
La pureza de su románico hace de esta
comarca un túnel del tiempo a la espera del visitante a que aparezca en cualquier rincón una
princesa a la espera de su caballero.
La comarca reúne gran variedad de
ecosistemas, como las estepas y planicies, los espesos
bosques serranos o las lagunas endorreicas,
refugio de aves migratorias.
GASTRONOMÍA
El ternasco es el alimento más emblemático,
asado con patatas o guisado con verduras, también se
suele encontrar cabrito y pollo de corral.
Toman gran importancia también las carnes
de caza, perdices, codornices, conejos, ciervo,
jabalí, etc. cocinados de diferentes maneras y para todos los gustos.
La matacía, tradición que aún perdura en
muchos de nuestros municipios, deja productos de exquisito gusto como morcillas,
longanizas y perniles, toda una tradición que pasa de generación a generación.
DE RUTA POR LA COMARCA DE LAS CINCO VILLAS
Sos del Rey Católico se halla sobre un espolón de roca desde el que se divisa un amplio espacio de montes y vaguadas. La villa está amurallada en todo su perímetro, con sus torres y puertas fortificadas que
le confieren su aspecto de ciudad medieval.
Tras los altos muros, sus casas de piedra, aleros, portadas con dovelas y escudos, ventanas góticas y renacentistas, y con sus estrechas calles de antiguo empedrado son elementos que se funden para crear un armonioso monumento.
Esta villa declarada Conjunto Histórico
Artístico, fue un importante enclave defensivo desde el siglo X. Formó parte de la línea
de castillos pamploneses y fue incorporada a Aragón sobre 1100.
En la Plaza Mayor encontramos la lonja o
mercado, porche en tres planos que alterna arcos de medio punto con los ojivales, y dos
palacios, el Ayuntamiento de finales del siglo XVI y el Colegio Isidoro Gil de Jaz, colegio de
enseñanza de la segunda mitad del siglo XVIII. Ascendiendo por la calle que arranca entre
el Colegio y el Ayuntamiento encontramos a la derecha la Lonja Medieval, de construcción
románica, con arcos apuntados y un pozo de piedra, espacio que acoge el festival Luna
Lunera.
La Iglesia San Esteban está situada en lo
alto de la población adosada a una torre del antiguo Castillo fortaleza. Posee una
iglesia baja o cripta, conocida como Iglesia de Santa María del Perdón, a la que se accede desde
el interior o desde la calle a través de un corredor abovedado, en ella se pueden encontrar
frescos protogóticos.
La Iglesia de San Martín de Tours con
frescos del siglo XIV constituía la capilla privada del Palacio de Sada. Está situada en un promontorio
rocoso en la zona meridional de la villa. Según la documentación fue donde nació
Fernando II el Católico.
Circunvalando la población, vemos los lienzos de la muralla que han sobrevivido
al devenir de la historia, con casas adosadas, torreones y sus siete portadas de acceso, portal de Zaragoza, portal de la Reina,
portal de Sangüesa, portal de Jaca, portal de Uncastillo, portal de Levante y portal de Poniente o del Mudo.
También se asoma a extramuros, en la punta norte del espolón, el Parador de Turismo de Sos del Rey Católico, un
edificio construido en una época reciente, reformado hace un par de años, y bien integrado en la villa medieval.
En el término de la villa, en lo que
antiguamente fueron agregados de Sos y hoy son despoblados, quedan algunas de las trece
ermitas que tenía en el año 1628, la mayoría románicas, así la del caserío de Barués, la
de la Virgen de Serún y la más lejana de San Nicolás de Ceñito. De ellas cabe destacar
la del Monasterio de Nuestra Señora de Valentuñana, enclavada en un valle poblado
por carrascas y robles.
Uncastillo
Dominando el caserío, en lo más alto de la
Peña Ayllón, encontramos los restos de su Castillo, conjunto amurallado del que se
conserva la Torre del Homenaje, de la segunda mitad del siglo XIII, hoy habilitada como
museo, y el palacio levantado por orden de Pedro IV a mediados del siglo XIV con torre
adosada.
El casco urbano conserva todo el sabor
medieval, y en él encontramos numerosas casas palaciegas, románicas y renacentistas,
edificaciones típicas aragonesas, como la Casa Consistorial, magnífico edificio
renacentista del siglo XV; el Palacio de Martín el Humano, de estilo gótico y también conocido como la
Lonjeta; y la Lonja Medieval.
Paseando por las empinadas calles de la localidad encontramos una de sus joyas arquitectónicas, la Iglesia de Santa María
la Mayor, de la primera mitad del siglo XII y uno de los mejores ejemplos del románico.
Destacan los capiteles de su ábside, su hermosa portada, la torre fortaleza y un fabuloso claustro gótico-renacentista de mitad del siglo XVI.
De obligada visita son también la iglesia
de San Martín de Tours, de orígenes románicos aunque reconstruida en el siglo XVI, hoy transformada en Centro de Interpretación del Arte Románico; la Iglesia de San
Andrés, edificada por iniciativa del obispo Pedro
del Frago y Garcés, en cuyo interior se conservan interesantes pinturas murales del siglo XVI; la Iglesia de San Miguel,
románica, cuya portada fue vendida al Museo de Boston en 1915; la Iglesia de San Juan, levantada
sobre una necrópolis medieval, alberga pinturas murales de época románica; y la Iglesia de
San Felices, obra románica en la que sobresalen las esculturas de sus dos portadas, y que
posee una interesante cripta.
Interesantes son también los restos de la
Iglesia de San Lorenzo, templo románico con origen templario. En el término municipal de Uncastillo se
levantaban unas 55 ermitas, de las que hoy podemos admirar las ermitas de San Andrés,
la Virgen de San Cristóbal o la Virgen de los Bañales, excelentes ejemplos de la
arquitectura popular de las Altas Cinco Villas.
En el actual despoblado de Sibirana, en la cuenca del río Arba de Luesia, sobre un escarpado rocoso, se levanta el Castillo de Sibirana. En su término existen otras edificaciones que tuvieron carácter defensivo, entre ellas el Corral de Valdefunes, que todavía mantiene su aspecto de torreón, o el de Peñamira, hoy
utilizadas con fines agropecuarios.
Al sur de la localidad, en el camino de Uncastillo a Sádaba, se hallan los restos
de la villa romana de Los Bañales, con el acueducto que llevaba agua a la villa desde
el río Arba y que conserva 32 pilares, los
baños y el foro romanos cuyas termas datan del siglo I.
En los alrededores se erige la ermita de
Los Bañales, donde los pueblos de alrededor realizan una romería el último domingo de
mayo, y en cuya construcción se utilizaron muchos restos de la ciudad romana.
Sádaba
El casco urbano de Sádaba se encuentra
dividido en dos partes por el cauce del río Riguel. En su margen izquierda se levantan la
mayoría de casonas de los siglos XV y XVI, construcciones con buena factura de piedra
sillar, rematadas por cuidados aleros.
Un paseo por el casco histórico nos
permitirá admirar los restos de su muralla medieval, el entramado de sus calles, la sobriedad de
sus edificios y la belleza de algunas casas nobiliarias.

Interesante también es la elegante Iglesia de Santa María, destacada muestra del gótico aragonés del siglo XIV. Su torre, de planta cuadrada y de grandes dimensiones, resalta sobre el horizonte paisajístico de
la localidad.
Conserva en su término municipal, restos de
la época de dominación romana, así el Mausoleo de los Atilios, de los siglos II y
III d.C., del que sólo se mantiene en pie su fachada, adornada con tres frontones triangulares y
configurado por cinco arcadas unidas por pilastras, y el también romano Mausoleo de
la Sinagoga del siglo IV d.C.
Cuenta además con el Monasterio de
Puylampa, del siglo XII, que viene a significar el sitio donde se encendía el fuego y era como una
faro que alumbraba con su torre antorcha a los peregrinos en su Camino a Compostela.
Es digno de visitar en las afueras el
Monasterio de Santa María de Cambrón que posee pinturas al fresco del taller de Jerónimo
Cossida.
Ejea de los Caballeros
Capital de la Comarca de las Cinco Villas,
y tercera población de la provincia de Zaragoza en número de habitantes, esta población da
la bienvenida al viajero con su torre almenada de la iglesia fortaleza, el paseante
descubre palacios renacentistas, las calles Mediavilla o Herrerías, los barrios del Cuco o la
Corona, de ambiente tradicional. Su larga historia hace que tenga un importante patrimonio.
Dentro del patrimonio que conserva Ejea de
los Caballeros encontramos los restos de la muralla
medieval y las Casas Palacio, caserones aragoneses de los siglos XVI al
XVIII.

retablo de Santa Tecla del siglo XV.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Oliva
del siglo XVII de estilo barroco, alberga la imagen de la patrona de
la ciudad, la Virgen de la Oliva.
En los alrededores de Ejea también
encontramos los restos del monasterio cisterciense de Torres en El Bayo y la Iglesia de Nuestra
Señora en el núcleo de Añesa.
Tauste
Tauste, puerta natural de las Cinco Villas,
se halla emplazada en la margen izquierda del río Arba, próximo ya a
su desembocadura con el Ebro.
En Tauste, se puede apreciar la torre
mudéjar de Iglesia de Santa María, octogonal y esbelta, hasta el punto
de que se la conoce con el nombre de la bien plantada. Su remate
almenado recuerda una constante de la mayoría de las
edificaciones religiosas cincovillesas:
su doble condición de iglesias y
fortalezas.
La otra gran iglesia de Tauste, menos
conocida quizás, pero también de gran valor artístico, es la
Iglesia de San Antonio Abad, más conocido como el de San Antón. Se trata de un monumento
construido en el mismo siglo que la parroquial taustina, en el XIII, con más modestia,
propia de lo que constituía el arrabal bajo medieval de la urbe.
Otros edificios interesantes son, el
Convento de las Clarisas o monasterio de San Jorge, fundado a principios del XVII, así como sus
diversas ermitas.
En las cercanías del municipio se halla el
Santuario de Nuestra Señora de Sancho Abarca, patrona de la población, y centro de
numerosas romerías de los pueblos cercanos. Además de su atractivo cultural y artístico
cuenta con una de las manifestaciones folclóricas más interesantes y antiguas de Aragón, el
Dance de Tauste. Tauste reparte su población con los barrios de Santa Engracia y Sancho
Abarca.