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LAS MÉDULAS - EN BUSCA DEL ORO DE ROMA


  Situadas al sur de la comarca del Bierzo, al noroeste de los Montes Aquilanos y al lado del Valle del río Sil, encontramos Las Médulas. Se trata de un impresionante entorno paisajístico declarado Bien de Interés Cultural en el año 1996 debido a su interés arqueológico, y en 1997, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, calificativo que le ha sido concedido por tratarse de la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio romano.

  Aunque la explotación iniciada en el siglo I de nuestra era duró poco más de cien años, la magnitud del impacto sobre el entorno fue brutal, los movimientos de tierras y aguas cambiaron por completo el paisaje y la economía de la zona originando, por ejemplo, el lago de Carrucedo y el de Sumido.
 Para la extracción del oro se utilizó el método denominado Ruina Montium (derrumbe de los montes), que aprovechaba la fuerza del agua, erosionando la tierra y produciendo un gran arrastre del conglomerado aurífero. Posteriormente era conducido hasta el denominado canal de lavado, donde el oro quedaba depositado por su peso, pudiendo de esta manera extraerlo. 

  Para llevar hasta el lugar agua suficiente capaz de ejercer toda esta presión, fue necesaria la construcción de una compleja red de abastecimiento de aproximadamente 300 kilómetros de longitud, debiendo excavar en la roca canales de más de 100 kilómetros de largo, reto más complicado y costoso de toda la explotación. 

  De esta forma, se construyeron dos canales en la vertiente norte de los Montes Aquilianos y seis canales en la vertiente sur de los mismos. En la red septentrional se captaba el agua del río Oza a través de dos canales que se utilizaron tanto al inicio de la explotación (CN-1) como en el periodo final (CN-2). Por su parte, en la red meridional se captaba del río Cabrera a través de tres canales, uno en Odollo (C-0), otro en Encinedo (C-1) y otro (C-3), el más largo con 143 km, en La Baña. El cuarto canal (C-4) captaba el agua del río Eria en el barrio de Pedrosa de Corporales, trasvasando el agua de esa cuenca a la del Cabrera a través del puerto de Peña Aguda. Un quinto canal (C-5) aportaba agua al depósito de Campo de Braña, donde también confluyen el CN-2 y el C-4, aprovechando el caudal de distintos arroyos interceptados a lo largo de su trazado.
Canal Romano Llamas de Cabrera
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/fd/Canal_romano_de_Llamas.jpg

  Toda esta cantidad de agua que llegaba hasta el lugar, se utilizó para llenar las cavidades y pozos excavados en la montaña, consiguiendo de una manera controlada derrumbar progresivamente las paredes, reduciendo en gran medida las necesidades de mano de obra y alcanzando un nivel de movimiento de tierras que no llegó a ser superado hasta el siglo XIX. Actualmente se conoce todo este trazado, visitable en parte con la compañía de un guía.

  Los cálculos realizados sobre el terreno permiten estimar que en esta zona se llegaron a extraer cerca de 500 millones de metros cúbicos de tierra. La media de oro por cada tonelada de tierra es de tres gramos, con lo que aproximadamente se extrajeron del lugar 1.500.000 kilos de oro, durante los más de cien años que permaneció en actividad. 
Proceso de extracción utilizado en Las Médulas
https://www.jcyl.es/jcyl/patrimoniocultural/GuiaLugaresArqueologicos/wp-content/uploads/2022/10/dibujos-medulas009.jpeg
  Todos estos trabajos de ingeniería alteraron considerablemente el medio ambiente de la zona, dando como resultado un inusual paisaje de arenas rojizas. La explotación de la zona se abandonó en el siglo III y desde entonces la vegetación autóctona volvió progresivamente a adueñarse del área. Robles, encinas y un elevado número de castaños son parte de la flora que ahora mismo predomina en Las Médulas, algunos de ellos catalogados como árboles centenarios.

  Actualmente, en la fauna de la zona destacan el jabalí, el corzo, el gato montés, etc. En cuanto a la avifauna, existen más de cien especies, localizadas sobre todo en la vertiente del río Cabrera. En las proximidades del lago de Carucedo, del que la tradición cuenta que se formó por el estancamiento del agua empleada para la explotación, crece una variedad de orquídea cuya flor simula un abejorro para atraer de esta forma a los insectos y facilitar la polinización.

  Se puede iniciar la visitar en el aula arqueológica, donde se encontraremos la información necesaria para comprender como funcionó la extracción de oro y como esta mina, junto con las complejas obras de ingeniería para la canalización de agua, cambiaron el paisaje y la vida de las poblaciones cercanas.  
RECORRIENDO LAS MÉDULAS

  Son diversas las opciones de rutas que se nos presentan en Las Médulas, si bien la que aquí proponemos podría ser una de las más completas en este paraje ya que nos permite realizar de manera parcial la Senda de Valiñas, el Camino del Mirador para ascender al alto de Orellán, posteriormente tomaremos parte de la Senda Perimetral para finalmente realizar de manera completa la Senda de Reirigo, de vuelta al inicio y completando de esta forma un bonito recorrido circular. 

  El recorrido parte del pueblo de Las Médulas en donde dejaremos estacionado nuestro vehículo junto al parking que se encuentra debidamente señalizado junto al Aula Arqueológica. Iniciamos el recorrido a pie por las calles del pueblo siguiendo las indicaciones que nos llevan hacia la senda de Valiñas. Si vamos bien atentos dejaremos a nuestra izquierda una pequeña iglesia escondida entre las casitas del lugar. Se trata de la iglesia de San Simón y San Judas Tadeo, pequeña iglesia de estilo rústico, ubicada en el corazón del pueblo, que data de al menos el año 1689, aunque con registros de reconstrucciones anteriores. Es un punto de referencia importante pues unos metros más adelante se nos muestra el primer cruce de caminos. El de la izquierda nos lleva hasta el Camino del Mirador por un recorrido más largo a través de un bonito sendero repleto de castaños centenarios, que se retuercen como si tratasen de salir de la tierra a fin de acompañarnos en nuestro viaje. A medio camino podremos visitar las cuevas de La Encantada y La Cuevona.  

La Cuevona
  Si nos hemos decidido por el camino de la derecha, habremos recortado una parte importante de nuestra ruta hasta llegar al cruce con el Camino del Mirador.

  Llegados al cruce, e iniciado el Camino del Mirador, las vistas cambian completamente pues nos adentraremos en un denso bosque y comenzaremos una corta pero intensa ascensión. Las vistas bien valen la pena, pues en lo alto se encuentra el mirador de Orellán, en donde  podremos obtener una perfecta panorámica de la zona. En este lugar también es posible recorrer la galería de Orellán, en donde se puede vivir la experiencia de atravesar parte de uno de los canales subterráneos utilizados para la extracción de mineral. También podemos aprovechar para rascar un poquito la pared a ver si vemos una de esas "pepitas" tan codiciadas, aunque ya muchos lo habrán intentado antes sin éxito, por eso ya no lo recomiendan para evitar así su deterioro. Esta visita únicamente puede realizarse en grupos reducidos y tras previo pago en la taquilla situada a la entrada en la cual nos dotan de un casco para evitar golpes en las zonas de acceso más bajas.
Vistas desde el Mirador de Orellán
  A partir de aquí finaliza la sombra, retomamos parte del camino andado tomando parte de la Senda Perimetral, bordeando el monte Placias (1025 m.) pudiendo observar varios restos de los canales que discurrían este tramo a cielo abierto hacia la explotación aurífera, hasta llegar al Campo de la Braña, donde existe zona de picnic con buenas vistas a los montes Aquilianos.

 Tras nuestra breve parada para repostar, podremos elegir nuevamente entre dos opciones: o bien seguir la Senda Perimetral que nos guiará de regreso hasta el pueblo de Las Médulas a través de un camino ancho y sencillo, aunque poco espectacular, o bien tomar la Senda de Reirigo en un camino estrecho y con piedras, de dificultad media que nos llevará hasta el alto del monte Placias, para posteriormente continuar por las crestas en dirección a Las Medulillas, formación geológica similar a Las Médulas, ubicada en la zona de Solana de Fenar. Las vistas son excepcionales y además nos permiten visitar las galerias que se encuentran en el Pico de Reirigo. Tras una breve pero intensa bajada nos unimos brevemente a la Senda Perimetral, pudiendo seguirla hasta el Mirador de Las Pedrices, (nombre dado a las piedras de Murias) que permiten tener una panorámica del pueblo de Las Médulas.  
  Si regresamos brevemente sobre nuestros pasos, podemos tomar nuevamente la Senda de Reirigo y realizar el resto de nuestra ruta descendiendo a través del "Souto", que se encuentra en la parte final del camino. Los castaños vuelven a aparecer en arriesgadas curvas que desafían a la gravedad, para finalmente trasladarnos al cruce de la Senda de Valiñas y llevarnos de regreso hasta el final de nuestra ruta en el parking del Aula Arqueológica.

DISTANCIA 10KM - TIEMPO 3HRS - DIFICULTAD MEDIA

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