Cuenca se divide en dos
zonas bien diferenciadas, la ciudad antigua y la ciudad nueva. La primera está
situada sobre un cerro rocoso bordeado por las hoces del río Júcar al norte y su
afluente el río Huécar
al sur. Este último río desemboca en la parte baja de la ciudad antigua, poco
antes del llamado Puente de San
Antón. Al oeste y sur de la ciudad antigua, y separada por el río
Huécar, se extiende la ciudad nueva con su centro neurálgico en la calle de
Carretería.
A principios del siglo XVI, la residencia o casa del corregidor estaba situada en el barrio del Alcázar, en una casa que también servía como cárcel. Pronto, sin embargo, se abandonaría este lugar, pues, en torno a 1541, los señores del Concejo acordaron construir una nueva cárcel, ya que consideraban que era muy necesaria para el buen gobierno de la ciudad.
La ciudad que se asoma al Júcar colgada
desde la pared que la sustenta, es, merecidamente, Patrimonio de la Humanidad e
invita desde su percha a transitarla con calma y degustarla. Ningún visitante
puede salir de Cuenca sin haber visto lo más significativo, la catedral, las casas colgadas y el puente de San Pablo,
que une esta ciudad colgante con el Parador.
Cuenca conserva además un importante
patrimonio histórico y arquitectónico, que se extiende por toda la ciudad
antigua, además de poseer un buen número de museos en el
reducido espacio de la ciudad antigua. Entre ellos destacan el Museo de Arte
Abstracto Español, el Museo de las
Ciencias de Castilla-La Mancha y el Museo de Cuenca.
Entre los principales eventos culturales a los que podemos asistir en la ciudad, caben destacar la Semana Santa y la Semana de la Música Religiosa.
Existe en Cuenca una amplia variedad de actividades que se pueden practicar en nuestra visita, destacando el
senderismo de entre todos ellos por su amplia variedad de caminos señalizados tanto en los alrededores de la ciudad, como si nos trasladamos hasta el cercano Parque Natural de la Serranía de Cuenca, que nos ofrece una gran variedad de hermosas rutas bien señalizadas, para que no se nos pierda nadie. Dentro de estas rutas cabe destacar la visita a la Ciudad Encantada, que se trata de un recorrido circular en el cual el visitante se puede encontrar con un paisaje modelado por el tiempo, y que ha esculpido en la roca multitud de formas caprichosas como una foca, una tortuga o incluso a los amantes de Teruel. Otras visitas interesantes para realizar a pie o bicicleta dentro del parque son: Torcas de los Palancares, Lagunas de Cañada del hoyo, Laguna de Uña, Ventano del Diablo, Callejones de las Majadas, Reserva Natural de El Hosquillo, y Nacimiento del río Cuervo entre otros.
Si luego de realizar todas estas actividades necesitamos meter gasolina en el cuerpo, no hay problema. La gastronomía en Cuenca se basa en gran medida en carnes de caza, si bien poseen gran variedad de platos para todos los gustos, destacando entre otros el queso manchego, sopa de pastor, cuya base es una sopa de ajo a la que se añade pan, huevo y jamón, gazpacho Serrano o Pastor, que cuenta con una imagen similar a una tortilla
de patatas a la que se le añade carne de gallina o liebre, las famosas migas castellanas, el morteruelo , el ajoarriero o atascaburras, un paté, formado por una
deliciosa mezcla de patatas, bacalao, pan rallado y huevos cocidos, con una
pizca de ajo y otra de aceite, todo ello perfectamente batido de forma que no
haya ningún trozo sólido, el moje,
considerado plato frío, donde la base es tomate en conserva al que se le van
añadiendo cebolla, pimiento tanto morrón como verde, aceitunas negras, huevo
cocido y migas de atún, el pisto manchego, y entre los pescados aparece la trucha, que puede presentarse tanto frita con jamón, como en escabeche, entre los postres, el más típico y conocido es sin duda el alajú, el rey de la repostería conquense, y de
inequívoco origen árabe. Es una pasta de miel y almendras (los de nueces no son
auténticos), con pan rallado, cortada en redondo y cubierta por dos obleas para
adquirir forma de torta. También tiene mucha fama la miel de la Alcarria y en general todas las mieles elaboradas en Cuenca.
DE RUTA POR SUS LUGARES DE INTERÉS
El convento de San Pablo, actual Parador de Cuenca, se trata de un edificio de la orden de los
Dominicos, situado en un paraje de una gran belleza natural, puesto que se encuentra en lo alto de un promontorio sobre la Hoz del río Huécar, y frente a las Casas Colgadas. Los
artífices de la iglesia fueron los hermanos Juan y Pedro de
Alviz y su arquitectura responde a unos planteamientos propios de
los primeros años del siglo XVI con estructura gótica
y decoración renacentista.
El convento de San Pablo se compone de la iglesia, el claustro a su derecha y otra serie de
edificaciones que han ido creciendo adosadas al cuerpo principal según las
necesidades de las distintas Órdenes que se han albergado en el convento. La
iglesia y el claustro son del siglo XVI, siendo el resto de edificaciones de
época posterior.
El fundador, D. Juan del Pozo, canónigo
de Cuenca, fue enterrado en medio del crucero de la iglesia del convento, con
superficie de bajo relieve de piedra blanca. El sepulcro posteriormente fue
retirado de en medio del crucero y adosado al muro de la derecha de la iglesia.
Es el monumento más conocido de la ciudad, y se trata de una serie de viviendas edificadas desde el siglo XV directamente sobre la Hoz del Huécar. Su origen parece estar en una casa señorial y hasta la actualidad han tenido varios usos, entre ellos el de Ayuntamiento.
Toda la fachada de la hoz del Huécar
tuvo casas colgadas, aunque hoy día sólo se conservan tres, dos de las cuales (Las Casas del Rey) albergan el Museo de Arte Abstracto Español, mientras que en la otra (La Casa de la Sirena), hay un mesón.
Destaca en el acceso a estas casas un puente reconstruido en 1902,
el Puente de San Pablo, que
anteriormente fue construido en piedra entre los años 1533 y 1589. En uno de
los lados del puente se puede apreciar una escultura
realizada en bronce, la cual recibe el nombre de “El Pasto de las Huesas del Vasallo” como homenaje a los pastores.
La catedral
En conjunto, la catedral de Cuenca es el resultado de una compleja serie
de aportaciones arquitectónicas; el origen es de estilo gótico normando, del
que se conserva la primitiva crucería de la bóveda y, sobre todo, el singular
triforio; la serie de capillas que cubren las naves laterales fueron
edificadas entre los siglos XVI y XVII, destacando entre ellas las de los
Apóstoles, la del Espíritu Santo y la de Caballeros, además de salas nobles
como la Sacristía o la sala Capitular; casi todos estos recintos tienen en sus
entradas espléndidas rejas que dan fe de la importancia de los talleres de la
especialidad que hubo en Cuenca.
La
parte central del templo la ocupa el coro, magnífica talla en madera y, frente
a él, la Capilla Mayor, cuyo altar neoclásico fue diseñado por Ventura
Rodríguez con la técnica del Transparente, que permite ver hacia el otro lado
del Arca de Plata con los restos de San Julián; el cierre de la Capilla los
forman tres impresionantes rejas, sin duda de las mejores que es posible
encontrar en los templos españoles. Anexo al bloque central del edificio está
el claustro, hoy cerrado, al haber sido dañado a comienzos de siglo por derrumbamiento
de la torre; se accede a él por el Arco de Jamete, considerado por los
especialistas como el mejor elemento arquitectónico de la catedral. Como
complemento a la visita, se puede ver el Tesoro Catedralício, situado en la
Sacristía, con una muestra reducida pero valiosa de arte sacro: la tabla de la
Virgen de la Leche, una Dolorosa de Pedro de Mena, ornamentos sagrados, etc.
Ayuntamiento
Notable edificio de estilo barroco del
tiempo de Carlos III levantado sobre tres arcos de medio punto. Su
construcción, según consta en su fachada, se remonta al año 1762.
Calle Alfonso VII
La calle principal de acceso a la Plaza
Mayor tomó forma definitiva a lo largo del siglo XVIII. En ella se conservan
dos magníficas casonas del XVII, situadas frente a la escalera de la Plaza del
Carmen. Una es la Casa del Corregidor, de planta rectangular, fábrica de
sillería en esquinas y noble estructura, pese a su descuido actual. La otra es
la casa-palacio de los Clemente de Aróstegui, con muy buena rejería y dos
blasones a la altura del balcón principal.
Casa del Corregidor
Torre de Mangana
El nombre de Mangana
se utiliza desde finales del siglo XVI
para designar el reloj de la ciudad. Está situada en el solar del antiguo alcázar andalusí, que fue el
barrio mudéjar
y después judería,
y del que apenas quedan vestigios en la actualidad.
Castillo
Practicamente nada queda de la antigua
muralla árabe y poco de lo que fue inexpuganble fortaleza cristiana, cuya
última edificación corresponde a la época de Felipe II. Se conservan algunos
fragmentos de la muralla, dos cubos magníficos y el bello arco de la puerta de
entrada (arco de Bezudo).
Excelente mirador de la parte antigua de la ciudad. Situado
en lo alto del cerro, un monumento del Sagrado Corazón de Jesús vigila incansable a los conquenses en el devenir de sus vidas cotidianas. Se llega a él
tomando la carretera que serpentea la hoz del río Huécar.
VISITA TAMBIÉN:
VISITA TAMBIÉN: