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EL ALGARVE Y SUS MEJORES PLAYAS

  Situada en el sur de Portugal, con un total de 240 kilómetros de costa repleta de largas playas, rocosos litorales horadados de cuevas y buenos servicios, el Algarve es sinónimo de turismo playero. Y aunque las fantásticas playas de la región son su principal atractivo, el Algarve ofrece mucho más que esto. Lo que hace décadas era una costa virgen ha dado paso con el turismo a destinos con mucho ambiente y servicios. Pero el desarrollo ha sido desigual y cerca de focos turísticos del calibre de Lagos y Albufeira todavía hay pueblecitos de pescadores donde aún podemos ver cómo era esta zona hace años. 

  Los 300 días de sol al año y una vasta selección de hoteles, resorts y apartamentos turísticos para todos los gustos,  la convierte en la región más visitada de Portugal. Además de poseer algunas de las mejores playas de Europa, todas ellas con Bandera Azul, ofrece hermosos paisajes, ría, sierra, parques naturales y villas con encanto.

  Podríamos subdividir la costa del Algarve en tres zonas en función de nuestra estancia en esta región de Portugal: la zona Este, la más tranquila condicionada por la existencia del Parque Natural de la Ría Formosa, la zona centro, más turística y en la que encontramos las playas más conocidas y fotografiadas, y la zona oeste, la más salvaje y situada en la Costa Atlántica.

  El este del Algarve se extiende desde casi la frontera española hasta las proximidades de Faro, capital del Algarve. Las localidades están separadas de las playas por el Parque Natural de la Ría Formosa, y hace que sea necesario desplazarse hasta ellas en barco. Esto ha alejado al turismo masivo y ha hecho que ciudades como Tavira u Olhao conserven aún casi intacto su carácter tradicional y pesquero, pero tengan a muy pocos minutos en barco una serie de islas con playas enormes, de arena blanca y poco saturadas. 

  El Centro del Algarve es la parte de la región donde está más extendido el turismo de sol. Costas rocosas y recorridas por cientos de grutas y bahías muy atractivas hacen las delicias de los miles de turistas que visitan anualmente sos costas. Albufeira es la ciudad más representativa de la zona, en la que también se encuentran localidades como Quarteira, Carvoeiro, Portimao y Lagos. 

  Finalmente, al oeste de Lagos aparece el Algarve menos frecuentado e inaccesible. Desde allí, por una carretera estrecha y no muy bien conservada, se llega a Sagres, un pequeño pueblo situado en el extremo occidental de la región, donde se puede visitar su fortaleza. Siguiendo unos pocos kilómetros hacia el noroeste, el Cabo de San Vicente, con sus acantilados y playas, ideales para la práctica del surf. Desde allí hacia el norte se extienden decenas de kilómetros de playas enormes y muy poco frecuentadas, con poblaciones como CarrapateiraAljezur o Odeceixe con menos servicio y ambiente que la zona central, pero mucho más tranquilos.

GASTRONOMÍA

  Con una hermosa línea de costa abrupta que se extiende sobre el océano Atlántico y unas tierras interiores ricas y fértiles que producen naranjas, olivas, almendras e higos, la gastronomía del Algarve ha desarrollado dos estilos distintos de cocina. Uno se basa en los productos del mar y el otro en los productos de la tierra. 

  El Algarve sabe a mar, y el pescado es el rey, pero ojo, no sólo el bacalao, ya que a lo largo de esta costa encontramos muchas más variedades. Y cada localidad tiene su especialidad propia. Tavira, por ejemplo, es famo­sa por las doradas, sargos y lubinas. Muchas de las que se consumen se crían en los viveros de sus alrede­dores, que hay muchos.

  Su vecina Olhão es, por su parte, famosa por la pesca de la sardina. Y en la cercana Portimão, del 8 al 17 de agosto, se celebra una fiesta gastronó­mica dedicada a ese mismo pescado, en la que los restaurantes se ponen de acuerdo para servir menús con sardinas, pan casero, pimientos, patatas cocidas y aperitivos variados. Tradicionalmente se cocinan sobre brasas y se sirven sobre una rebanada de pan, aunque durante estas fiestas gastronómicas las podremos degustar de muchas otras formas.
Cataplana

  Si quieres un plato de pescados típico y presente en casi todas las cartas, pide una Cataplana, plato elaborado con pescados varios, almejas u otros moluscos cocinados con beicon o salchichas en un recipiente de cobre típico de la región y de origen morisco.

  También son típicas las almejas al estilo de Bulhão Pato, llamadas así en honor a este poeta portugués. Almejas frescas cocinadas con ajo, cilantro, cebolla y vino blanco y aceite de oliva de producción local. Servido tradicionalmente con pan para remojar en la salsa.

  Otros platos típicos de la zona sur de Portugal se cocinan a base de bacalao, siempre presente en la dieta de este país, y preparado de un montón de maneras diferentes, tantas que se dice que hay 365 recetas distintas para elaborar su pescado favorito.

  Y si te van más las carnes, no lo dudes: Frango à Piri-Piri (pollo piri-piri), una popular receta de pollo picante y especiado, clásica no solo del Algarve sino en todo el país. El pollo se deja marinando en una variante picante de la salsa piri-piri elaborada con chiles, ajos, pimentón, aceite, vinagre, antes de asarlo sobre las brasas.

Dulces de Dom Rodrigo
  Quienes se acerquen al Algar­ve interior, concretamente a la zona de Monchique, podrán degustar un típico bollo con chorizo cocido en horno de leña (una especie de “bollu preñau” asturiano) y mejor si se acompaña de aguardiente de madroño.

  Un aviso importante. Es habitual en Portugal que nada más sentarte a la mesa te sirvan unos aperitivos que suelen ser pan con mantequilla salada, aceitunas, algún paté. Ten en cuenta que no son obsequio de la casa y su coste se incluye siempre en la factura y no suele ser barato. Si no quieres estos entrantes, avisa al camarero antes de empezar y te los retiran.     

  Respecto a los postres, apuntar que los portugueses son muy golosos. Entre los dulces más típicos, destaca el llamado Dom Rodrigo, elabo­rado a base de huevo hilado que se sirve envuelto en papel de plata (y que se puede co­mer acompañado de helado). Una delicia para los amantes de las buenas dosis de azúcar pero un poco empalagoso para el resto de los mortales.


LAS PLAYAS DEL ALGARVE

Con un total de 240 kilómetros de costa repleta de largas playas, el Algarve nos ofrece un sinfín de arenales de bandera azul, con hermosos paisajes de costa y verticales acantilados que gracias a la fuerza del mar han ido tallando unas formas muy singulares, principal reclamo de este lugar que anualmente atrae a miles de turistas. 


  Las playas del Algarve son de aguas más cálidas y tranquilas hacia el este, especialmente hacia la frontera española, y de aguas más frías y con mayor oleaje cuanto más nos acercamos al oeste, haciéndose ideales para la práctica del surf.


LUGARES DE INTERÉS:

VILA REAL DE SANTO ANTONIO

  Situada a orillas del Río Guadiana, que la separa de la vecina España, se encuentra la ciudad Vila Real de Santo António, antigua aldea de pescadores donde hoy impera el turismo. Es una ciudad tranquila, con playas cálidas y un centro histórico peatonal y encantador.

  Fue reconstruida por completo tras el terremoto de 1755 bajo la planificación del Marqués de Pombal con los gustos de inspiración parisina que gustaban en la época. El resultado es que Vila Real es hoy un destino delicioso para los que disfrutan de la arquitectura. Su principal plaza que hoy lleva el nombre de quien la proyectó: Marques de Pombal, está rodeada por tiendas, restaurantes y cafés.

  Los españoles de las ciudades cercanas, atraviesan la frontera desde hace años para comprar ropa de cama y toallas de esas que son extras suaves y que duran para siempre.

  Las playas de Vila Real de Santo António son unos grados más cálidas que las del resto de Algarve, y son perfectas para familias con niños. Praia de Santo António, Monte Gordo, Manta Rota, Lota y la recomendada Cacela Velha son las más conocidas que pertenecen a Vila Real de Santo António. 

TAVIRA

  Tavira es uno de los destinos preferidos del Algarve, debido a su ambiente familiar y tranquilo. Entre los siglos VIII y XIII Tavira estaba bajo dominio árabe, hasta su conquista por los Caballeros de la Orden de Santiago en 1242. Fue nombrada ciudad en 1520 por el rey Manuel I, y fue el principal puerto comercial en el Algarve durante los siglos XVI al XVIII. Anteriormente Tavira ya era un importante puerto que comerciaba con el norte de África siglos antes de Cristo.

  Los edificios históricos de Tavira fueron levantados a la moda del siglo XVIII después de que la ciudad fuera destruida por el terremoto de 1755. Si partimos del centro, la Praça da República, podemos ir por la orilla del río en Rua da Galería y veremos una bonita iglesia, la Igreja da Miserícordia. En su interior hay escenas bíblicas mostradas en azulejo artístico y elementos que van del barroco al neoclásico. En las cercanías reposa el castillo local, el Castelo que abre entresemana y la vecina Santa María do Castelo donde descansan los restos mortales de Dom Paio Peres Correia, el conquistador que ganó el Algarve en la Reconquista ibérica y que expulsó a los árabes de Tavira en 1242. Es un antiguo pueblo costero construido a ambos lados del río Gilão que ha ido prosperando con el creciente turismo y su industria pesquera. 

  Una de las más características imágenes de Tavira es la de su puente de siete arcos sobre el río Gilão, de origen romano y abierto solo para peatones. A ambos lados del puente se encuentran las calles del centro histórico. Donde puedes encontrar cafés y restaurantes con terrazas abiertos todo el día.

  Si queremos comer buen pescado podemos probar los restaurantes locales o desplazarnos al pequeño pueblo pescador de Santa Luzia.

  Las Salinas de Tavira son conocidas por producir la sal de mesa más refinada del país. Hoy en día, la producción  de sal aún se realiza como se hacía miles de años atrás: de manera artesanal y sin contaminar de cualquier forma el ambiente y la vida marina que abunda en esta región. Es un paseo especialmente bonito al final del día. Para captar los colores del atardecer sobre el blanco y rosa de la salina.

  El estuario de la Ría Formosa, a orillas de la ciudad, se extiende se extiende por 170 km². Está comprendido por diversos canales, islas y bancos de arena, hogar de diversas aves migratorias, las cuales pueden ser vistas desde los paseos en barco que que se realizan por estas tranquilas aguas.

  Mas allá de la Ría Formosa se encuentra la espectacular Ilha de Tavira, donde se acomodan Praia da Ilha de Tavira, Praia da Terra Estreita y Praia do Barril, una de las mejores playas del Algarve en donde encontramos el monumento de las anclas, en conmemoración a la antigua economía local derivada de la producción de estos elementos. Todas las playas frente a la costa son muy tranquilas mientras que las del lado del océano son perfecta para el windsurf. 

FARO

  Faro es el centro de todo el Algarve. Es la capital del distrito, más administrativa y comercial que turística, y es el punto principal de llegada gracias a su aeropuerto internacional. Las playas le quedan relativamente lejos y eso da pie a que tenga un turismo más histórico que visite su centro amurallado que de sol y playa.

  Es una ciudad que dispone de un centro histórico amurallado, pequeño pero pintoresco, con una catedral digna de visitar; además de una zona peatonal y comercial que es de las más amplias en cantidad y calidad de tiendas del Algarve. 

  Destaca también como punto de partida ideal para las excursiones por el Parque Natural de la Ría Formosa, ya que está rodeada de lagunas, canales, pequeñas islas y salinas, donde anidan muchas especies de aves (entre ellas los flamencos) y en las que, durante la marea baja, es frecuente ver a mariscadores recogiendo chirlas. Hay barcos turísticos con recorridos específicos por las marismas.

  Solo una playa tiene acceso por carretera, la playa de Faro. Ubicada muy cerca del aeropuerto, es en realidad una pequeña isla a la que llegas atravesando un puente. Una vez allí, podrás elegir entre el lado del mar o el lado de la ría.

  A muy pocos kilómetros de Faro, pero ya en el interior, aparece la ciudad de Loulé, que se disputa con Portimao el honor de segunda ciudad del Algarve. El hecho de estar situada lejos de la costa le resta visitantes y atractivo, pero alberga una activa vida comercial y algunos restos de la presencia musulmana en la zona.

ALBUFEIRA

  Se trata de la capital del turismo masivo de sol y playa en la región, que ha perdido completamente las señas de identidad portuguesas para convertirse en una amalgama de tabernas, bares, discotecas y tiendas de artículos de playa y recuerdos. Posee además una bonita y moderna marina desde donde salen muchos tours en los que salir a explorar las cuevas y acantilados en botes tranquilos o de alta velocidad, y ver a los delfines.

  Albufeira es conocida por sus playas de azul turquesa y preciosos paisajes de rocas. Son playas con mucho encanto y personalidad, aunque un poco masificadas. Destaca de entre las más cercanas a esta zona la playa de Falesia, de ocho kilómetros de longitud, y con unos grandes acantilados de color rojizo que la bordean.

SILVES

  Aunque este pueblecito del sur de Portugal no tiene costa a la que aferrarse, sí tiene un atractivo histórico importante, personificado en un castillo perfectamente rehabilitado y conservado en la parte alta de un pueblo tradicional, pequeño y muy agradable para pasear o sentarse a comer en alguno de sus restaurantes.

Praia da Marinha
LAGOA

  Si bien se trata de una villa situada en el interior, sus fronteras llegan hasta la costa, en donde se podemos visitar algunos de los mayores tesoros del Algarve, como son los bonitos pueblos de Ferragudo o Carvoeiro, y las preciosas playas de Carvalho, Benagil y Marinha, esta última icono del Algarve y posiblemente una de las playas más bellas de Europa.

  La Praia Carvalho es muy agradable, tranquila y bonita. Su pequeño tamaño, 70 metros, su enclave natural rodeado a ambos lados por acantilados “made in Algarve” y sus tranquilas y limpias aguas verde azuladas invitan al relax más absoluto con una de las mejores bandas sonoras de fondo, el sonido del mar.

  Carvoeiro es un antiguo pueblo de pescadores que se ha convertido en un importante punto turístico, y es que su playa se encuentra abrigada por los acantilados a ambos lados, formando un pintoresco paisaje.
Carvoeiro
PORTIMAO

  Portimão es una de las poblaciones más grandes de la región con más de treinta mil habitantes. Al igual que con tantas otras villas del país, Portimão perdió casi todo su patrimonio en el terremoto de 1755, por lo que no no hay grandes monumentos anteriores a esta fecha. Podemos visitar la Igreja de Nossa Senhora da Conceição (Iglesia de nuestra señora de la Concepción ), que conserva un pórtico manuelino y que impresiona más por su interior azulejado que por su fachada.

  Un buen paseo por las calles que rodean la iglesia nos descubrirá multitud de pequeñas tiendas de cerámica y artesanía.

  Es una de las ciudades con más movimiento en la región. Su puerto de cruceros es uno de los más activos del país, por lo que llegan miles de visitantes cada verano que se instalan en sus alojamientos.

Tres Irmaos
  La personalidad de Portimão está sobre todo en su paseo marítimo con cafés y terrazas con sombra a lo largo de las calles Largo do Duque y Praça Visconde de Bivar.

  Destacan entre sus arenales la Praia Da Rocha y Praia Dos Tres Irmaos, en las cuales se ubican los mayores resorts y complejos vacacionales de la zona.


  Praia da Rocha se ubica al sur de Portimão, y posee una de las playas más concurridas del Algarve, de aguas calmadas y rocas escarpadas. Se trata de  una buena opción para aquellos que buscan una playa con buenas infraestructuras. Pensada para el turismo, esta zona fue uno de los primeros destinos del Algarve cuando se popularizó como lugar de turismo en la segunda mitad del siglo XX.

  A un lado de la playa se encuentra la Fortaleza de Santa Catarina, construida en el siglo XVII para garantizar la defensa del río Arade, a través del cual podemos  realizar un bonito paseo en bote.

  La bonita playa de los “Tres hermanos” recibe su nombre de las  formaciones rocosas que le dan forma a su orilla. Está ubicada junto a la playa de Alvor, siendo esta más despejada y la de Três Irmãos más protegida del viento debido a las grandes rocas.

  Hacia el lado oeste de la playa encontraremos extensos arenales y hacia el este unas bonitas calas que podemos explorar con la marea baja.


LAGOS

  Es una de las principales referencias turísticas de la zona y, posiblemente, la ciudad que pueda resumir en sí misma todos los diferentes contrastes que se pueden encontrar en el Algarve. Tiene un centro histórico peatonal muy agradable para recorrer a pie o sentarse en algunas de las terrazas de los muchos restaurantes ubicados en él, por lo que atrae a muchos turistas. Cuenta, además, con una buena variedad de pequeños bares y pubs, lo que atrae también a muchos jóvenes. Sin embargo, el hecho de que no haya demasiados hoteles en la ciudad hace que el número de visitantes que se alojan en la ciudad sea bastante limitado. Esto también permite disfrutar de su parte histórica y cultural, con una zona antigua amurallada y varias iglesias que merecen una visita, de un modo muy relajado. 
  Lagos fue la residencia de Enrique el Navegante en sus aventuras del descubrimiento. La ciudad fue la base del comercio con las colonias portuguesas en África. De esa época data el antiguo mercada de esclavos, en Praça da República. En la Praça Gil Eanes hay un monumento a São Sebastiaõ, que salió de Lagos para perecer en las guerras africanas y que hoy es parte del imaginario colectivo de Portugal.

  El gran terremoto de 1755 respetó una parte del patrimonio histórico de la ciudad, como la Igreja de Santo António. La decoración interior es obsesiva. El mismo pase nos sirve para visitar el vecino Museu Municipal donde hay una mezcla variopinta de elementos de la historia local.

  Paseando por el paseo marítimo Avenida dos Descubrentos quedan los restos de los muros que defendian la ciudad de los ataques piratas, como el Forte Ponta da Bandeira, que precisa de comprar entrada para visitarlo. Protegía la bahía de los ataques desde el siglo XVII. Al otro lado del paseo se puede contratar un paseo en barca e incluso excursiones en el día a Sagres.

  Desde Lagos se puede llegar a algunas de las mejores playas del Algarve. Se puede ir a pie subiendo el paseo marítimo hacia Sagres y a la izquierda está la Praia do Pinhão, a unos veinte minutos a pie del centro. Cinco minutos más adelante está la Praia de Dona Ana, una playa de postal con un restaurante en la colina llamado Mirante. Siguiendo la costa se suceden la praia do Camilo y la imprescindible Ponta da Piedade, que a su vez es el final del trayecto del tren turístico que podemos tomar en Avenida dos Descubrimentos, para evitarnos la caminata. 

  Las formaciones rocosas que los elementos han moldeado en la praia de Dona Ana hacen de este lugar un paisaje único. A la llegada podremos admirar desde arriba en su mirador todo el esplendor que se despliega a tus pies. Aguas cristalinas, arena clara y un arenal moldeado por el acantilado que lo acompaña. Posee una rica vida marina que puedes admirar sin necesidad de esforzarte mucho.
Praia Do Camilo
  A continuación nos vamos a la praia Do Camilo. Al igual que en otras playas y calas del Algarve, sus miradores superiores, en este caso, no te pueden faltar porque son una maravilla. A la playa se accede por una escalera de madera que te llevará hasta la arena y una vez allí encontraréis un paraíso virgen de aguas cristalinas y una serie de playas conectadas entre si por cuevas.


Ponta Da Piedade

  Finalmente en Ponta da Piedade podremos admirar la esencia del Algarve gracias a sus formaciones rocosas y acantilados de hasta 20 metros de altura. Cuevas marinas, rocas y salientes bañados por impecables y verdes aguas conforman su perfil, uno de los más buscados por los incondicionales de la naturaleza marina. Visita obligada, para disfrutar del paquete completo hay que descender por unas escaleras hasta un pequeño puerto donde podemos alquilar una barca e inspeccionar la zona. 


SAGRES

  Sagres es el punto más al suroeste de toda Europa, por ello fue denominado el fin del mundo por los portugueses. De su cabo salieron los barcos hacia los grandes descubrimientos y también estudiaron marinos insignes como Rey Fernando el Navegante, Vasco de Gama y Fernando de Magallanes.

  El pueblo fue acosado por el pirata Drake y devastado por el terremoto de 1775. Hoy no conserva su arquitectura antigua y se organiza entorno a una carretara principal (Rua Comandante Matoso) que conecta el puerto pesquero y la playa de Beleeira con el pueblo. 

  Muy visitado en verano, aunque recibe amantes del surf durante todo el año, ya que sus playas son perfectas para la práctica de este deporte.

  Muchos de los habitantes de esta zona aun se dedican al mar y a la tierra, por lo que al momento de comer, la frescura es la principal característica de lo que encontrarás en sus tradicionales restaurantes.

  El principal atractivo turístico, aparte de las playas, es la Fortaleza de Enrique el Navegante. Acomodado en la punta del cabo, desde aquí se tiene una vista increíble del cabo de San Vicente y de la costa alrededor. La explanada aún lo vigilan baterías dispuestas hacia el mar y garitas vacías. En la fortaleza descubriremos grietas en el suelo desde las que se ve el mar, pescadores en el acantilado y un curioso y gigante reloj solar (Rosa dos Ventos en forma de estrella). Se encuentran también un monasterio y la Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia, construida sobre la antigua ermita de Santa María. Lo mejor que nos llevaremos de esta Fortaleza es una visión del mar para recordar.

  Tanto la fortaleza como la villa de Sagres, se encontraban en total abandono cuando Enrique el Navegante la recibió como donación. Después de reconstruido, el complejo fue de gran protagonismo en la la primera fase de los viajes de los descubrimientos portugueses. Aquí se refugiaban y reparaban las embarcaciones. También funcionaba un hospital atendido por la  la orden franciscana.

  Muy cerca de este lugar se encuentra el Cabo San Vicente. Donde hoy en día se encuentra uno de los faros más brillantes de Europa, había un monasterio franciscano que homenajeaba a San Vicente, cuyos restos fueron supuestamente descubiertos en estas tierras. Anteriormente, en la época de los romanos, se le conocía como Promontorium Sacrum, siendo lugar de adoración dedicado al dios saturno.

  Esta región tiene más de 25 playas para escoger, y son mucho más desoladas que las del resto de Algarve. Sus aguas son un poco más frías y menos tranquilas, pero de una belleza indudable.

  De las tres playas cercanas la de la Mareta es la más atractiva. Las otras dos, Baleeira y Praia do Martinhal están menos ocupadas.

  Al oeste de la fortaleza está la Praia do Tonel, una playa bastante salvaje. A 2 km está la playa de Belixe, en la carretera la Cabo de Sao Vicente, donde no suele haber mucha gente. Se trata de una playa cómoda, tranquila, limpia, abrazada por un acantilado espectacular, con arena dorada y aguas transparentes de tonos azules y verdes. Sin duda este lugar invita al relax.

ALJEZUR

  Aljezur es una hermosa localidad ubicada dentro del parque natural de la Costa Vicentina, nombre con el cual se conoce la costa sur-oeste de Algarve. Este parque ocupa aproximadamente 80 km de paisaje natural, con más de 100 especies de flora consideradas endémicas, raras o localizadas, y un número significativo de especies animales en peligro de extinción.

Praia de Aljezur
  El pueblo en general, sus calles, incluso las que acogen cafés y comercio, son tranquilas y tradicionales. Con su castillo moro y sus playas inexploradas, representa el Algarve virgen. Perfecto para quienes lo que más desean en su viaje es tranquilidad.

  Es una zona muy escogida por los amantes del surf, por la calidad de sus olas, por lo que existen varias escuelas y hostales orientados a la práctica de este deporte.

  Son las increíbles playas de Aljezur en general lo que le ha dado fama a este municipio. La playa urbana de Aljezur representa la esencia del Algarve en el mismo horizonte: casas blancas, montaña, arena fina y aguas en verde y azul. Al sur, un camino nos lleva a las playas de Arrifana y Monte Clérigo y más al norte hasta la Playa de Amoreira. También hay playas más oscuras en Rogil y otras fácilmente accesible a unos pocos cientos de metros del pueblo de Odeceixe.  
      
  Esta verde y frondosa zona de Algarve, es famosa por producir las mejores patatas dulces. Cada año acoge durante el otoño el Festival de la patata dulce, evento gastronómico que se realiza durante dos semanas con la colaboración de todos los restaurantes de la ciudad.

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