Cuando llega la primavera, en un breve espacio de tiempo que transcurre entre finales de marzo y principios de abril, existe un lugar de la geografía española que se llena de luz y color.
En el norte de Cáceres, concretamente en el denominado Valle del Jerte, asistimos durante estos días a un singular espectáculo para los sentidos: la floración de los cerezos.
Situado entre la histórica ciudad de Plasenciasta el puerto de Tornavacas, en el límite de la provincia de Ávila, en un recorrido de 50 kilómetros, el Valle del Jerte nos va mostrando más de un millón y medio de cerezos en flor, que a nuestro paso van cubriendo de color blanco las laderas de las montañas que rodean este valle, propiciando este singular espectáculo de color durante un breve espacio de tiempo.
Sus flores se van abriendo progresivamente durante unas tres semanas desde la zona más baja del valle hasta las zonas más altas, y hay que estar atento a la climatología para determinar cuales pueden ser las fechas concretas en que podremos obtener una mejor visión de este florecimiento.
En la web oficial de la Oficina de Turismo del Valle del Jerte se puede encontrar información actualizada sobre las fechas concretas para ver los cerezos en flor.
Fuera de la época de florecimiento, en los meses de junio y julio tienen lugar las actividades de la Cerecera, en las que las cerezas tienen todo el protagonismo tras su recolección, sobre todo con la celebración de la Feria de la Cereza.
En otoño, en cambio, se llevan a cabo las fiestas de la Otoñada, durante la que te puedes apuntar a diversas actividades como rutas de senderismo que te permiten recorrer los bosques de esta zona entre un paisaje otoñal, o una exclusiva excursión en 4×4 por la Garganta de los Infiernos, especialmente interesante.
En un paraje natural como es el Valle del Jerte no falta una gran oferta de actividades turísticas y de aventura. Desde montar a caballo, barranquismo o escalada deportiva, hasta piragüismo en el cercano Embalse de Plasencia, en la zona baja del valle. Todo ello preparado para disfrutar de nuestra estancia también con los más pequeños.
Por el contrario, también podemos dedicar una jornada al relax en el spa del Balneario Valle del Jerte. Se trata de un hotel situado frente a Valdastilla, y donde disponemos de unas excelentes instalaciones de spa, con la posibilidad de disfrutar de tratamientos de salud y belleza.
GASTRONOMÍA
La gastronomía extremeña es muy rica y de gran calidad, testigo de ello son sus jamones y apreciadas carnes.
Pero si hay ingredientes que caracterizan a esta zona del norte de Extremadura son sin duda los quesos del Casar, las mermeladas, las judías del cercano Barco de Ávila, y como no, el famoso pimentón de la Vera.
Durante la época veraniega, en los restaurantes de los pueblos del valle podemos disfrutar de una oferta gastronómica en la que las cerezas son también los protagonistas. Así, y en concreto durante las Jornadas Gastronómicas de la Cerecera, podemos probar gazpacho o salmorejo de cerezas, cualquier plato de carne o pescado complementado con cerezas, o incluso postres que combinan las cerezas con el chocolate.
RECORRIENDO EL VALLE DEL JERTE
La carretera N110 recorre el valle desde su parte más alta situada en el puerto de Tornovacas, donde tenemos un mirador que nos muestra unas excelentes vistas panorámicas de todo el valle, hasta la localidad de Plasencia, tras recorrer 50 kilómetros de carretera sinuosa.
Durante este trayecto comenzaremos a ver estos árboles a ambos lados de la vía, a medida que descendemos. Pero para disfrutar realmente de estos paisajes, se hace imprescindible que te muevas por las carreteras locales, o incluso por los caminos rurales asfaltados que unen los distintos pueblos del valle.
Si te quieres mover en el vehículo es preferible bajar a la carretera que une pueblos como Casas de Castañar, Cabrero y Valdastillas, o también por la que discurre entre El Torno y Rebollar ya que son, sin duda, la mejor forma de ver los cerezos en flor.
Si vas a visitarlo durante un fin de semana, en algunos momentos te puedes encontrar con que incluso se corte temporalmente alguna carretera por la gran afluencia de vehículos. Además, en los pueblos del valle se celebran durante estas fechas la Fiestas de la Primavera y el Cerezo en Flor, con diversas actividades culturales, gastronómicas y de senderismo.
El Jerte tiene una amplia red de rutas de senderismo, hasta 19, como la de la Garganta de Puria, que parte del pueblo de Rebollar, o también la ruta de la Garganta de las Nogaledas que parte de Navaconcejo.
Si lo que realmente queremos es pasar una bonita jornada de senderismo, y ver más de cerca el florecimiento de los cerezos, una ruta interesante para recorrer a pie, es la denominada Ruta Cerezo en Flor, recorrido PR-CC 2 de la red de senderos del Valle del Jerte. Señalizado con marcas blancas y amarillas, se trata de una de las rutas más populares del Valle del Jerte desde la numerosa en senderos y rutas Villa de Tornavacas. A lo largo de sus 22 kms desciende junto al río Jerte, recorre senderos, pistas, asciende y desciende entre cerezales, rebollares, castañares.
Desde el Collado de las Losas desciende a cruzar la Garganta de los Infiernos en el Puente del Sacristán, un lugar realmente interesante que ver en nuestra visita. Allí, en mitad de una zona boscosa en la que no parece que vayamos a encontrar nada especial, se esconde una de las joyas naturales más bonitas del lugar, Los Pilones. Aquí se juntan las aguas de los Arroyos de Los Tres Cerros y del Collado de las Yegüas. Las pozas de agua que se forman en el lugar poseen aguas frías y cristalinas en las que apetece sumergirse entre pequeños peces.
Para nuestro regreso, desharemos los pasos de Carlos V en su último viaje, y emprenderemos el regreso ya sin grandes subidas, acercándonos a la localidad de Jerte, al otro lado del puente sobre el río Jerte, y deshaciendo la primera parte del camino en una completísima ruta por algunos de los mejores rincones y paisajes del Valle del Jerte.
El Recorrido, de ida y vuelta el primer y último tramo y circular la parte central, es de un total de 22 kilómetros. Con una duración media estimada de 7 horas, parte del núcleo de Tornavacas para finalizar en este mismo punto.
Para llegar hasta la Garganta de los Infiernos y Los Pilones, podremos ir también en coche. Por la carretera que atraviesa el valle, entre las poblaciones de Jerte y Cabezuela del Valle, hay un pequeño camino que se adentra en la garganta. Tendremos que llegar hasta el Centro de Interpretación de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, donde hay un pequeño aparcamiento.
A partir de este punto, la ruta hasta Los Pilones se realiza a pie. Durante apenas una hora caminaremos rodeados de una frondosa vegetación, con algunos balcones como el mirador del Chorrero de la Virgen, entre los arroyos de Putopadre y Riscoencinoso, donde un pequeño salto de agua va sumando caudal a la garganta.
Un poco más arriba, por fin llegamos a Los Pilones. Tras cruzar el puente podremos contemplar esta maravilla de la naturaleza en forma de pequeñas pozas que el agua ha ido tallando durante miles de años en el duro granito. Pequeños saltos de agua que terminan en piscinas naturales de un color gris claro. Y todo rodeado de un verde intenso.
La época ideal para visitar y bañarse en Los Pilones es claramente el verano. Aunque el calor sofocante, su gran belleza y la facilidad para llegar hasta él, lo convierten en lugar para pasar el día en familia, con sus niños y mascotas. Esto puede hacer que se encuentre con demasiada gente allí algunos días.