En el extremo situado al sureste de la Península Ibérica, a orillas del mar Mediterráneo, encontramos la provincia de Almería. Con más de 100 Km. de costa indomable, desde Pulpí en el levante, hasta Adra en el poniente, ofrece unos arenales excepcionales a todos sus visitantes.
El mar y el desierto conviven con la huerta más fértil y productiva del continente. Tierras áridas, donde la supervivencia se convierte en un permanente reto; lagunas saladas en las que anida una variada fauna y especies vegetales, únicas en nuestro planeta, esperan a quienes visitan esta provincia dotada de un clima subtropical, mediterráneo, cálido y seco.
Las peculiaridades paisajísticas y la bondad del clima almeriense convirtieron esta provincia en el marco idóneo para desarrollar una importante industria cinematográfica, por la que desfilaron algunos de los más célebres personajes del celuloide.
Los Parques Naturales de Sierra María-Los Vélez con su castillo, sus cuevas rupestres y una riquísima fauna y el Cabo de Gata-Níjar, de playas desiertas, agrestes acantilados y fondos marinos transparentes, dan vida a un paisaje que ofrece al viajero la magia de la nieve, del bosque mediterráneo, del desierto y el mar.
Almería, por su situación estratégica, abierta al Mediterráneo, ha albergado durante su historia diferentes civilizaciones. La Prehistoria dejó muestras de una cultura muy especial en Los Millares y el Argar. Fenicios, cartagineses y griegos explotaron sus minas y comerciaron en sus costas. Los romanos, establecidos a partir del siglo III a.C., la convirtieron en el "Porto Magnus" del Mediterráneo y dominaron la zona hasta la llegada tardía de los visigodos, en el siglo VII. Los árabes creaban en el siglo X la actual capital, desde donde se regiría uno de los reinos taifas más importantes de la España musulmana. La influencia árabe ha sido la más fuerte, debido a su permanencia en nuestra tierra durante casi ocho siglos. Varios son los monumentos que evidencian la fecunda historia de esta tierra. Los castillos y las fortalezas constituyen un testimonio histórico privilegiado para conocer las sociedades del pasado.
Las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos recuerdan ese pasado más cercano en que las distintas civilizaciones quisieron ocupar estas tierras y explotar todos sus recursos.
Ya sólo nos queda degustar las delicias de la mesa almeriense. El producto fundamental de la ciudad de Almería es la uva, pero aquí también tendremos ocasión de paladear el ajo colorao (guiso de patatas, pimientos rojos, huevos, longaniza, bacalao, ajos y aceite), breca a las uvas, rape a la barraca (con puerros y champiñones salteados). Los mariscos de Garrucha y el bizcocho de dátiles merecen mención a parte.
DESCUBRIENDO ALMERÍA
El que fuera uno de los puertos más importantes del Califato de Córdoba, nos descubre su Alcazaba y su Catedral a orillas del Mediterráneo. Calles estrechas de fachadas encaladas componen parte del panorama de su casco histórico. Además de historia y cultura, Almería nos brinda playas, parques naturales, tanto de alta montaña como de costa, y una gastronomía, que hará inolvidable este viaje.
Almería tiene su origen en la necesidad defensiva de los árabes. Fue Abderramán III quien fundó Almería en el año 955 (siglo X), amurallando el núcleo de la Medina y mandando construir en dicho siglo una fortaleza para defender la ciudad, y una mezquita mayor para la oración.
Así pues, mandó constuir la Alcazaba que dio nombre a esta ciudad, Al-Mariy-yat (La Atalaya). Con sus 1430 m. de perímetro amurallado, es, después de la Alhambra, la construcción musulmana más grande de España. Es una fortaleza que consta de tres recintos, los dos primeros musulmanes y un último cristiano, construido tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, acaecida en el año 1489.
Desde la Alcazaba, desciende hacia el norte a través del Barranco de la Hoya, una línea de muralla que llega hasta el Cerro de San Cristóbal, construida en tiempos del rey Jairán (1012-1028) en el siglo XI. Son los restos que quedan del amurallamiento del barrio de la musalla, que desde el cerro descendería por la actual calle Antonio Vico.
En el cerro, conocido en época musulmana como Monte Laham, se encuentran siete torreones, tres musulmanes de planta cuadrada y cuatro cristianos de planta semicircular, éstos construidos por los templarios de Alfonso VII, que hicieron del lugar un fuerte-capilla tras la conquista cristiana de la ciudad al mando de las tropas de Alfonso VII en 1147.
En dicho cerro, que es un impresionante mirador de la ciudad, se encuentra sobre un gran pedestal, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de mármol de Macael, restaurada en el año 2000 que bendice la ciudad y el Mar Mediterráneo, y que fue construida en el siglo XX (alrededor de 1930).
Excavadas en las faldas del cerro de San Cristóbal, se encuentran las viviendas trogloditas que conforman el barrio de La Chanca.
La Catedral de Almería es otro de los puntos obligados del recorrido. Su poderosa estructura, de transición entre el Gótico tardío y el Renacimiento, se levanta en pleno centro de la ciudad antigua. Dotada de torres, almenas y gruesos muros, la Catedral se asemeja más a una fortaleza que a un templo. Esta peculiar traza se debe a los continuos ataques de piratas berberiscos que tenía que repeler esta población tan cercana a la costa.
En su interior, con planta de salón, y estructura de finales del gótico, destacan la Sacristía y la sillería del Coro, obras renacentistas construidas por Juan de Orea, y el Trascoro y el Claustro, neoclásicos de finales del siglo XVIII. El Claustro, encargado a J. Antonio Munar tras la muerte de Ventura Rodríguez (autor del trascoro y el tabernáculo), es el mejor claustro neoclásico de las catedrales españolas. El Altar Mayor, remodelado en el siglo XVIII, está presidido por el templete o tabernáculo, y en su frontal a modo de retablo destacan las pinturas con escenas de la vida de la Virgen y dos relieves antiguos del XVI en el centro del conjunto: La Anunciación y el Calvario de Cristo. Sus capillas más sobresalientes se encuentran en la Girola, detrás del Altar Mayor: San Indalecio, El Cristo de la Escucha y la Virgen de la Piedad.
Aquí cerca se asientan el Convento de las Puras y el Palacio Episcopal. Diseminadas por estas calles centrales también podemos admirar las iglesias más importantes de Almería. En la comercial calle de las Tiendas se alza la iglesia de Santiago el Viejo, cuyas características principales son su portada plateresca y la esbelta torre de más de 50 metros que se eleva a su vera. Edificada sobre una antigua mezquita árabe, la iglesia de San Pedro es de estilo neoclásico, ya que se terminó de construir en el siglo XIX.
PARQUE NATURAL CABO DE GATA-NÍJAR
Sin alejarnos mucho de Almería también podemos disfrutar de sus excelentes playas y de los recorridos que nos propone el cercano Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, primer parque marítimo-terrestre de Andalucía, que posee impresionantes acantilados, pequeñas y recónditas calas, doradas playas de fina arena y fondos marinos de increíble belleza, ideales para la práctica del submarinismo.
En este paraíso del Mediterráneo donde las dunas, las salinas, las playas y los fondos marinos son los grandes protagonistas, no dejes de dar un paseo por las calles pintorescas del pueblo marinero de Aguamarga y darte un baño en la playa de Los Muertos, una de las más bonitas del litoral; disfrutar de todo el sabor tradicional del pueblo pesquero Las Negras; visitar Rodalquilar, uno de los lugares más interesantes de la provincia de Almería por sus minas de oro, su paisaje y su espectacular playa, conocida como el Playazo; visitar la Isleta del Moro, un pequeño poblado pesquero que debe su nombre a los piratas árabes que buscaban tesoros; darte un baño en las increíbles playas de los Genoveses y Mónsul, escenario de películas como «En busca del arca perdida», «Lawrence de Arabia» o «El hombre que perdió su sombra». Y desde aquí llegar al Faro de Cabo de Gata para disfrutar del Arrecife de las Sirenas, la Torre de la Vela Blanca y el Arrecife de El Dedo.
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| Playa de Mónsul |
También conocido como el castillo de los Escullos, se alza esta fortaleza sobre un monte árido en la llamada punta del Esparto, próxima a la localidad de la Isleta del Moro, en Níjar. Construido en el siglo XVIII durante el reinado de Carlos III para defender la costa de las invasiones berberiscas, se trata de una de las nueve fortalezas que conformaban la línea defensiva que se extendió desde el pueblo de Garrucha hasta Manilva, en Málaga. Catalogado como Bien de Interés Cultural, fue restaurado en 1991 y es un lugar histórico interesante que visitar en Almería.
Se llega a ella a pie, tomando la senda que parte de la parte posterior de la Tabla de Roldán. Justo al final de la playa hallarás una enorme roca que emerge de la misma orilla. Un gigante colosal que es el remate a la extrema belleza del lugar.
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| Playa de Los Muertos |
PARQUE NATURAL DESIERTO DE TABERNAS – UN DESIERTO DE PELICULA
A unos 30 kilómetros al norte de Almería, encontramos el desierto de Tabernas, declarado Paraje Natural en 1989. Con una extensión de 280 km2, se constituye como el único desierto reconocido como tal en todo el continente Europeo.
Debido a su situación entre la Sierra de los Filabres al norte y Sierra Alhamilla al sudeste que la aíslan de las corrientes húmedas del cercano mar Mediterráneo, en una zona de poca pluviosidad como es el Levante español, dejan unas precipitaciones de solo 243 mm. Esto, junto con las altas temperaturas medias a lo largo de todo el año (18 °C) y uno de los mayores niveles de horas de sol posibles (3000 h), conforman el clima seco que da lugar a este verdadero desierto.
La belleza y singularidad de este paisaje han atraído desde hace varias décadas a la industria del cine, utilizando estos escenarios naturales para el rodaje de escenas de películas, conservándose auténticos “Poblados del Oeste”. Y es que, cuando en el año 1954 empezaron los primeros rodajes de los “spaguetti-western”, se levantaron varios escenarios que todavía hoy permanecen levantados. Películas como el Bueno, el feo y el malo, por un puñado de dólares y también Indiana Jones y la última cruzada, Conan el bárbaro o Lawrence de Arabia fueron rodadas en su mayoría en Tabernas.
Muchos fueron los actores y directores de prestigio que pasaron largas horas bajo el implacable sol de Almería. Steven Spielberg, George Lucas, Sergio Corleone, Harrison Ford, Arnold Schwarzenegger, Jack Nicholson, Charles Bronson… y así una interminable estirpe de famosos de Hollywood.
Dentro del Parque podemos visitar principalmente dos lugares: “Oasys”, un parque temático donde se levanta un poblado del oeste que se construyó para rodar la película “La muerte tenía un precio” de Sergio Leone. En este lugar, además de los decorados del Oeste, también se ofrecen espectáculos, una reserva zoológica con más de 150 especies animales, e incluso piscinas para tomar un baño.
La otra opción se llama “Fort Bravo”, quizás menos ideal para los niños, pero algo más cinematográfica que el anterior. La primera impresión al llegar no puede ser más excitante; nos encontramos en un valle totalmente desértico con un gran fuerte americano y al fondo un poblado indio. A medida que avanzamos vemos como la complejidad de las instalaciones y sus detalles va en aumento. De pronto parece que nos encontramos en la frontera de Texas con México y que hemos viajado en el tiempo hasta el siglo XIX.
Existen dos estilos de pueblos diferentes, uno como si estuviera situado al sur de la frontera y otro al norte. La mayoría de la acción y de los servicios se encuentran en la parte del pueblo norteamericana mientras que en la parte mexicana hay más tranquilidad. Pero no por ello es menos interesante, la arquitectura de los edificios es bastante más compleja y además son de cemento y hormigón, mientras que en EEUU son de madera en su mayoría.
Cochambrosas paredes, toldos de cañizo y cactus cubiertos por una fina capa de polvo blanquecino, vuelven todavía más realista el paisaje.
Existen varios espectáculos a lo largo del día que recrean las escenas cinematográficas rodadas en estos escenarios hasta hace unos pocos años.
MOJÁCAR – ÁRABE Y BLANCO
Situada a 92 kilómetros de Almería capital, en lo alto de un cerro coronado por los restos de un castillo, se encuentra esta bella población de origen árabe. Esta población, desde el 2013, está incluida en la red de Pueblos más bonitos de España, y es que el laberinto de calles de casas blancas, con reminiscencias de arquitectura Mudéjar, es una de las visitas imprescindibles de la provincia.
Estamos quizás ante el pueblo más autentico de la provincia de Almería y no es de extrañar que en los años sesenta un grupo de intelectuales y artistas, hechizados con la luz, la tranquilidad o la aparente detención en un remoto tiempo, hicieron de él su refugio y, en algunos casos, su última morada, ya que intelectuales como Frederick Mooney (Fritz), Win Wells, Henry Higgins, Paul Beckett. William Napier, etc., están enterrados en el cementerio de Mojácar.
El pueblo está dividido en dos núcleos urbanos bien diferenciados Mojácar Pueblo y Mojácar Playa.
Para la visita de Mojácar pueblo debemos ponernos calzado cómodo y una cámara de fotos al cuello para inmortalizar rincones tan preciosos como la Plaza de las Flores. Desde allí, podemos entrar en el Arrabal, antiguo barrio judío de calles laberínticas y llenas de encanto. ¿Las mejores vistas? Desde el mirador de la Plaza Nueva, desde el que hay una impresionante vista del Valle de las Pirámides. Y un poco más arriba se encuentra el Mirador del Castillo, desde el que hay una gran panorámica de la costa de Mójacar.
A los pies de la población se localizan más de cinco kilómetros de magníficas playas en la denominada Mojácar playa, popularmente conocida como la “Ibiza del Sur”. Esta parte del pueblo está formado por urbanizaciones de vacaciones, hoteles y lugares de ocio de casi cualquier tipo que estemos buscando, desde restaurantes, hasta bares de copas, discotecas o chiringuitos, sin duda un lugar mucho más masificado y lejos del encanto anterior.
Podremos visitar calas y playas que se encuentran entre las favoritas que visitar en Almería. Una de ellas es la playa del castillo de Macenas. Esta pequeña playa de piedras es perfecta para ver amaneceres y, dada su limitada accesibilidad, es lo suficientemente solitaria como para representar un buen rincón al que retirarte, incluso en verano.Para quienes no lo sepan, el índalo es el talismán de Almería. Proviene de una pintura rupestre encontrada en la cueva de Los Letreros y representa a un hombre sujetando con los brazos abiertos al Arco Iris. Según la tradición, ahuyenta el mal de ojo y trae buena suerte a quien lo posee. Por este motivo lo encontraremos por todas partes, sobre todo, en Mojácar. Tradicionalmente los habitantes de Mojácar pintaban en las puertas de sus casas la figura del índalo, mucho antes de que se llamara así, buscado protección frente a las cotidianas adversidades.
ROQUETAS DE MAR
Se trata de uno de los principales destinos turísticos de Almería, y aunque muchas de sus tierras están dedicadas a la agricultura intensiva de invernadero, su principal motor económico es el turismo de sol y playa.
El pueblo de Roquetas de Mar había sido, hasta el boom del turismo, un pequeño asentamiento costero, de población contenida y reducidas dimensiones. Un pueblo que vivía de las salmueras, la pesca y agricultura tradicional. Hoy en día todo esto ha quedado en el olvido y la pesca es testimonial. Apenas cuarenta embarcaciones y no más de doscientos pescadores, dedicados a las artes del trasmallo, la almadraba y el palangre, perduran.
Hoy día, Roquetas de Mar es uno de los mayores centros turísticos de la costa de Almería, tanto por sus dimensiones, servicios y calidad de sus instalaciones, como por el gran número de turistas que los demandan anualmente.
25000 plazas hoteleras, un campo de golf, un parque acuático, un acuario, un auditorio, con un amplia programación de conciertos, puerto deportivo, un centro comercial, un paseo marítimo e infinidad de locales de ocio nocturno, componen la amplia oferta de servicios que ofrece este bello enclave, en constante crecimiento desde que en 1.967 fuera declarado Centro de Interés Turístico Nacional.
Roquetas de Mar también cuenta con un importante patrimonio monumental y medioambiental que está compuesto principalmente por el Castillo de Santa Ana, el Faro de Roquetas de Mar, el espacio natural de Punta Entinas-Sabinar y las playas galardonadas con la acreditación de calidad Bandera Azul. El casco urbano alberga diversos monumentos, como la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XVII, el castillo de las Roquetas y la torre vigía de Cerrillos, de la época árabe.
