en temporada alta. Con aguas cálidas y transparentes, es tradición lanzarse al agua desde alguna de sus rocas.
Caló des Moro |
06. LA ZONA CENTRO
En cuanto al patrimonio monumental de Inca, destacan la iglesia de Santa María la Mayor, el antiguo convento de Sant Domingo, el de Sant Francesc, y el monasterio de Sant Bartomeu.
En Inca hay un mercado todos los jueves, considerado como uno de los más importantes de Mallorca. Pero el mercado más señalado del año se celebra el "Dijous Bó" (jueves bueno) coincidiendo con las ferias de la localidad.
En los “cellers” de Inca, bodegas habilitadas también como restaurantes, se puede comer la comida regional y unas galletas típicas.
Muy cerca encontramos Benissalem, donde los palacetes y casonas del siglo XV nos hablan de la riqueza vinícola de la comarca. Aquí se crían los vinos de la Denominación de Origen Benissalem-Mallorca: los afamados tintos de Manto Negro y los jóvenes rosados y blancos.
Benissalem |