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LA TOSCANA I - LOS PUEBLOS DE LA TOSCANA

  La Provincia de la Toscana se encuentra en el centro de Italia y se extiende desde los Apeninos hasta el mar Tirreno. Posiblemente sea la región de Italia más conocida por el público europeo. Algunas de sus ciudades como Florencia, Pisa, Siena o Lucca se encuentran entre los destinos más habituales de los turistas. La imagen de sus villas rodeadas de viñedos, olivos o prados de un verde intenso son la postal que nos viene a la cabeza cuando pensamos en la Toscana.

  En esta región, la naturaleza presenta manifestaciones diferentes, comenzando por la costa, que alterna largas playas de arena, como la de 
Versilia, con acantilados y promontorios rocosos. 

  Son incomparables las islas del 
Archipiélago Toscano, rodeadas de vegetación mediterránea, un mar cristalino y ricos fondos marinos donde practicar todo tipo de deportes acuáticos. Elba es la más conocida de sus islas, y en ella Napoleón afrontó su exilio hasta su traslado final a Santa Helena. 

  Las numerosas áreas protegidas encierran entornos excepcionales, como las cumbres de los Alpes Apuanos, la 
laguna di Orbetello y el Parque de la Maremma, dominados por el bosque mediterráneo.  

  Increíbles rutas permiten descubrir los recursos mineros de la región, como el Parque Arqueo-Minero de San Silvestro, que contiene la historia milenaria de la extracción llevada a cabo en las colinas Metalíferas a través de recorridos geológicos de las minas, mientras que en los Alpes Apuanos se pueden visitar las preciosas canteras de mármol blanco

  El esplendido Golfo de Baratti y los lugares arqueológicos de Vetulonia, Vulci y Pitigliano preservan necrópolis y restos de la civilización etrusca, mientras que Roselle y Cosa nos ofrecen recuerdos de la época romana.

  También encontramos por todo el territorio pueblos medievales, ciudades ricas en historia, castillos y fortificaciones, iglesias rurales e impresionantes abadías, como la de San Antimo. Sus perfiles destacan en los paisajes de las Crete Senesi
Val d'OrciaGarfagnanaChianti Maremma.

  Para una estancia en nombre del bienestar se puede acudir a una de las numerosas localidades termales, cada una de ellas con características únicas, como Montecatini, Saturnia, Montepulciano, Monsummano y Bagno Vignoni , famosas por sus curas desintoxicantes y del cuidado de la piel. 

HISTORIA

  Según los historiadores, los comienzos de esta región se remontan a unos 800 años antes del nacimiento de Cristo, con los Etruscos, que se dedicaron a construir hermosas ciudades denominadas Dodecápolis. Además, fueron una gran potencia naval para aquellos tiempos. Luego, La Toscana fue conquistada por el imponente Imperio romano, comenzando un periodo de decadencia que duró hasta la Edad Media.

  Esta región italiana empezó a tomar nuevos aires en el siglo XII, cuando Pisa comenzó a tener relaciones comerciales con el Oriente, y en Florencia y Siena empezó una sobresaliente actividad financiera e industrial. Con tanto movimiento económico las riquezas aumentaron a un nivel exponencial, surgiendo así una nueva clase social, llamada la burguesía comunal. Con esta naciente potencia mundial, Toscana llegó a una modernización arquitectónica, histórica y cultural que se ha perpetuado hasta nuestros días.

LA TOSCANA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

  Muchas son las excelencias de la región, reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, empezando por Florencia. Famosa en todo el mundo, el antiguo señorío de los Medici es la cuna de la cultura y del arte por excelencia. Es un auténtico museo al aire libre que conserva numerosos monumentos, como la Catedral con el campanario de Giotto, Santa Maria NovellaPalacio Vecchio o la Galería de los Uffizi, con obras maestras únicas en el mundo. Pero su encanto también es debido en gran parte a Lungarno, al característico Ponte Vecchio y a las tiendas de artesanía que animan las calles del centro. 

  Otro destino extraordinario es 
Siena con su centro medieval, también inscrito en la UNESCO, que culmina con la característica Plaza del Campo, donde tiene lugar el Palio.

  Pisa reúne en la 
Plaza dei Miracoli sus principales monumentos, incluida la famosa Torre inclinada, creando un espacio de gran valor artístico.

  Pienza es la ciudad ideal creada por el Papa Pío II según los canones del Renacimiento. La escénica disposición de los espacios y la riqueza de los edificios hacen que sea un tesoro de arte.

  Entre las ciudades más pequeñas en la región se encuentra 
San Gimignano, un pueblo medieval caracterizado por las torres y casas-torres que conformaron el Skyline de la época.

  Muchos más son los aspectos característicos de la región, pero una mención especial se merece 
Val d'Orcia, sitio protegido por la belleza de sus paisajes que han inspirado a muchos artistas del Renacimiento. 

GASTRONOMÍA

  Los orígenes de la cocina regional son muy populares y rurales, como se evidencia en los ingredientes básicos: pan (incluso el pan duro), farro, legumbres y hortalizas.
 
  Los entrantes típicos son las tostadas con una mezcla de hígados de pollo y bazo, la panzanella y los embutidos, entre los cuales destaca la finocchiona: salchichas aromatizadas con hinojo.
Bistecca a la Fiorentina
 
  El entrante típico se compone de sopas, entre las cuales está la famosa 
ribollita o sopa de habas, la sopa de farro, los pici (una especie de espaguetis populares en Siena) y las pappardelle con salsa de liebre. 

  Entre los platos de pescado es muy popular el Cacciuco, junto con las triglie y el stoccafisso: pescado seco a la livornese.
 
  Entre los platos de carne el más representativo es el "bistecca a la Fiorentina"; es también muy conocida la carne de gallineta, la carne de cerdo y la caza. 

  El aceite, el pecorino toscano (queso) o los embutidos son otras de las recomendaciones para saborear en este viaje.

  Dulces tradicionales son el castagnaccio (pastel de castañas), el 
buccellato y los cantucci

  La producción de vino es excelente por la variedad y calidad. Aquí se producen los mejores vinos de Italia, desde el 
Chianti al Vino Nobile Montepulciano, el Brunello de Montalcino, el Vernaccia de San Gimignano y muchos más, hasta llegar al Vin Santo, un vino dulce que se toma con los cantucci

PATRIMONIO CULTURAL Y FOLCLORE

  Toscana es uno de los centros turísticos más importante de Italia. Reúne espacios que por su patrimonio artístico, histórico, económico, cultural y geográfico son incomparables, como la Galleria degli Uffici, el carnaval de Viareggio, o el Palio de Siena. En verano los partidos de “Calcio histórico” nos transportan a la Florencia del siglo XV en un campo atípico delante de la Iglesia de la Santa Croce. 

  También es época estival las contrade, agrupaciones de cada barrio compiten en la carrera de caballos del Palio de Siena; y en Arezzo, el primer domingo de septiembre podemos disfrutar de la Giostra del Saraccino, una justa medieval con caballeros medievales.
Palio de Siena

RECORRIENDO LOS PUEBLOS DE LA TOSCANA

 

Lucca y Pistoia


  La ciudad de Luccaconocida como la ciudad de «las 100 torres y las 100 iglesias», es una joya que conserva la autenticidad de la época medieval. No es tan visitada como el resto de las de la región, así que suele ser una agradable visita para quien no espera algo tan bello. 

Catedral de San Martin - Lucca
  Las murallas del siglo XV que rodean la ciudad se han mantenido intactas, lo que permite dar un pequeño paseo por encima viendo las numerosas torres y iglesias. En su casco histórico, Patrimonio de la Humanidad, destaca la Plaza del Anfiteatro de forma ovalada, considerada un lugar único en toda Italia al tener en su interior un antiguo anfiteatro romano del siglo I.

  Otro lugar sorprendente en Lucca es la Torre Guidini que se conserva del medievo y tiene en la cima varios árboles que te harán sombra mientras disfrutas de las vistas y tu paseo por Lucca.

  La ruta la puedes continuar andando por la Vía Fillungo, la más concurrida de la ciudad, para visitar el Duomo y subir a la Torre de las Horas, la más alta de la ciudad, para después acercarte a otros lugares que merecen ser incluidos en la visita como son la Iglesia de San Miguel en Foro y la Basílica de San Frediano con un mosaico dorado en su fachada.

  Pistoia es también una ciudad repleta de obras de arte. La fachada del Duomo de Pistoia es una joya y alberga un púlpito que representa la Matanza de los Inocentes de Pisano.


San Gimignano y Volterra


  Situada aproximadamente en el centro de la provincia, entre las ciudades de Florencia y Sienna, San Gimignano se constituye como una población de pequeño tamaño, aunque grandes aspiraciones, pues se dice que en su día llegó a tener hasta cien torres.

  Saludándonos desde lo alto de una colina, las 14 torres que todavía hoy siguen en pie nos dan la bienvenida a esta ciudad icono de la región desde la época medieval. Pasear por las calles adoquinadas de su centro histórico, cerrado al tráfico, nos trasladará siglos atrás cuando los nobles y caballeros dominaban la región. Como visitas imprescindibles destacan la Torre Grossa de 54 metros de alto, con unas magníficas vistas del entorno, el Duomo y la piazza della Cisterna, en la que es prácticamente una obligación comprar un helado en la Gelateria Dondoli, considerada la mejor heladería del mundo.
  Muy cerca se encuentra Volterra. Su centro histórico lleno de edificios de piedra y calles empinadas, rodeado de una gran muralla de la época medieval, es perfecto para pasear sin prisas por sus calles hasta el Palazzo dei Priori y la Catedral de la Asunción, donde puedes ver el teatro romano del siglo I a.C y cruzar las antiguas puertas de la ciudad. 

  Antes de irte no te olvides de comprar alguna figura de alabastro además de probar sus especialidades culinarias, dos cosas típicas que hacer en esta joya de la Toscana.


Chianti y Monteriggioni


Vista aérea de Monteriggioni
  Chianti, repleta de colinas de vides que suministran la uva con la que se elaboran conocidos vinos. Lo mejor que puedes hacer es disfrutar del paisaje de estas carreteras, conocer pequeños pueblos como Panzano o Greve y hacer alguna parada para descansar en alguna de sus bodegas. Si conduces, bebe con moderación, pero no dejes la oportunidad de tomarte una copa de vino junto a estos viñedos con historia.

  A 55 kilómetros de Florencia y a 25 de Siena está Monteriggioni, un precioso pueblo medieval amurallado que bien merece una visita que se puede hacer en un par de horas. Lo mejor que se puede hacer es recorrer sus callejuelas empedradas y disfrutar de su bonita iglesia románica antes de emprender camino.

Siena 

Vista de Siena y la catedral
  La “Ciudad Roja”, siempre ha estado a la sombra de su vecina Florencia, de la cual dista 70 km. Es una de las visitas imprescindibles en La Toscana.

  Si no dispones de mucho tiempo no hay problema, puesto que basta medio día para hacer una excursión a esta ciudad, recorrerla y conocer sus principales puntos de interés. Es un paseo bastante cómodo, debido a lo pequeña que es la ciudad y a que todos sus lugares turísticos están muy cercas unos de otros.  

  El Duomo construido completamente de mármol blanco y verde oscuro, merece la pena entrar sólo por ver la impresionante Biblioteca Piccolomini.

  Junto con el anterior, La gran Torre de Mangia de más de 100 metros de altura, el Palacio Público y la Fonte Gaia son algunos de sus principales atracciones. 

  La Piazza dei Campo es una de las estrellas de un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y lugar en el que se llevan celebrando desde el siglo XV los eventos del Palio de Siena, una impresionante carrera a caballo en el corazón de la ciudad.

Montalcino, la Abadía de Sant’Antimo, Pienza y Montepulciano


  Montalcino es un pueblo pequeño fortificado situado en una colina y muy conocido por su vino Brunello, un vino tinto extraído de los viñedos que rodean la ciudad. A unos kilómetros está la Abadía de Sant’Antimo, un precioso complejo monástico que se comenzó a construir en el siglo IX y que merece estar entre las cosas que ver en la Toscana.

  Siguiendo la ruta en coche por la Toscana se llega a Pienza. R
odeada por los paisajes típicamente toscanos del Valle de Orcia, esta ciudad también se encuentra situada en la colina. En el siglo XV este pueblo medieval llamado Corsignano cambio el nombre y se convirtió en una maravilla arquitectónica renacentista gracias al mecenazgo de Pio II, Papa nacido en la ciudad. Entrando por su puerta medieval Porta Prato puedes cruzar toda la ciudad por la calle Corso Rossellino, donde se encuentran las iglesias, palacios y plazas más importantes, hasta llegar a la otra puerta de entrada, Porta al Ciglio., por lo que ofrece unas maravillosas vistas a los alrededores. No olvides hacer una visita a su bonita Catedral y aprovecha para hacer una parada para comer en alguna de las trattorias. 
Piazza Grande - Montepulciano
  Por último, la última parada la realizamos en Montepulciano. Famoso por sus exquisitos vinos tintos, tiene en la Piazza Grande su lugar más importante, aunque antes de llegar a ella y al punto más alto de la ciudad, donde está ubicada, te recomendamos pasear entre bonitos palacios y antiguas residencias renacentistas de nobles del siglo XIV y XV para disfrutar de algunos de sus lugares más interesantes como la Torre del Pulcinella, el Palazzo Cocconi y el Bucelli, y la Iglesia de Sant’ Agostino, que hacen de Montepulciano, otro de los lugares que ver en La Toscana más impresionantes. 

  Al llegar a la Piazza Grande podrás ver un conjunto monumental con el Palazzo Comunale y su gran torre, la fuente de los grifos y los leones, el Duomo y los edificios del Palazzo Nobili-Tarugi y Palazzo Contucci.

Val D´Orcia

  El Val d’Orcia, situado al sur de Siena limitando con Umbría, es un auténtico paraíso donde los paisajes de La Toscana llegan a su máximo esplendor. La UNESCO declaró este lugar patrimonio de la humanidad a fin de proteger sus encantos naturales. Las colinas con pueblos de piedra medievales, las grandes casonas a las que se llega por un camino de cipreses, los campos de viñedos, trigo y girasoles, forman una paleta de colores que, estamos seguros, te dejarán sin palabras. Protagonizados por unos colores que van cambiando a amarillos y marrones con la llegada del verano, mientras en primavera domina un intenso verde.

  La mejor forma de recorrer este paisaje ondulado es 
alquilando un coche y pisando el freno para echar fotos o para simplemente, contemplar el paisaje.


  Y aunque en toda Italia se come de maravilla, en el Valle de Orcia es todavía mejor. El pecorino, las setas y trufas, el aceite, la miel, los embutidos y el vino de Montalcino, son algunas de sus especialidades, que mezcladas con su deliciosa pasta casera, forman un combinación gastronómica insuperable.

  El pequeño pueblo termal de Bagno Vignoni, situado entre los viñedos y olivos del Valle del Orcia, puede ser una de las grandes sorpresas de nuestro viaje.

  El corazón del pueblo lo forma una plaza con una gran piscina de la época romana en el centro, donde se ven reflejados los edificios medievales que la rodean, formando una estampa para el recuerdo, que parecen sacadas de un cuento y destacan por ser calientes a consecuencia del subsuelo volcánico. 
Además de una piscina de acceso libre, el pueblo tiene dos centros termales en forma de hoteles. 

Isla de Elba

  Elba, famosa por ser la residencia en el exilio de Napoleón tras el tratado de Fontaineblau, se constituye como la tercera isla más más grande de Italia. Está bastante más abarrotada que cuando el emperador fue confinado aquí en 1814, pero ahí siguen las mismas calas, playas, aguas azules, retorcidas carreteras de montaña e increíbles vistas, todo complementado por una excelente cocina marinera, algunos vinos de primera y una orografía abrupta perfecta para el senderismo, el ciclismo de montaña y el kayak de mar. 

  Se trata de un pequeño paraíso de 28 kilómetros de largo por 19 kilómetros de ancho, para aquellos que tienen la suerte de visitarla. Llegar hasta aquí no es sencillo ya que la forma mas económica es volar a Pisa y desde allí trasladarse a Piombino para coger un ferry a la isla. La dificultad para llegar unido a que la isla es parque natural protegido y está poco urbanizada pueden ser las razones del escaso turismo, en su mayoría exclusivamente italiano. La mayoría de los hoteles son alojamientos familiares y rústicos que se funden con la vegetación. 

Playa de Fetovaia
  Elba ofrece 147 kilómetros de litoral y mas de 190 playas donde elegir. Aunque debemos tener en cuenta que muchas son de difícil acceso y para los caminantes más experimentados.

  Otra opción es movernos alrededor de la isla en kayak o en barco. Se dice que Napoleón iba con frecuencia a la playa de Colle d’Orano para sentarse a contemplar su Córcega natal, visible al otro lado del mar.

  Elba está, además, llena de historia y ofrece testimonios etruscos, romanos y medievales. Basta pensar en la zona de Portoferraio, capital y lugar de amarre casi obligatorio para el que llega a Elba. Esta localidad es la de mayor número de habitantes de toda la isla y custodia algunos grandes tesoros de la cultura de Elba y toda la fascinación de la dominación de la familia Médici. Cosme I de Médici dotó a Portoferraio de un lustre y una importancia jamás alcanzada hasta ese momento. 

  De hecho, aquí hizo construir una fortaleza inexpugnable que ha llegado hasta nuestros días. Dentro de dicha fortaleza se suceden las calles del casco antiguo, lleno de lugares que visitar. Antes de los florentinos (que llamaban Cosmopolis a Portoferraio) el lugar había sufrido diversas invasiones, entre ellas la romana, documentada a través de los restos de la Villa della Linguella, al final del paseo marítimo, y de Villa delle Grotte, en la carretera provincial que une Portoferraio con Porto Azzurro.  

  Para recordar la presencia del Emperador de Francia, Napoleón, exiliado en la Isla de Elba, se cuenta con el Museo Napoleónico presente en la Villa de los Molinos, dentro del casco histórico y en Villa San Marino, nada más salir de la ciudad.  
  También Porto Azzurro está llena de testimonios del pasado Se trata de una de las localidades más conocidas de la isla de Elba, que se desarrolla sobre una ensenada protegida por el Golfo de Mola. La historia de esta localidad está marcada por la dominación de los españoles (siglo XVII) que construyen aquí un asentamiento.

  La huella más importante de la invasión española es el Fuerte  de Santiago (Forte San Giacomo) que aún hoy domina desde lo alto las casas modernas. En cualquier caso todo en Porto Azzurro es sugestivo: la tranquila bahía a la que llegan los turistas, la plaza rodeada de tiendas y de restaurantes y la vista del puerto. Dentro de la muralla de la fortaleza se encuentra la bellísima iglesia barroca de Santiago Apóstol, que recuerda en la forma y en la estructura a las iglesias de Barcelona

  El monte Capanne de 1.018 metros es la cima de la isla de Elba y el mirador perfecto para contemplar esta isla toscana de la que hoy Napoleón probablemente no querría huir. 

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